Isla de los Faisanes o cómo un lugar puede ser España sólo la mitad del año

España mengua y vuelve a crecer cada año. O sea, que la superficie del país varía, cada seis meses para ser más exactos. No, no es un fenómeno geológico, ni siquiera óptico. Pero sí, la mitad del año, de febrero a julio, el país mide 6.800 metros cuadrados más y de agosto a enero, 6.800 metros menos. La culpa la tiene Francia... bueno, ellos dirán lo mismo de nosotros.

El misterio lo explica la Isla de los Faisanes, un islote fluvial situado cerca de la desembocadura del río Bidasoa. Su soberanía la comparten España y Francia desde 1856. De modo que la mitad del año este lugar lo administra un país y la otra mitad el otro. A España le toca de febrero a julio.

A España le toca administrar la Isla de los Faisanes de febrero a julio

Hablamos del condominio más pequeño del mundo (un condominio es la situación en la que la propiedad de una cosa es compartida por dos o más personas). La superficie actual de este islote compartido es de aproximadamente 6.820 metros cuadrados.

La isla es española y francesa desde el Tratado de Bayona, firmado en 1856 y concretado en una convención de 1901. Y es que este lugar fue durante mucho tiempo fuente de conflictos entre pescadores españoles y franceses. Para ponerles fin e impedir que el islote se convirtiera en un terreno no legislado, los dos estados decidieron repartirse durante seis meses al año la jurisdicción del mismo.

Nada y nadie que ver

Por la parte española, la isla pertenecía antiguamente al término municipal de Fuenterrabía (Guipúzcoa), pero en la actualidad está administrada por el Ayuntamiento de Irún desde que esta última se separó en 1766 de la primera.

Nadie vive en esta porción de Europa y nadie puede cruzar el río para visitarla

La mala noticia para el turista curioso es que el islote de los Faisanes no se puede visitar. Nadie vive en esta porción de Europa y nadie puede cruzar el río para visitarla. Bueno, a veces las mareas hacen posible llegar a la isla a pie. Cuentan que en esos casos hay quien se ha atrevido a acampar, lo que siempre supone la inmediata visita de la policía.

Si sirve de consuelo, en Irún o en Fuentarrabía ya nos dejan claro que no hay nada que ver allí. Hierba, árboles, algo de arena y un pequeño monolito con una inscripción conmemorativa de la firma del Tratado de los Pirineos, el 7 de noviembre de 1659, que puso fin a la guerra entre España y Francia, iniciada en 1635.