Con cuánta antelación debería estar en el aeropuerto facturando o sin facturar
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Para muchos lo más molesto de viajar tiene un nombre: los aeropuertos. Cuanto más viajas, más horas de tu vida pierdes en ellos. Y como en el punto medio está la virtud, la regla del buen viajero implica evitar dos cosas: los agobios de última hora por llegar tarde y el aburrimiento de dar vueltas por el aeropuerto por haber llegado demasiado pronto.
Y aunque los trámites como facturación o embarque suelen ser más ágiles de lo que eran hace años, hay un tiempo estipulado que es mejor respetar para no perder ni el tiempo ni el vuelo.
Vuelos nacionales
Para vuelos nacionales y en el caso de tener que facturar, lo recomendable es estar en el aeropuerto 90 minutos antes de la salida del vuelo. Claro que todo depende de la época del año. Evidentemente si viajas en pleno agosto, lo mejor es contar con algo más de tiempo, ya que las interminables colas las tienes garantizadas. Y si no tienes maletas para facturar, lo normal es llegar entre 45 y 90 minutos antes de la salidad del vuelo.
Si se viaja con niños (sobre todo si estos son de corta edad), es conveniente añadir 30-45 minutos más, por posibles imprevistos que puedan surgir.
Vuelos internacionales
Si vas a coger un vuelo internacional, lo recomendable es estar en el aeropuerto con 2 o 3 horas de antelación. Normalmente la facturación se abre 2 horas antes y se cierra 60 minutos antes de la salida programada. Recuerda que a los pasajeros que lleguen tarde a la facturación se les puede denegar el embarque. Este tiempo puede reducirse a una hora y media (o dos) si no se tienen maletas para facturar.
Y si tu viaje incluye visado, debes presentarte 3 horas antes de la salida del vuelo en el mostrador del proveedor para recogerlo.
Factores a tener en cuenta
A todos nos viene a la cabeza la imagen del viajero corriendo por interminables pasillos con las maletas y apurado de tiempo. Es por esto que a la hora de calcular la antelación con la que deberíamos llegar hay otros factores también importantes, como el tamaño del aeropuerto y lo que se puede tardar hasta la puerta de embarque. Todo sea porque la aventura que tengamos que contar de nuestras vacaciones no sea precisamente haber perdido el vuelo.