Así es la espectacular aldea abandonada en la ladera de una montaña
A lo largo y ancho del planeta hay multitud de lugares y poblaciones que hace tiempo que no son hogar de ningún ser humano. En España hay multitud de ejemplos de pueblos completamente abandonados, mientras que en Turquía hay varios enclaves totalmente desérticos que crean una estampa desoladora a la par que impresionante. Uno de esos ejemplos es la de aldea de Kayaköy, situada muy cerca de la isla de Rodas.
Erigida en la costa sudoeste de Turquía, anteriormente se la conoció como Levissi, y en ella convivieron griegos y turcos durante muchas décadas. Aunque todavía quedan algunos intrépidos vecinos en ella, la mayor parte de sus calles y casas empedradas están absolutamente vacías, dejando a la aldea de Kayaköy a merced del tiempo.
La aldea abandonada de Kayaköy, en Turquía
La mayor parte de esta aldea fue construida a lo largo del siglo XVIII, y contaba hasta con una veintena de iglesias que se erigían en sus laberínticas calles, y en numerosas ocasiones sirvió de refugio a la población griega en los ataques del Imperio otomano, pero finalmente sufrieron una devastadora masacre en 1915 que hizo dejar la población a los casi 6.000 vecinos que llegaron a vivir en ella.
Finalmente, en el año 1920 quedó desértica, y las casas y los edificios que un día estuvieron repletos de gente fueron sucumbiendo al paso del tiempo y quedaron completamente en ruinas, algo que cualquiera puede comprobar hoy en día si visita esta imponente aldea. Además, el pueblo ha sido víctima de varios desastres naturales debido a la ubicación montañosa, incluyendo varios terremotos, lo que ha contribuido aún más a su deterioro. Eso sí, se han establecido planes turísticos para intentar recuperar el esplendor que un día tuvo Kayaköy.
Esta abandonada aldea ha sido escenario de varias películas y novelas, y es que Kayaköy tiene un aura especial que no se puede encontrar en casi ninguna otra parte del mundo. Hay quienes dicen que en sus calles y entre los muros de las casas todavía viven los fantasmas de aquella matanza, una debacle sobre la que se puede profundizar en el museo que está construido en el medio del pueblo. Un siglo después, este lugar es tan solo un reflejo de lo que un día, pero no por ello deja de ser uno de los enclaves más singulares de Turquía.
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