Vuelve Conchita, la poligrafista de la televisión: "Fui a 'Sálvame' para un día y me quedé 13 años"

Conchita Pérez, Poligrafista de 'Sálvame' y ahora de 'Ni que fuéramos Shhh'.
Conchita Pérez, Poligrafista de 'Sálvame' y ahora de 'Ni que fuéramos Shhh'.
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Conchita Pérez, Poligrafista de 'Sálvame' y ahora de 'Ni que fuéramos Shhh'.

Concepción Pérez, más conocida como Conchita, es perito poligráfico forense. Habitualmente su trabajo lo requieren particulares o empresas que necesitan saber la verdad. Pero si por algo es conocida es por haber protagonizado los polígrafos realizados a todo tipo de famosos en programas como Sálvame Deluxe, donde reveló las mentiras y verdades más llamativas. 

Ahora, Conchita regresa a la televisión y hoy lunes (15.20 h en TEN y en los canales de Quickie en Twich y Youtube) pondrá a prueba a Marta Riesco en Ni que fuéramos Shhh, donde el público, los colaboradores y los guionistas del programa preguntarán a la reportera y expareja de Antonio David Flores

Hablamos con la profesional sobre cómo llega alguien a ser poligrafista, sobre sus recuerdos del desaparecido Sálvame, al que llegó primera vez el 8 de octubre de 2010 en el Deluxe (Telecinco) y sobre cómo funciona la máquina más temida por los mentirosos. 

¿Cómo llega alguien a convertirse en poligrafista?Vi que había ahí un nicho que hacía falta. Cuando ocurre algo sin testigos a ver cómo lo demuestras o averiguas la verdad. Conocí lo que era la poligrafía y me envenené un poco y hasta hoy. Vi que en España no estaba muy bien hecha. En el momento que yo me decidí a hacerme poligrafista  reservé el nombre de 'poligrafía profesional', porque yo lo que quería era hacerlo bien y aunque aquí no está regulada, pues hacerla como en los países en los que está regulada. En otros lugares sobran los jueces para los que los poligrafistas son importantes.

¿Cómo supo de esa disciplina? Como todo el mundo, por la tele. La necesidad la vi en una comisaría, por el 2006. Fui por una cosa sin trascendencia y vi allí a unos señores y me di cuenta que era la única forma de salir de dudas cuando algo ocurre y no hay testigos. Después me formé en la American Polygragh Association, de la que soy ahora miembro, con el instructor Thomas M Kelly, perteneciente al United States Departament of Justice y Director de la Escuela. Me transmitió todo lo que hay que saber de poligrafía. Era un enamorado de la poligrafía y me lo transmitió, además de sus conocimientos y su experiencia.

¿Cómo ha llevado la llamada de 'Ni que fuéramos Shhh' para volver a la tele? Pues hombre, estupendamente. Ten en cuenta que cuando fui a Sálvame fue para un día y estuve 13 años. El ambiente y el trato conmigo fue excepcional. Que se hayan vuelto a acordar de mí después de todo lo que ha pasado... pues estoy encantada, súper agradecida y feliz, muy feliz.

Conchita Pérez, junto a los componentes de su polígrafo.
Conchita Pérez, junto a los componentes de su polígrafo.
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Usted tiene el papelón de decirle a alguien a la cara que miente, ¿cómo lleva ese momento?Es una responsabilidad tremenda, porque al fin y al cabo hay que emitir un juicio sobre el comportamiento de una persona que no conoces de nada y que no has vivido nada de lo que te cuenta. Pero vamos, eso ocurre en la tele y me ocurre en el día a día, con los particulares, porque yo trabajo mucho con particulares.

¿Qué tipo de gente usa o pide o necesita un polígrafo?Lo que más hasta ahora han sido infidelidades, dudas de pareja. Pero también hay mucho de acusaciones indebidas, o sea acusaciones falsas, gente que tiene que demostrar que de lo que se le acusa no es verdad, por ejemplo, tocamientos y esas cosas. Ahora hay mucha acusación que no siempre es verdadera. Y luego robos también. Hay personas que no sé, en una casa, en una familia o en una empresa hay más de tres o cuatro personas que han podido incurrir en el hurto y les dan la oportunidad de que puedan demostrar su inocencia a través de una prueba de polígrafo.

¿Hay forma de engañar a la máquina? ¿Cómo funciona el polígrafo?A la máquina no hay forma de engañarla. Se miden cinco parámetros. Primero se le prepara a la persona para hacerlo con todas las garantías. Se hace primero una prueba con una mentira dirigida, para ver si su cuerpo responde o no a mentiras y verdades, con una cosa que no les afecta para nada. Por ejemplo, les les digo que me pongan en un papel un número y luego cuando les pregunte que me digan a todos que no, de forman que en uno me mienten. Y cuando ven cómo reacciona su cuerpo en el que han mentido... es una garantía ya. Y para el que viene a mentir, pues imagínate, dice ¡ostras!.

Ya sabe que le van a pillar, ¿no?Eso es para garantizar que funciona y que lo vean ambas partes, y para controlar que no hayan tomado alguna cosa tranquilizante o de otro tipo. Se mide la respiración torácica, la respiración abdominal, la presión sanguínea, la sudoración y se pone una almohadilla también en el culete, porque el esfínter cuando estás nervioso se abre y se cierra instintivamente, sin que lo podamos controlar, por el sistema nervioso autónomo.

