La antigua cárcel donde tuvo lugar la mayor fuga de presos de la historia de España
- Más de 700 reclusos lograron huir en 1938. Hoy es uno de los lugares más pintorescos de Navarra y se puede contemplar desde el monte de San Cristóbal.
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Muy cerca de Pamplona, en el monte Ezkaba, se oculta entre la maleza el fuerte de San Cristóbal. Esta fortaleza militar fue construida con el objetivo de defender la ciudad, pero posteriormente fue utilizada como cárcel. Además, en ella se llevó a cabo la mayor fuga de presos de la historia del país, cuando más de 700 reclusos lograron escapar.
La historia del fuerte
El Fuerte de San Cristóbal fue construido entre 1877 y 1912 por la necesidad de levantar una fortaleza que defendiera Pamplona. De hecho, en esa misma ubicación, ya se habían construido en el pasado un castillo y otras fortificaciones, a día de hoy inexistentes.
Durante las Guerras Carlistas, los partidarios del Conde de Montemolín sitiaron Pamplona y, aunque no llegaron a tomarla, sí que dominaron Estella y las fortificaciones de las proximidades. Es por ello que, al finalizar el conflicto, el gobierno de Navarra solicitó al rey Alfonso XIII levantar un fuerte en el monte San Cristóbal.
Una huida sin precedentes
La fortificación no tuvo ninguna intervención bélica como tal, y fue utilizada como cárcel militar. Las condiciones eran totalmente inhumanas y muchos presos llegaron a morir por desnutrición, enfermedades contagiosas e incluso fusilados.
Durante ese periodo como prisión, sucedió un acontecimiento sin igual: la mayor fuga de presos de toda la historia de España. En ese momento, la mayoría de las personas encerradas eran dirigentes políticos y sindicales y militantes revolucionarios y republicanos. En 1938, 795 reclusos de los 2.497 que había lograron escapar. Sin embargo, posteriormente se detuvieron a 585 de los fugados.
El fuerte en la actualidad
A día de hoy, el fuerte ya no tiene funciones militares y ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Además, no está permitida la entrada al recinto, pero sí que podemos contemplarlo desde el exterior.
Al subir hasta lo alto del monte, lo cual podemos hacer a pie o en coche, nos sorprenderemos con la estampa. Los diferentes edificios se mimetizan a la perfección la vegetación y están diseñados para que queden camuflados con el propio contorno del monte.
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