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Santa Eulalia de Oscos, el paraíso asturiano del turismo rural

Se dice que los inuits tienen más de 50 palabras para referirse al color blanco, y aunque esto no sea más que un mito demasiado extendido, podemos crear una analogía con un territorio mucho más cercano y nuestro. Serían necesarias muchas más de 50 palabras para abarcar todos los tonos de verde que pintan los paisajes de Asturias. En esta tierra que se extiende entre el mar y la montaña, miremos donde miremos, nos encontraremos con una paleta de infinitos verdes, desde las hojas de las hayas y abedules, hasta la vegetación de ribera que crece junto a los ríos.

Si a esas postales le sumamos tradiciones centenarias, gastronomía local y calidez humana, innegablemente nos estaremos dirigiendo al concejo de Santa Eulalia de Oscos. Alejado del turismo de masas que cada vez más afecta a otras partes del Principado, este municipio del occidente asturiano ha sabido mantener su esencia, al mismo tiempo que ha desarrollado proyectos de turismo rural que han revitalizado el lugar.

Montañas en el concejo de Santa Eulalia de Oscos.
Beatriz Pérez

Todo ello le ha valido nada más y nada menos que el título de Capital del Turismo Rural 2024, certamen organizado por la plataforma EscapadaRural. Enfrentándose a más de 200 candidatos y al escrutinio de 80.000 votos de viajeros, el municipio ha alzado la cabeza y se ha convertido en el primer territorio de Asturias en hacerse con este galardón.

Un referente del turismo rural a nivel nacional

"Esas personas que hace más de 30 años emprendieron los primeros negocios de turismo rural en esta comarca, apostando e invirtiendo en el territorio, son las que nos han permitido estar aquí a día de hoy y ser un referente del turismo rural a nivel nacional", expone orgulloso  Francisco López, alcalde de Santa Eulalia de Oscos, en el acto conmemorativo del título de Capital del Turismo Rural. Y lo hace mientras reivindica su lengua propia, el eonaviego (también llamado gallego asturiano y fala), un bien que luchan por mantener vivo en las nuevas generaciones.

Casa Pedro, en Santa Eulalia de Oscos.
Beatriz Pérez

"Surgieron algunas voces críticas y negativas diciéndonos que cómo pensábamos que un pueblo como Santalla iba a llegar a ser Capital del Turismo Rural, pero eso solo nos motivó más", cuenta López. Santalla es el principal núcleo de población del concejo y también el más poblado, seguido de Teijeira, Villamartín y hasta 29 núcleos más que en total suman 440 habitantes.

Casas rurales y gastronomía tradicional

Es en Santalla donde encontraremos los principales servicios, así como el edificio del ayuntamiento. Aquí, las casas de colores escalonadas con sus tejados de pizarra se combinan con jardines cuidados al detalle y pequeños huertos donde los propios vecinos cultivan frutas y hortalizas. "Estas fresas las cogimos ayer del huerto", nos explica Catuxa mientras sirve el desayuno. Junto a otra Catuxa (son conocidas cariñosamente en el pueblo como Las Catus), crearon desde cero una casa rural en lo que era la antigua vivienda del médico de la villa, que data del siglo XIX. A día de hoy, reviviendo bajo el nombre de A Casoa, cuenta con cinco habitaciones (9 plazas) y no solo conserva varios muebles y decoraciones originales, como el impresionante artesonado de madera del salón, sino que todavía mantiene estancias como la lareira, la antigua cocina de la casa. Todo ello se adereza con la calidez de Las Catus, gallegas de origen, pero ya establecidas como unas santallesas más.

A Casoa, en Santa Eulalia de Oscos.
Beatriz Pérez

Bajando unos metros desde la parte alta del pueblo, donde se ubica A Casoa, llegaremos hasta otra de las opciones de hospedaje de Santalla: Casa Pedro. Esta vez son Pedro y Mari Mar quienes están al mando de este hotel que abrió sus puertas en 1995, siempre con la hospitalidad como bandera. Con una sonrisa que parece no desvanecerse nunca, Pedro sirve los platos que cocina Mari Mar, y es que a las 8 habitaciones dobles se suma un bar-cafetería y un restaurante. Una detrás de otra, las delicias de la gastronomía local van llenando la mesa, y nos permiten sorprender a nuestro paladar con recetas únicas como los roxóis, una elaboración a base de cerdo que hunde sus raíces en esta comarca, la de Los Oscos. "Esto ha estado 8 horas cocinándose", explica Pedro colocando el aún humeante plato en el centro de la mesa.

