El pueblo de la Mancha en el que vivía la nobleza que llegó a ser independiente y tiene el puente romano mejor conservado de Cuenca
En Castilla-La Mancha hay multitud de localidades que son perfectas para pasar unas horas de turismo rural lejos de una ciudad tan grande como Madrid. Muchos de ellos se encuentran en la provincia de Cuenca, donde se ubican algunas de las localidades más increíbles del interior de España y de toda la Península Ibérica. Una de ellas es San Clemente, de apenas 6.700 habitantes, pero que tiene una gran importancia histórica.
Colindante con la provincia de Albacete, San Clemente es uno de los municipios más históricos de Castilla-La Mancha, ya que durante la Edad Media llegó a ser independiente gracias a los Reyes Católicos. Además, su conjunto patrimonial es uno de los más espectaculares de la comunidad autónoma, por lo que es perfecto para hacer una escapada de fin de semana (está a solo dos horas de Madrid y de Valencia).
La importancia histórica de San Clemente (Cuenca)
Aunque los vestigios indican que los primeros asentamientos humanos en la zona de San Clemente fueron en la Edad de Bronce, lo cierto es que no fue hasta la Edad Media cuando el pueblo conquense comenzó su verdadera expansión. En plena guerra entre los Reyes Católicos y Juana la Beltraneja por el trono de Castilla, Isabel I concedió la independencia al pueblo debido a su apoyo a la reina. Eso hizo que la villa viviera una época de esplendor económico y que muchos nobles se instalasen en ella.
Por esa razón, a San Clemente se le conoce como 'el pueblo de los nobles' o 'el pueblo de los palacios', ya que muchos miembros de la nobleza construyeron sus impresionantes residencias en la villa. Son muchos los palacetes que se pueden visitar, aunque varios imprescindibles son el de Piquirroti, las Casas de los Señores Bris y Ayuso o el de Martínez del Peral. Eso sí, no es lo único que hay que conocer en el municipio.
Hay dos edificios en San Clemente que fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1992: el primero de ellos es su ayuntamiento, construido en el siglo XVI en estilo renacentista, mientras que el otro se encuentra a pocos metros: se trata de la Iglesia de Santiago Apóstol, erigida en la misma época y con los mismos patrones arquitectónicos, pero que también cuenta con elementos góticos. Además, tampoco te puedes perder la imponente Torre Vieja ni los conventos que siguen en pie.
Otra de las grandes maravillas de la localidad es su puente romano, que a pesar de su pequeño tamaño es uno de los más impresionantes de toda Castilla-La Mancha gracias a su gran estado de conservación. Además, San Clemente es miembro de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago y de la Santa Cruz, así como una parada de la Ruta Cervantes, por lo que no dudes en visitar este precioso pueblo.