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Ostrava, de la mina a la Unesco: el destino de Chequia que asombra al mundo

La Torre Bolt en el área industrial de Dolní Vitkovice.
Jiří Částka

Cual Ave Fénix renace de sus cenizas revolucionando Chequia, a Europa Central y a medio mundo. Es Ostrava, capital industrial desde tiempos de los Habsburgo, cuando en 1828 Rodolfo I de Bohemia fundó un horno de carbón y con él una producción industrial pesada sin precedentes, Dolní Vitkovice. Al poco comenzaron las excavaciones en la mina de carbón de Landek y en otras cercanas.

La antigua zona industrial de Dolní Vitkovice recibe más de un millón de visitantes al año y es Monumento Nacional Cultural

A mediados del siglo XIX Rothschild compra las instalaciones y con el primer tren que unía Viena con Moravia-Silesia el desarrollo industrial se vio potenciado hasta su máximo esplendor en los años 70, cuando el primer alto horno de Ostrava alcanzó la cifra récord de 1,7 millones de toneladas de hierro. Todo el complejo se cerró en 1998 y estuvo abandonado, a punto de ser destruido, hasta que fue de nuevo adquirido por una empresa privada y comenzaron las obras de restauración.

El circular edificio Gong alberga un gran auditorio.
Carla Royo-Villanova

Instalaciones multifuncionales

Hoy en día recibe 1.500.000 visitantes, es Monumento Nacional Cultural, desde hoy 10 de mayo acoge el Campeonato Mundial de Hockey sobre Hielo y se ha convertido en referente arquitectónico, industrial y cultural de Europa. Dolní Vitkovice, a escasos tres kilómetros de Ostrava, se encuentra en proceso de ser declarada Patrimonio de la Humanidad mientras continúa sorprendiendo a propios y extraños con sus diversas y peculiares instalaciones multifuncionales proyectadas por el reconocido arquitecto Josef Pleskot.

El gigantesco contenedor de gas hoy llamado Gong se ha reconvertido en una sala multifuncional con auditorio, galerías de arte y una pizzería

Es este el escenario escogido para el Festival Musical Colours of Ostrava (17-20 de julio 2024). Uno de los festivales más importantes de Europa, con música de diferentes estilos y volcado en la familia: hay escenario infantil, guardería y sala para lactantes. Un total de 350 conciertos en veinte escenarios diferentes. También acoge el festival de música electrónica Beats for Love y multitud de eventos culturales nacionales e internacionales.

Panorámica del complejo minero desde la pasarela de la Torre Bolt.
Carla Royo-Villanova

La Torre Bolt

El bastión industrial se reinventa manteniendo su origen y convirtiéndose en la única área conservada de producción siderúrgica de Europa. Quince hectáreas que están desafiando todas las expectativas, capturando la atención del mundo y transformando el acero en un atractivo reclamo turístico fuera de lo común. Destaca la Torre Bolt, que significa perno o tornillo, como mejor símbolo de unión entre pasado, presente y futuro. Con sus 77 metros de altura, es el punto más alto de Ostrava, y donde antes el fuego ardía en el Horno 1 de Dolni, hoy la torre destaca cual antorcha de cristal.

El campeón olímpico Usain Bolt dejó su firma como padrino de la torre que lleva su nombre 

Arriba, desde su cafetería, las vistas de la comarca se abren a vista de dron y en una de sus paredes el campeón olímpico Usain Bolt dejó su firma como padrino del monumento. Su pasarela externa es ya símbolo de Ostrava. Otro de sus impactantes edificios es la reconversión de un gigantesco contenedor de gas, el hoy llamado Gong, que ya ha recibido varios premios arquitectónicos. Incluye un gran auditorio, salas multifuncionales, galerías de arte y la pizzería Chleva Dov, que triunfa por su oferta de ensaladas, salchichas variadas y pizzas para todos los gustos.

En el espacio que ocupa Futureum antaño molían el carbón y ahora se puede transformar hasta en discoteca. Se celebran exposiciones, conciertos de música tecno y actuaciones teatrales. En definitiva, DOV (Dolní Vitkovice) no solo se ha transformado en icono de modernidad sino que es referente cultural de todo un país. Caminar entre gigantescos tubos, edificios industriales y puentes de hierro es la mejor manera de imaginar cómo fue la vida y el trabajo de los mineros que durante dos siglos encumbraron con sudor la economía de Ostrava y un apasionante ejercicio para amantes de la fotografía.

Mina de Landek.
Carla Royo-Villanova

La mina de Landek

La visita debe completarse entrando en el Museo de la cercana mina de Landek, el rincón de la tierra cuyas paredes de carbón tienen más de 350 millones de años. Algunos de los últimos mineros (la mina cerró en 1991) ejercen hoy de guías, y es muy impactante conocer su trabajo a 622 metros de profundidad, donde el calor era insoportable y los caballos que ayudaban a mover el carbón bajaban para no volver a ver la luz del sol. Durante la Segunda Guerra Mundial algunas de sus galerías se usaron como refugio para la población.

Plaza Masaryk en Ostrava.
Holger Mette

La Ciudad de los Teatros

A tan solo tres kilómetros o tres paradas en tranvía, Ostrava, la Ciudad de los Teatros (tiene siete), es una mezcla única de estilos arquitectónicos, desde el gótico hasta el brutalismo, pasando por el barroco o el modernismo. La plaza Masaryk es buen ejemplo de su diversidad, así como el edificio Schönhof. El Ayuntamiento, de principios del siglo XX, es el más grande de Chequia y su torre de 85 metros es el lugar perfecto para ubicarse en el corazón de acero.

El Ayuntamiento de Ostrava, de principios del siglo XX, es el más grande de Chequia, con una torre de 85 metros

De 1928 data el elevador cíclico paternóster, abierto al público cada mañana y una de las atracciones favoritas de este coloso. La calle Stoldoní despierta cada noche con sus bares repletos de gente joven; no en vano Ostrava cuenta con siete universidades y es una de las preferidas por los estudiantes de Erasmus. La catedral del Divino Pastor, de finales del siglo XIX, es una fantástica obra neorrenacentista. Museos, galerías de arte y centros culturales completan la oferta lúdica de la ciudad, como la Galería Plato, ubicada en lo que fue el antiguo matadero de Ostrava. No podía faltar el reloj astronómico dedicado a los Cuentos de Hadas; es uno de los más modernos del país, homenaje al Teatro de Marionetas que tiene por vecino.

Ayuntamiento de Ostrava.
Getty Images

Ha despertado el gigante dormido para convertirse en una explosiva ciudad, vibrante, creativa y diferente, una auténtica y efervescente potencia cultural en el corazón de Europa. Patrimonio industrial sin precedentes y un imán para quien busque destinos incomparables. Los castillos, palacios, montañas y pequeños pueblos que la rodean, así como su gastronomía centroeuropea, completan un viaje que no dejará indiferente a nadie.

Cómo llegar

A partir de junio habrá un vuelo directo desde Málaga a Ostrava con Ryanair todos los lunes y jueves. El aeropuerto está conectado con autobuses al centro de Ostrava (1€ por billete), además de servicio de alquiler de coches y taxis. Más información en northmoravia.travel.cz

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