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El bonito monasterio de Mallorca que se esconde entre montañas en un paisaje Patrimonio de la Humanidad

Monasterio de Lluc.
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En la frondosidad de la Serra de Tramuntana, al noroeste de Mallorca, se construyó una primitiva cristiana el siglo XIII en honor a la Virgen María. Con el paso de los siglos y tras muchas ampliaciones, este lugar se fue transformando en uno de los centros espirituales más importantes de la isla.

Bajo el nombre de Monasterio de Lluc, este santuario es a día de hoy una de las visitas más únicas que podemos hacer en Mallorca. No solo podremos hacer un viaje al pasado recorriendo su basílica y sus jardines de plantas autóctonas y endémicas, sino que también cuenta con una hospedería donde podremos pasar la noche y varios espacios de restauración. Todo ello envueltos en la mágica Serra de Tramuntana, declarada Patrimonio Mundial en 2011.

Un lugar sagrado

La leyenda cuenta que en el verano de 1894 un pastor encontró en el medio del bosque una estatua de piedra de la Virgen María, la cual decidió llevar a la iglesia parroquial del pueblo de Escorca. Sin embargo, "la virgen desapareció y fue encontrada de nuevo donde Lluc la había hallado Ante tal milagro, se dio su coronación como Reina y Patrona de Mallorca por expresa concesión del Papa León XIII", explican desde la propia web del monasterio.

Basílica de la Mare de Déu de LLuc.
Getty Images/iStockphoto

Sin embargo, ya desde el siglo XIII se tiene constancia de la existencia de una capilla en la zona, y es que ya desde antaño se consideraba un lugar sagrado. Con el paso del tiempo se fue levantando desde una colegiata (en 1456) hasta una basílica (entre 1622 y 1691). La Basílica de la Mare de Déu de Lluc destaca por su impresionante retablo que acoge la imagen de Santa María.

Qué ver en el Monasterio de Lluc

También vale la pena visitar el Museo de Lluc, con ocho salas repletas de piezas arqueológicas, imaginería sacra, cerámica, pinturas, artesanía textil y obras del artista Josep Coll Bardolet. Incluso, podremos dormir en el santuario, ya que dispone de una hospedería con varios tipos de habitaciones, y un restaurante, Sa Fonda, que ofrece platos típicos de la gastronomía mallorquina. También hay un bar, Ca s’Amitger; una cafetería, Cafè Sa Plaça; un horno de pan, Forn, y una tienda de recuerdos, Ses Mides.

Monasterio de Lluc.
Sergey Kelin

Además, los edificios están rodeados de preciosos jardines que nos invitan a dar tranquilos paseos. El Jardín de las Magnolias guarda, bajo la sombras de los árboles, una estatua de Joaquim Rosselló, fundador de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, la cual se hizo cargo del santuario. Otra estatua destacable se sitúa en la Plaça dels Pelegrins y corresponde al escritor mallorquín Antoni Maria Alcover i Sureda. Por otro lado, también está el Jardín botánico, creado en 1956 para que la comunidad religiosa pudiese estudiar las plantas autóctonas y endémicas. En la actualidad, cuenta con alrededor de 200 variedades de plantas silvestres, aromáticas y  medicinales.

Para completar la visita al monasterio, podremos subir hasta la Peña de los Misterios. El camino parte de un árbol centenario conocido como El Lladoner y nos conduce hasta lo alto de un cerro coronado por la Santa Figura. Las vistas desde arriba son simplemente impresionantes, quedando a nuestros pies el verde Valle de Lluc y las montañas que lo envuelven.

Monasterio de Lluc.
Getty Images/iStockphoto

Cómo llegar al santuario

El trayecto en coche desde la ciudad de Palma hasta el Santuario de Lluc es de alrededor de 1 hora y 5 minutos por la Ma-13 y la Ma-2130.

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