El pueblo portugués sobre una caldera volcánica rodeada de montañas

La isla de Madeira puede presumir de tener algunos de los paisajes más bellos de este planeta. Este archipiélago portugués que emerge de las aguas del Atlántico regala experiencias únicas a todo aquel que lo visita, desde paseos por bosques y montañas hasta relajantes jornadas en las playas o piscinas naturales. Pero tampoco podemos olvidarnos de sus bellas poblaciones, como es el caso de Corral das Freiras, que encontraremos en una ubicación excepcional sobre una caldera volcánica.

Un paisaje excepcional

Curral das Freiras es una freguesia del concelho de Câmara de Lobos escondida entre los altos picos de la cadena montañosa del centro de Madeira. Concretamente, fue construido sobre una enorme caldera volcánica ya extinguida, de modo que el paisaje natural que lo rodea es excepcional y hace que valga totalmente la pena visitarlo.

Si queremos contemplar su entramado de casas de tejados rojizos que contrastan con las verdes montañas de alrededor, la mejor opción es subir hasta alguno de los miradores de la zona. Las vistas más excepcionales nos las da el mirador de Eira do Serrado, situado a 1.095 metros de altura. Incluso podemos llegar aún más arriba y contemplar este maravilloso lugar desde el Pico Cidão, a 1.676 metros sobre el nivel del mar.

Un refugio de monjas

En el año 1566, las monjas del convento de Santa Clara, situado en Funchal, la capital de Madeira, tuvieron que huir por los continuos ataques de los piratas a la ciudad. Las religiosas encontraron refugio en este lugar tan aislado, que fue bautizado como tal, ya que Curral das Freiras podría traducirse como ‘refugio de monjas’.

El edificio principal del pueblo es su iglesia, pero por si algo destaca la localidad es por sus artesanías y su gastronomía. Miles de turistas acuden al lugar para comprar esas piezas hechas a mano y probar su delicia culinaria por excelencia: la sopa de castaña. Este fruto se ha convertido en el símbolo de Curral das Freiras, hasta el punto de que todos los años, el 1 de noviembre, se celebra la Fiesta de la Castaña.

Y, por supuesto, también podemos hacer senderismo en el increíble entorno del pueblo. Desde aquí parten varias levadas, es decir, canales de agua típicos de Madeira que se pueden seguir a pie para hacer una ruta por la naturaleza de la isla. Algunos de esos recorridos son la levada dos Piornais, la levada do Burral y Castelejo y la levada da Velha.

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