Qué ver y qué visitar en el pueblo de España más dulce de la Navidad
En Navidad, en todas las casas de España las familias se dividen entre el grupo de los que prefieren el turrón duro o los que se pierden por un trocito del blando. En ambos el ingrediente estrella es la almendra, pero en el blando está mucho más trabajada y tiene nombre propio, de Jijona. Y es que en este pueblo alicantino ya se elaboraba en el siglo XVI siguiendo la misma receta de hoy en día: con almendra, miel y clara de huevo. Así, no es de extrañar que ese dulce tan típico en estas fechas le haya “robado” el nombre a este pueblo alicantino, desde el que cada Navidad siguen saliendo toneladas hacia todos los rincones del mundo.
El origen
Al igual que el turrón, el pueblo tiene una larga historia que todavía se puede apreciar en sus calles. Y es que ir a comprar turrón al mismo lugar en el que se fabrica siempre es una buena excusa para conocer esta zona del interior de Alicante. El castillo de la Torre Grossa sigue coronando la localidad y recordando su pasado. Lo construyeron los almohades a finales del siglo XII, pero pronto cayó en manos cristianas, quienes lo ampliaron y reforzaron sus murallas para convertirlo en uno de los puntos defensivos más importantes del reino de Valencia.
El castillo de la Torre Grossa, construido por los almohades, corona la localidad y recuerda su pasado
Después de tantas batallas, fue durante la Guerra de Sucesión cuando más sufrió y más dañado quedó, de ahí su actual estado. Aun así todavía es posible visitarlo y apreciar tanto las dimensiones como las vistas que se obtienen desde la parte más alta.
Perderse en sus calles
Su casco histórico es un entramado de calles que sigue recordando a su pasado árabe. Entre sus monumentos más destacados encontramos la Iglesia Arciprestal de Nuestra Señora de la Asunción, fácilmente reconocible por el tejado de su torre en azul y blanco.
En Jijona todavía sigue en uso un horno de diseño medieval que se remonta a la época de los moriscos
También es muy interesante ll Forn del Raval de la Peñita. Un horno de leña tradicional, con raíces moriscas y diseño medieval cuyo origen podríamos encontrar en el siglo XV. Se considera uno de los más antiguos de toda la Comunidad Valenciana y lo mejor es que ¡todavía sigue en uso! Por lo tanto, probar sus exquisitos dulces es algo casi obligatorio.
Un precioso entorno
Antes o después de conocer Jijona y de probar sus dulces es imprescindible recorrer parte de su entorno. Destaca el Puerto de la Carrasqueta, en el que se ubican algunos bonitos miradores, pero también sus interminables campos de almendros de donde se obtiene parte de la materia prima de su turrón y cuya floración es todo un espectáculo. Por eso, si ahora no te da tiempo a visitar Jijona, apúntalo para el comienzo de la primavera.