Telecinco nos tiene acostumbrados a marear a los famosos con saltos al mar desde helicóptero, con polígrafos de la verdad y con interrogatorios con la carne suficiente para saciar el hambre del cotilleo nacional. Sin embargo, Telecinco quiere evolucionar y, ahora, marea a las celebrities de manera literal con Mental Masters. Los rostros populares son introducidos en una máquina que les da vueltas, mientras deben responder (y acertar) preguntas de cultura general. Porque en prime time la cultura general entra mejor con un buen chute de adrenalina.
Si ya habíamos visto a concursantes caer al vacío en Ahora caigo o explotarles bombas pringosas en Boom, ahora toca el turno de introducir a participantes VIP en un robot que tambalea sus cuerpos entre prueba y prueba. Y la fórmula engancha, para empezar porque es fácil de jugar desde casa. Los retos que aparecen en la pantalla del mareado concursante son sencillos y aptos para todos los públicos. La mayoría enseñan curiosidades a la vez que te diviertes viendo si el participante despeinado de tanto volteo es más o menos listo que tú.
El casting de cobayas dispuestas a meterse en la maquinita balanceante también es un acierto clave. Hay artistas que no son los de siempre, no son los habituales en estos cometidos, como la actriz y directora Leticia Dolera, que ganó la primera emisión. Junto a ella probaron el aparato gentes como Rosa López, Eduardo Casanova o Santiago Segura, un asiduo de los concursos desde antes de ser conocido. Recuerden que ya estuvo en No te ríes que es peor poniendo cara de póquer frente al Señor Barragán. Segura está acostumbrado a sufrir en un plató, desde luego.
Para relativizar los trotes del aparataje, Carlos Sobera presenta este espacio que se graba en Villaviciosa de Odón. Aquí Telecinco no ha arriesgado nada y tira de un hombre que lleva tantos concursos en su mochila que tiene pillado el punto exacto entre la ironía que relaja intensidades y la jocosidad que describe la personalidad del participante. Incluso ayuda en algunos desafíos, sobre todo en los que ponen a prueba la memoria. Lo que nos cuesta poner a mujeres a presentar concursos, a no ser que se necesite una azafata florero o tengan que hacer de chunga en El rival más débil.
Aunque, al final, Mental masters conjuga bien la épica del show de cultura general con el humor de reunión entre amigos. Es como hacer un Saber y Ganar light desde un parque de atracciones para toda la familia, logrando sacar ese punto de adrenalina infantil que todos mantenemos dentro. Un lugar interesante desde el que Telecinco puede demostrar que es un canal que propone más variedad que realities en un mismo decorado multiusos. Desde la travesura que va en su ADN, Mediaset necesita ir probando géneros diversos para seducir, poco a poco, a nuevos públicos que ya están inmunes a la tertulia épica y el cotilleo a la caza de un constante vuelco dramático. Aquí, basta con girar la máquina. Ahora habrá que ver que de tanta vuelta la cosa se haga repetitiva y el espectador se marche mareado.
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