¿Qué tal lleva hacerle el polígrafo a Marta Riesco?A Marta la conozco, pues como todo el mundo, por lo que he visto en televisión y con su pareja y tal, pero yo cuando llego a hacer una prueba estoy a cero. 

¿Alguna vez le ha dado impresión algún famoso? No, nunca. Ni los particulares. A veces me llama alguien y me dice "es que mi mujer o mi marido quiere saber tal, es que me juego mi matrimonio...". Y yo digo, "mira, lo siento" y cuelgo el teléfono porque no sabes las intenciones y yo no quiero saber nada. 

¿Y algún famoso ha intentado coartarla o sobornarla o influirle? No, no. Ahí estaba todo muy controlado. Ten en cuenta que desde que entraban por la puerta hasta que salían a mi lado había un cámara grabando todo y una redactora por parte de la dirección. No se les ha dado nunca opción. Lo que sí que han hecho es mentir descaradamente o han hecho confesiones de lo que piensan a priori y luego se han acobardado. Algo como ¿Te gusta esta persona? y responder antes del programa "¿cómo me va a gustar?" y la ponen a parir y luego cuando empezamos con la prueba "oye, ¿te gusta esta persona? Y dicen que sí. En la tele todo es un cómputo de la entrevista previa y el desarrollo de las preguntas en antena. 

¿Ha usado alguna vez la máquina en su entorno? ¿Le piden que la saque en las fiestas?No, es una cosa seria y yo la uso para esas cosas. Pero sí que que tienen un poco de respeto y dicen "no mientas, que Conchita te delata" (risas).

No sé si despierta mucha curiosidad su profesión. ¿Qué es lo que más le preguntan?Que si es verdad que funciona. Y sí, funciona. 

Hemos hablado de cómo llegó a la poligrafía, pero ¿cómo llegó a SálvamePues me hicieron una entrevista para una revista de esas que salían los sábados. Llegué a las oficinas de la revista y estaban todos los despachos ocupados. Nos sentamos en el despacho de una persona que nos lo cedió y él podía oír la entrevista.  Esa persona que estaba oyendo lo que lo estaba contando hizo una llamada a un representante, el mismo que llevaba a Jorge Javier Vázquez a Christian Gálvez, al Conde Lequio, a Bárbara Rey... Quedamos dos días después para comer y bueno, pues le volví a meter el rollo otra vez, le volví a contar para qué servía el polígrafo y todo lo que lo que acababa de aprender y de ahí nos fuimos a Telecinco, de la comida, directamente. 
Estaba en aquel momento estaba de director Valldeperas, que es el que está ahora también en Ni que fuéramos Shhh. Y dijo "oye, mira, vamos a probar con María de Mora, que acababa de casarse". A la audiencia le gustó y y no te digo que subiera por mí, pero subía por el cotilleo de saber si uno mentía o no, porque hay mucha gente que le gusta saber de la vida de los demás. Y funcionó, funcionó, funcionó y funcionó hasta el último día.

Hablando del último día. ¿Cómo llevó lo del fin de Sálvame?Como estaba tan anunciado, llevábamos tanto tiempo que lo anunciaban... Me preguntaban "¿pero y tú crees que va a acabar?" Y yo pensaba ¿tú ves Moros y cristianos o El Mississippi o el Un, Dos, Tres...". Mira que tenían audiencia y mira que fueron programas importantes y se acabaron. Lo sentí mucho, sí, pero me lo tomé como una cosa de la que había habido antecedentes, como algo que es normal, porque todo que empieza pues tiene un fin.

¿Hay alguien a quien le gustaría sentar en el polígrafo?A veces me preguntan por los políticos, pero a ellos no les hace falta el polígrafo, ya se les ve venir antes de meterles en la en la máquina. Pues la verdad es que ya he hecho gente muy importante...

¿A quiénes recuerda especialmente?Para mí... ten en cuenta que yo era de la generación del corazón de Mariñas, que se prestó. También Arturo Fernández y Bertín Osborne. Ha habido gente muy buena, que que han accedido a ponerse ahí ante los cables míos y ante mi veredicto. Y eso siempre es de agradecer.

¿Se regodea usted en el salseo de lo que van contando los interrogados? No, bastante tengo con emitir un juicio tan importante. Sobre todo en los robos. Te traen ocho o nueve personas y tienes que decir "este es". Y sobre todo a la persona decirle "eres tú". 

¿Cuando pasa eso se vienen abajo y confiesan? No lo niegan. Eso es lo más, es la satisfacción más importante. Y luego con las con las parejas también pasa, aunque a veces no salen con el resultado que querrían. 

Es peor la duda, ¿no?Es que eso tremendo. O sea, cuando tú tienes que resolver una cosa para ti, le das muchas vueltas, imagínate cuando no depende de ti, que depende del otro y todo son sospechas, malos entendidos... Hay gente que entra en depresiones, hay gente que deja de trabajar o que viven mal por acusaciones injustas o por dudas con las que no tienen nada que ver. Y el polígrafo eso lo resuelve.

Redactor '20minutos'

Redactor especializado en Televisión, Cultura y Espectáculos, con 19 años de experiencia. Locutor, colaborador televisivo y actor. Licenciado en Ciencias de la Comunicación en la CEU. He escrito guiones de cómic de humor, así como blogs sobre realities, además de en otros campos como la Historia y Fuerzas Armadas.

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