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El pueblo de Noruega donde está prohibido morirse

Longyearbyen.
Adrian Wojcik / iStock

En las islas Svalbard no es difícil sentirse en medio de la nada, solos ante los bellos paisajes invernales del norte de Noruega. Este archipiélago se sitúa en pleno Océano Glacial Ártico, y solo una de sus islas, Spitsbergen, está poblada. Allí encontramos Longyearbyen, su población principal, un lugar de temperaturas extremas pero también de mucha vida. De hecho, su índice de mortalidad se reduce a 0, aunque esto tiene una explicación, y es que aquí está literalmente prohibido morirse.

Glaciares, auroras boreales y una llamativa gastronomía

El archipiélago Svalbard es una auténtica postal navideña hecha realidad. Paisajes nevados, auroras boreales y pequeñas casas de colores nos deleitan la vista allá donde miremos. Longyearbyen, la capital, es una localidad cosmopolita a pesar de su geografía remota. Cuenta con modernos hoteles, una cervecera local y más de quince restaurantes. Uno de los mejores planes en el pueblo es probar su gastronomía local, que incluye platos de carne de foca, urogallo, bacalao, salvelino o incluso reno. Esas preparaciones se acompañan de setas y hierbas aromáticas típicas de la tundra del lugar.

Longyearbyen, capital de las Svalbard
Getty Images/iStockphoto

Por supuesto, también debemos completar nuestra visita a Longyearbyen explorando los alrededores y sus muchos glaciares. Por ejemplo, podremos admirar estos gigantes desde el mar haciendo un crucero de un día. Otra opción es pasear sobre ellos o adentrarse en cuevas de hielo, siempre con la ayuda de guías expertos. Siempre que salgamos del perímetro del pueblo debemos ir acompañados de un guía cualificado, ya que estas tierras están habitadas por gran cantidad de osos polares.

Otras actividades son el esquí, los paseos en moto de nieve o los recorridos en trineos tirados por perros. Y por mar podemos montar en barco, catamarán y kayak.

Islas Svalbard.
SeppFriedhuber / iStock

Mortalidad cero

Este llamativo lugar del Océano Glacial Ártico aún guarda otra curiosidad: está prohibido morirse. Tal y como suena, es ilegal fallecer en Longyearbyen, según establece una ley de 1950. De este modo, todos los habitantes están obligados a emigrar antes de morir, lo que se aplica a enfermos terminales y personas que teman por su vida, así como mujeres que vayan a dar a luz.

Esta extraña ley tiene su explicación lógica, ya que las temperaturas tan frías no permiten que los cuerpos enterrados se descompongan. Esto puede llevar a que se propaguen virus y causen epidemias entre la escasa población del lugar.

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Redactora de Viajes '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Pasé por la revista Viajar como redactora web y desde 2022 continúo con esta pasión en 20minutos, mostrando que hay demasiadas maravillas en este planeta como para quedarse en casa.

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