Destinos

10 lugares pintorescos e inimitables para visitar una vez en la vida

Mujer viajera disfrutando de la vista de la bahía tailandesa de Phang Nga.
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Hay destinos convertidos en clásicos recomendados para visitar una vez en la vida y cada cual tiene además sus pequeños antojos, nuestro planeta es inagotable en cuanto a belleza, naturaleza y paisajes extraordinarios. Pero existen también pequeños rincones, no tan clásicos, ni convertidos en iconos del turismo, cuya peculiaridad los convierte en destinos únicos, pintorescos e inimitables. Pueblos, asentamientos, incluso jardines, pequeñas joyas que encierran un estilo de vida diferente y auténtico, siempre impregnadas de historia y tradición. Allí donde la rutina se desvanece para apreciar la belleza de las pequeñas cosas.

Estos pueblos, asentamientos e incluso jardines son pequeñas joyas que encierran un estilo de vida diferente y auténtico
Coloridos barcos de pesca tradicionales en Marsaxlokk.
TUNART

Marsaxlokk (Malta)

Significa el puerto del viento sureste que les llega desde África (Siroco). Fueron los fenicios los primeros en asentarse en el siglo IX a.C. y quienes hicieron populares los barcos pesqueros “luzzu”, hoy emblema del archipiélago maltés. Si bien en su origen eran de vela, aún mantienen los vistosos colores y el ojo de Osiris en la proa para dar suerte al pescador y alejar malos espíritus. Con estas embarcaciones pescan el lampuki, el dorado o llampuga. Es el pez más típico de Marsaxlokk. La iglesia barroca de Nuestra Señora de Pompeya, de finales del XIX, y las cabinas de teléfono inglesas ponen el toque europeo a un pueblo que vive su día más importante cada domingo con el mercado de pescado.

Vista aérea de la isla de Panyee en la bahía de Phang Nga.
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Isla de Panyee, en la bahía de Phang Nga (Tailandia)

Sus primeros habitantes fueron nómadas llegados hace más de 200 años procedentes de Malasia. En realidad, se trata de un islote con un gran peñón, pero sin apenas tierra donde construir. Aquellos primeros pescadores construyeron sus casas de madera sobre el agua y levantaron una gran mezquita. Todo sigue igual que antaño, aquí el tiempo se detuvo. Aparte de las insólitas construcciones sobre el mar y de la peculiar vida de sus habitantes, llama la atención el único campo de fútbol flotante del mundo, construido en los años 80 por los niños de Panyee para poder jugar a su deporte favorito.

Puerta de Bab el Kebir en la kasbah de los Ouyadas.
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La Kasbah de los Ouyadas, en Rabat

Qasbah significa recinto amurallado o fortificado. Los Ouyadas fueron una poderosa tribu árabe; tan poderosa llegó a ser que Moulay Abderramán los dispersó en el siglo XIX. A Rabat llegaron desde Fez y se instalaron en el viejo bastión almohade del siglo XII. La Kasbah de los Oudayas es un pintoresco barrio en la desembocadura del río Bu Regreg, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2012. Sus calles y casas encaladas en blanco y añil hipnotizan al paseante sumergiéndolo en una atmósfera relajante mientras sus monumentos históricos, como la monumental Puerta Bab El Kebir del siglo XII, la torre Squala o la mezquita Yamaa el Atiq, dan fe de la rica historia del lugar. Tras un té a la menta en el Café Maure se puede visitar el museo etnográfico, pasear por los Jardines Andalusíes o dejarse sorprender por las vistas de los acantilados, el río y la medina de Salé.

Canales y barcas de la ciudad de Aveiro.
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Aveiro (Portugal)

La esencia de Portugal se concentra en esta localidad que reúne un poco de todo lo bueno del país vecino. Sorprende por la gran variedad de estilos arquitectónicos, desde el gótico hasta el modernismo, sin olvidar el estilo manuelino, único de Portugal, con ejemplos como la capilla de San Miguel, la iglesia de la Misericordia o el imponente Monasterio de Jesús. Los azulejos en azul y blanco tan característicos en todo el país resaltan especialmente en Aveiro, tanto en sus iglesias como en el edificio de las Cuatro Estaciones de principios de siglo XX.

