La curiosidad que une la Torre Eiffel con el Puente Don Luis I de Oporto
- Este puente es uno de los monumentos más importantes de Portugal.
- El teleférico más alto de Europa que lleva a una cumbre de 3.842 metros.
- El hotel más antiguo del mundo: por qué lleva más de 1.300 años abierto.
Gustave Eiffel es mundialmente conocido por haber construido la famosa torre parisina, sin embargo, sus obras van más allá y se reparten por diversos países. Además, muchas de ellas, a pesar de no haber intervenido él directamente, cuentan con una gran influencia suya.
Este es el caso del puente Don Luis I de Oporto, ubicado en el centro de la ciudad portuguesa. Este paso que atraviesa el río Duero es uno de los emblemas de la localidad y el monumento más importante junto con la Torre de los Clérigos.
Su historia
El origen de este puente se remonta al siglo XIX, cuando la ciudad de Oporto experimentó un rápido crecimiento que obligó a mejorar las comunicaciones entre Miragaia, el barrio de pescadores de la orilla de Oporto, y Vila Nova da Gaia, al otro lado del Duero. De esta forma, a comienzos de siglo se creó un puente hecho de barcas unidas por cables metálicos. Una solución temporal, ya que no era viable a largo plazo.
Por ello, en el año 1879, el ayuntamiento de la ciudad decretó la construcción de un puente metálico sobre el Duero. Así, lanzó un concurso en el que rechazaron un proyecto de Gustave Eiffel, pero el que finalmente se aprobó pertenecía al ingeniero Théophile Seyrig. Este contaba con una gran influencia y similitud a las construcciones de Eiffel, ya que había sido su pupilo. Finalmente, el puente se inauguró en 1886.
Su arquitectura
Este impresionante puente está construido íntegramente de hierro, y para su parte más característica, el gran arco, se necesitaron miles de toneladas de este material. Además, cuenta con dos plataformas, una superior, de casi 400 metros de longitud y por donde circula el metro de Oporto, y una inferior, de unos 175 metros, por donde lo hacen los vehículos.
Ambas tienen carriles habilitados específicamente para peatones, por lo que es posible caminar por cualquiera de ellos. Es recomendable hacerlo por el nivel superior, ya que así se podrá disfrutar de las espectaculares vistas del Duero combinado con la ciudad, y con un poco de suerte de un bonito atardecer.