Historia, cultura y profesiones centenarias

Cómo reza el dicho, "las mejores fragancias vienen en frascos pequeños" y esto parece aplicarse también a pueblos como Santa Eulalia de Oscos. Todos los visitantes que tengan la suerte de poner un pie en este concejo se sorprenderán con la infinidad de atractivos que se esconden en este territorio. Con su puntual melodía de campanas sonando a cada hora en punto, nos espera la Iglesia de Santa Eulalia, el punto de partida perfecto para una visita al concejo, ya que se alza en la plaza principal de Santalla, junto al edificio del ayuntamiento. "Lo que vemos ahora es del siglo XVIII, pero este templo ya está en documentos y pergaminos de hace más de 1.000 años", explica el guía turístico en la visita.

Ayuntamiento e iglesia de Santa Eulalia de Oscos.
Beatriz Pérez

Si nos alejamos de Santalla, nos encontraremos con otro edificio que atesora entre sus paredes la historia de esta tierra. Un 17 de octubre de 1749 nacía Antonio Raimundo Ibáñez en una casa de la aldea de Ferreirela de Baxo, hoy convertida en un museo que repasa la cronología de este ilustre personaje, al mismo tiempo que nos sumerge en la vida campesina de la comarca de Los Oscos en el siglo XVIII, gracias a sus instalaciones cuidadosamente restauradas, desde la zona de viviendas hasta la fragua y la bodega. Condecorado post mortem con el título de Marqués de Sargadelos, fue el creador de las Reales Fábricas de Fundición y de Loza de Sargadelos, un complejo único es España especializado en la metalurgia y en la cerámica.

Y más allá de lo material, en Santa Eulalia de Oscos hay otros valores que han logrado sobrevivir al paso del tiempo: las profesiones tradicionales. Uno de los ejemplos más especiales lo encontramos en la aldea de Mazonovo, que, tal y como nos adelanta su nombre, acoge un antiguo mazo del siglo XVIII, en torno al cual se ha creado el Conjunto Etnográfico de Mazonovo

El herrero Dennis trabajando en el mazo de Mazonovo.
Beatriz Pérez

"Nosotros intentamos llevar este mazo de la forma más tradicional posible, y nos dedicamos a la forja artística. También damos cursos de forja para que no se pierda este oficio", explica Dennis, uno de los herreros que trabajan en este testigo vivo de la historia del concejo; de hecho, es uno de los últimos mazos hidráulicos que quedan en activo en Europa. Dennis llegó desde los Países Bajos a este rincón del oeste de Asturias hace ya cuatro años, y poco a poco fue mejorando su técnica de forja bajo la tutela de su maestro Friedrich, un herrero austriaco que tomó los mandos del mazo y desde entonces es el encargado no solo del mantenimiento de las instalaciones, sino de mantener el legado de esta profesión en peligro de extinción.

Lo mismo ocurre con el oficio de los navajeros, quienes desarrollaron durante siglos sus piezas de cuchillería de forma tradicional, convirtiendo las navajas de Santa Eulalia de Oscos en un referente a nivel nacional. Ahora, son Jorge y Keiko quienes luchan por poner en valor este arte, continuando con esta tradición en su propio taller (que, por supuesto, podremos visitar), Hyottoko Artesanía. Mientras Jorge llegó al pueblo desde Valladolid, Keiko tuvo que recorrer muchos kilómetros más. Esta japonesa hizo un viaje al norte de España y se quedó enamorada de sus paisajes. "Cuando volví a Japón empecé a estudiar español, y durante 5 años hice 8 viajes a España", nos cuenta Keiko. Esta artesana de metal ya lleva 14 años en la villa asturiana y junto al cuchillero Jorge no solo hacen navajas, crean verdadero arte fusionando las técnicas de oriente y occidente.

Keiko vendiendo sus productos en un mercadillo en Santalla.
Beatriz Pérez

Naturaleza pura

La madre naturaleza es el habitante número 441 de Santa Eulalia de Oscos y se muestra aquí en todas sus formas posibles, desde las ondulantes colinas que se pierden en el horizonte como un océano verde, hasta los ríos de aguas frescas, los únicos de Asturias que van hacia el sur, desembocando en el Navia, y no hacia el norte, en dirección al Cantábrico. Su enorme valor paisajístico y su variada biodiversidad se enmarcan dentro de la Reserva de Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón, compartida entre Galicia y Asturias.

"Cuando nos dieron el premio no me lo podía creer, me sentí desbordada", nos cuenta Dolores, santallesa de nacimiento, de camino a la Cascada de A Saimeira, la ruta más popular de Santa Eulalia de Oscos. El esfuerzo lo merece, y es que tras el sendero, nos espera una majestuosa cascada de 30 metros de altura que lanza sus aguas con estruendo entre las rocas y la frondosidad del bosque. El camino hasta convertirse en Capital del Turismo Rural ha supuesto de igual manera mucho trabajo y dedicación, pero también en este caso el resultado ha valido más que la pena.

Cascada de A Seimeira.
Beatriz Pérez

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Redactora de Viajes '20minutos'

Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Pasé por la revista Viajar como redactora web y desde 2022 continúo con esta pasión en 20minutos, mostrando que hay demasiadas maravillas en este planeta como para quedarse en casa.

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