La ciudad de Aveiro es conocida por su Modernismo, del que tiene perfecta representación en la Casa del Major Pessoa

La ciudad es conocida por su Modernismo, del que tiene perfecta representación en la Casa del Major Pessoa o en el edificio del Rossio, entre otros. Del barroco destaca la pequeña capilla de San Gonçalo, patrono de Aveiro, donde los pescadores se encomiendan antes de faenar. Muchos son sus monumentos, a los que se suma la delicia de navegar por sus canales y cruzar sus preciosos puentes a bordo de los “moçileiros”, los coloridos barcos donde antaño transportaban las algas de la laguna que trajeron prosperidad a la comarca. Como prosperidad trajo también su salina, otro “must” del lugar. Sin olvidar la gastronomía local, con platos únicos de la zona, ni la playa de Costa Nova, con sus alegres casas pintadas con rayas de colores.

Pueblo canario de Agaete.
Carla Royo-Villanova

Agaete (Gran Canaria)

En la costa noroeste de Gran Canaria este pequeño pueblo pesquero destaca por su contraste de paisajes y colores. Aquí se encontraba el monumento natural llamado Dedo de Dios, una formación rocosa que sobresalía del mar apuntando al cielo. En 2005 la tormenta tropical Delta se lo llevó por delante, pero aún permanece en la memoria de muchos. No le desmerecen los acantilados que lo rodean ni las vistas del Teide en los días claros. Su espíritu pesquero se respira por todos lados, pero lo mejor es saborearlo en La Cofradía de Pescadores y paseando por sus callejuelas entre el mar y las casas encaladas en blanco y añil y decoradas con motivos pesqueros. La carretera que costea hacia la Aldea ofrece unas vistas sorprendentes a los acantilados, playas y paisajes; todos sus alrededores tienen el encanto especial canario y es una zona no muy frecuentada por el turismo.

Ciclistas en Puerto Viejo.
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Puerto Viejo (Costa Rica)

El sabor del Caribe costarricense. Color y más color, playas de ensueño y esa vidilla caribeña tan particular. Desde Puerto Viejo de Talamanca hasta Manzanillo, en la frontera con Panamá, todo son magníficas playas para practicar surf, relajarse o pasear. Rodeado de selva y manglares, podremos escuchar el grito de los saraguatos aulladores cada amanecer, recorrer la zona en bicicleta o tomar un trago en el balanceo de una hamaca entre palmeras. La vida local se mezcla con bohemios y artesanos que en pequeñas y coloridas tiendas venden sus objetos mientras en los bares suena la música y la gente baila. Todo con el plus que ofrece un país seguro, reino de la biodiversidad y de los Parques Naturales. El país de la Pura Vida tiene en Puerto Viejo un enclave bohemio, divertido y salvaje al mismo tiempo.

Isla de Hydra.
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Hydra (Grecia)

Una de las islas Sarónicas del mar Egeo y menos conocida que las Cícladas como Mikonos o Santorini. Montañosa y muy chic ya que aquí se instalaron los grandes armadores y la alta burguesía de Atenas construyendo elegantes residencias de verano por toda la costa y en la propia bahía principal; alguna se ha reconvertido en hotel boutique. Salpicada también de iglesias y monasterios, como el del profeta Elías que encumbra el Monte Eros, o el de La Santísima Trinidad coronando una colina sobre la bahía Mandraki.

