Destinos

Los siete pueblos más aislados de España: es complicado llegar, pero querrás ir

A Bulnes, en Asturias, no llegan las carreteras.
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Aquí no llegan ni las autopistas ni las líneas de alta velocidad. En muchos casos no llega ni una carretera y, en los casos que sí, el trayecto no es fácil ni cómodo. Eso sí, son pueblos llenos de encanto, tranquilidad, paz y una interesante historia detrás.

A muchos de estos pueblos de pocos habitantes no llega una carretera y, si lo hace, el trayecto no resulta fácil ni cómodo 

Destinos que te los puedes tomar como un reto o aventura o, todo lo contrario, como un lugar al que ir para desconectar y olvidarte del mundo exterior. Piensa muy bien que vas a meter en la maleta, llena el depósito y busca un plano de la zona ya que la cobertura también puede escasear.

Otra vista del pueblo de Bulnes en los Picos de Europa.
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1. Bulnes (Asturias)

Es el más famoso y en épocas de vacaciones aquí solo no te vas a sentir. Se trata del único pueblo al que no se puede llegar por carretera y es que su ubicación en plenos Picos de Europa no lo ha puesto muy fácil. Para alcanzar las primeras casas hay dos opciones: un sendero de unos cuatro kilómetros (y no muy seguro) que te lleva desde Poncebos o subir en funicular, lo que te llevará unos siete cómodos minutos. Una vez arriba te enamorarán sus casas de piedras tan bien conservadas y los impresionantes paisajes que rodean a este pueblo asturiano.

Pueblo medieval de Bandujo, en las montañas de Asturias.
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2. Bandujo (Asturias)

Seguimos en Asturias, aunque en esta ocasión cambiamos los Picos de Europa por el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, un entorno igual de espectacular y también muy complicado a la hora de moverse. A Bandujo solo llega una carretera (que se estrenó no hace mucho) que tras unas cuantas curvas nos deja en uno de los pueblos medievales mejor conservados de la zona, y es que el hecho de estar aislado durante siglos también tiene cosas buenas. Si lo que buscas es aventura, la alternativa a esta carretera es la conocida como Senda del Oso, y sí, te puedes encontrar con alguno. En Bandujo viven menos de cuarenta personas que se reparten en nada más y nada menos que siete barrios. Y cada uno de ellos tiene algo interesante que ver.

Entrada a La Cuevona, vía de acceso al pueblo de Cuevas del Agua.
Dolores Giraldez Alonso

3. Cuevas del Agua (Asturias)

En línea recta, estos dos pueblos asturianos están casi pegados. Pero para ir de Bandujo hasta Cuevas del Agua en coche puedes llegar a tardar más de una hora. Y eso que para llegar tuvieron la suerte de contar con una cueva que facilita el acceso. No es un túnel, es una cueva natural que mide más de 300 metros y que, aunque se ha ido ampliando para adaptarse a las necesidades actuales, sigue conservando ese aspecto tan característico y que tanto llama la atención. Una cueva tan importante para los vecinos que incluso tiene nombre: la Cuevona.

Tresviso, en las montañas de Cantabria.
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4. Tresviso (Cantabria)

En la vecina Cantabria también tienen lo suyo cuando hablamos de lugares inaccesibles y este pequeño pueblo de 68 habitantes (ha perdido unos 400 en el último siglo) es un buen ejemplo. Para llegar hay que salir de Cantabria y pasar por Sostres (de nuevo en Asturias). De aquí nace una carretera de 11 kilómetros que se recorre en unos veinte minutos (para hacerse una idea de las curvas). Su imponente iglesia de San Pedro te dará la bienvenida y para recuperarte del movido trayecto tienes un bar y varias casas rurales por si prefieres dejar la vuelta para otro día y aprovechar el tiempo para empaparte bien de la belleza de estos paisajes.

5. Paradilla de Gordón (León)

Este pueblo de León puede presumir de tener uno de los columpios gigantes con las mejores vistas de la zona (algo que triunfa en redes sociales); también de sus espectaculares miradores y de un catálogo de senderos con las mejores postales. También de tener un bar, algo sorprendente si tenemos en cuenta que el pueblo solo tiene una calle y cuatro habitantes. Lo que tal vez no sea motivo de alegría es la única carretera que llega al pueblo. Desde que coges el desvío de la L-473 debes demostrar que eres buen conductor y no temes a los grandes desniveles ni te pones nervioso si te viene alguien de frente en una carretera en la que apenas cabe uno... Pero tranquilo, son menos de dos kilómetros.

Pueblo de Tronchón, en Teruel.
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6. Tronchón (Teruel)

Llegar a la mayoría de los pueblos de Teruel no es fácil, pero a este, situado a más de mil metros de altura, en invierno puede ser misión imposible. De hecho, no es raro que se quede incomunicado todos los años debido a la nieve. La orografía de su territorio le ha mantenido siempre aislado y por eso el tiempo parece que se ha detenido en sus calles. Si consigues llegar (mejor con buen tiempo), no te olvides de probar su queso, uno de los más sabrosos que recordarás.

Os de Civís, en Lérida.
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7. Os de Civís (Lérida)

Toca cambiar por completo de zona y es que en Lérida hay un pueblo cuyo acceso pasa por otro país sí o sí. Y al que, por supuesto, no hay ningún tipo de transporte público que te lleve. Parada obligatoria antes de visitar Os de Civís es Sant Julià de Loria, ciudad situada en el Principado de Andorra y desde la que parte la carretera que necesitas. Una vez arriba te espera, rodeado de altísimos picos, un encantador pueblo de casas de piedra y tejados de pizarra en el que querrás quedarte ya sea invierno o verano.

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