Conducido por Bertín Osborne y Sonia Ferrer, Lluvia de estrellas se convirtió en un verdadero clásico de Antena 3 cuando debutó en el verano de 1995. En cada edición del concurso, el programa contaba con 48 imitadores que intentaban llegar a la final para hacerse con los tres millones de pesetas (18.000 euros) del premio.
En el concurso, los imitadores trataban de asemejarse a rostros tan famosos como Concha Piquer, Elvis Presley, John Lennon o Lola Flores. Así, surgieron rostros que después saltarían a la fama como David Civera, quien se puso en la piel de Enrique Iglesias y que, en 2001, representó a España en Eurovisión.
Al estilo de Tu cara me suena, la caracterización de los concursantes era uno de los puntos fuertes del programa. De esta manera, el departamento de peluquería y maquillaje trataba de que el aspirante se pareciera al máximo al cantante al que iba a imitar.
Al final de cada actuación, un jurado formado por expertos del mundo de la música y las artes valoraban el trabajo del concursante y solo los mejores podían pasar a las siguientes fases hasta, por fin, llegar a la gran final.
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