Sólo está habitada la ciudad de Hydra, con su idílico puerto protegido por la cerrada bahía en la que se encuentra
Burro de la isla de Hydra.
Vasiliki Varvaki

Sólo está habitada la ciudad de Hydra, con su idílico puerto protegido por la cerrada bahía en la que se encuentra. Los coches no están permitidos y el medio de transporte tradicional es el burro. Lo ideal es caminarla y disfrutar de sus rincones e inigualables vistas, de sus calles adoquinadas y casas tradicionales; todo resulta inmaculado, hay elegantísimas tiendas de accesorios, ropa, decoración, galerías de arte, restaurantes, tabernas y terrazas para saborear el Egeo y disfrutar de las cálidas noches mediterráneas. Un torrente de blancas casas baja desde lo alto de la ciudad al mar tejiendo un entramado de empinadas callejuelas. Hay un par de museos interesantes, el Museo Histórico y el Bizantino y Eclesiástico. Su escarpada orografía, vegetación mediterránea y el color de su mar convierten a Hydra en un paraíso para los senderistas.

Parque Ritsurin en la isla de Shikoku.
Carla Royo-Villanova

Parque Ritsurin de Takamatsu (Japón)

En la enigmática y fascinante isla de Shikoku este jardín es emblema del espíritu nipón y uno de los más bellos del mundo, no en vano fue declarado Lugar de Especial Belleza Escénica en 1952. En sus 16 hectáreas se alternan estanques, cascadas, arroyos, gran variedad de arbolado, flores, pabellones, puentes y caminos al más puro estilo “daimio” de principios del periodo Edo (1625). Tardó cien años en terminarse, pero mereció la pena, todo sintoniza con todo, el equilibrio y la armonía son perfectos, recreando un auténtico oasis para la paz.

El jardín de Shikoku tardó más de cien años en construirse y está declarado como Lugar de Especial Belleza Escénica

En primavera los cerezos lo pintan de blanco, mientras que en otoño los arces se vuelven rojo fuego. Los novios aprovechan la belleza de este lugar para inmortalizar su matrimonio ataviados con kimonos y trajes típicos, lo que contribuye aún más al encanto especial del parque. En el Pabellón Seizando se puede disfrutar del ritual del té y desde su colina Tenjin la vista panorámica del lugar transporta al visitante a la exquisitez y el arte de la jardinería nipona del siglo XVII. Todo un viaje en el tiempo en un país ya de por sí fascinante.

Centro de la ciudad de Chester.
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Chester (Reino Unido)

Una de las ciudades amuralladas mejor conservadas de Inglaterra. Fundada por los romanos en el año 78, de aquella época conserva un anfiteatro y un jardín. Fue una ciudad muy importante por su río Dee, todo el comercio de la zona dependía de Chester. Además, al ser frontera con Gales, también tuvo durante siglos una gran importancia militar.

El reloj de la puerta Eastgate de Chester es el segundo más fotografiado del Reino Unido, después del Big Ben
El famoso reloj de la Eastgate de Chester.
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Cuna de Lewis Carroll, pasear por el centro histórico es adentrarse en ese peculiar estilo arquitectónico medieval mezclado con las casas entramadas victorianas. El reloj de la puerta Eastgate es el segundo más fotografiado del Reino Unido, después del Big Ben, y, según la proporción aurea griega, es la ciudad más bonita del mundo.

Paisaje urbano de Alberobello con los tradicionales tejados de los "trulli".
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Alberobello (Italia)

En el Valle de Itria y corazón de Puglia, la bota de Italia. A finales del siglo XIV los condes de Conversano cedieron la gestión de las tierras a los campesinos, quienes para evitar pagar impuestos idearon estas pequeñas y precarias edificaciones a las que llamaron “trulli” (trullos). En 1797 el rey Fernando IV liberó la comarca de las obligaciones fiscales, pero los “trulli” no fueron destruidos.

Los "trulli" son construcciones en mampostería pintada de blanco con tejados cónicos, algunos con simbologías misteriosas

Alberobello es la capital de los “trulli”, un lugar tan singular que solo en esta región de Italia los veremos. Se trata de construcciones en mampostería pintada de blanco con tejados cónicos, algunos con simbologías misteriosas. Es Patrimonio de la Humanidad y lo ideal es perderse por las callejuelas de los dos barrios principales, el Distrito Monti y Rione Aia Picola. Más de 1.500 trullos esperan ser inmortalizados por las cámaras de los visitantes; alguno se puede ver por dentro y hay varios reconvertidos en hospedaje.

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