Las impresionantes minas de oro romanas en León

En la comarca de El Bierzo, al noroeste de los Montes Aquilanos y a lo largo del valle del río Sil, se extiende el extraordinario paisaje de Las Médulas. Sus peculiares formas son fruto de la explotación minera que llevaron a cabo los romanos para extraer el oro de la tierra y con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los atractivos más visitados en la provincia de León.

Una de las minas más productivas de la época romana

La historia de Las Médulas se remonta dos milenios atrás. En el siglo I d.C. el poderoso imperio romano empezó a explotar el lugar como un yacimiento aurífero utilizando a una técnica basada en la fuerza hidráulica. Concretamente, los trabajos se iniciaron en la época del emperador Octavio Augusto y fue el escritor y militar romano, Plinio el Viejo, quien administró las minas en su juventud. Este aseguraba que se extraían alrededor de 1.635.000 kilos de oro al año, convirtiéndose en 

Para extraer tales cantidades de material, se utilizó un sistema llamado Ruina montium. Este canalizaba el agua de los riachuelos de montaña y la embalsaba en la parte superior de la explotación. Por otro lado, la montaña se horadaba con una red de galerías, por la cual se soltaba el agua y hacía que la pared rocosa cediera y arrastra las tierras hasta los lavaderos. El resultado no solo fue la extracción de grandes cantidades de oro, sino también la modificación del paisaje hasta convertirlo en el lugar tan sorprendente que ha llegado hasta nuestros días.

Conocer Las Médulas por sus senderos

Este increíble paisaje de tierras rojizas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, se puede recorrer y visitar para vivir una excepcional experiencia de turismo histórico. Por ejemplo, podemos empezar por el Aula Arqueológica, donde se explica cómo se extraía el oro antaño y como eso cambió tanto la fisionomía de lugar.

Por otra parte, también se pueden hacer algunas rutas para contemplar Las Médulas desde todas las perspectivas. Por ejemplo, una buena opción es ir hasta el Mirador de Orellán, muy recomendado al atardecer, así como recorrer alguno de los senderos señalizados como la Senda Perimetral, la Senda de las Valiñas, la Senda del Lago Sumido, la Senda de los Conventos y la Ruta de los poblados.

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