El faro más escondido de España que puedes visitar si veraneas por el norte
Si por algo se caracteriza el norte de la Península Ibérica es por tener algunos de los enclaves costeros más imponentes de España, y muchos de ellos se encuentran en Cantabria. Desde históricas urbes como Santander hasta multitud de pueblos de ensueño al borde del mar, en la comunidad autónoma hay miles de lugares que dejan con la boca abierta a cualquiera que se acerque a ellos.
Aunque edificios como el Palacio de la Magdalena y pueblos como Comillas son conocidos casi en toda España, hay lugares a los que muy pocos turistas se acercan, principalmente porque no saben que se encuentran ahí. Ese es el caso del majestuoso Faro del Caballo, ubicado en el precioso municipio de Santoña y que está erigido en un recóndito lugar de muy difícil acceso, lo que hace que no tenga tanta fama como otras construcciones cántabras.
El extraordinario Faro del Caballo, en Santoña
En la bahía de Santoña, en la escarpada pared del Monte Buciero, se erige imponente este faro que se construyó a finales del siglo XIX y que entró en desuso en el año 1993. Construido a varios metros sobre el mar Cantábrico, esta torre de 13 metros de altura es sin duda una de las grandes joyas ocultas de la región, y es que su ubicación no podía ser más recóndita e inaccesible.
Para poder llegar hasta este espectacular enclave hay que bajar aproximadamente unos 700 escalones por el acantilado, aunque eso solo es el final de un largo periplo: para poder llegar hasta el Faro del Caballo hay que caminar una hora y media desde Santoña, y es que no hay ninguna carretera que vaya a dar a este lugar situado a casi cuatro kilómetros del municipio.
Otra de las opciones para llegar a este extraordinario faro es rodear el monte, recorriendo senderos que se adentran en la vegetación, aunque solo es recomendable para quienes adoren hacer senderismo. Por lo tanto, si quieres ver de cerca uno de los enclaves más curiosos e imponentes del litoral cantábrico, tienes que saber que deberás andar bastante para conseguirlo.
El Faro del Caballo es tan solo uno de los muchos encantos que esconde Santoña. En el municipio cántabro hay otras muchas construcciones que hay que visitar si te quedas en la localidad, como la Fortaleza de San Martín, al igual que espacios naturales tan impresionantes como sus marismas o las numerosas playas que se encuentran cerca de la villa.
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