¿Viajas a Menorca? Estos son los mejores sitios para ver el atardecer
El atardecer es ese momento del día en el que uno para, se sienta, reflexiona, se evade y se deja maravillar por los destellos dorados. Es ese instante donde el reloj parece detenerse. En la isla de Menorca, supone una pausa necesaria tras el trasiego de las embarcaciones y los zambullidos en la playa, una recarga de pilas para disfrutar de la noche.
Solos o en compañía, ver el atardecer es un excelente plan y más cuando el territorio se presta, como es el caso de esta isla balear de ritmo pausado, calas turquesas y mucho espíritu mediterráneo. Los sitios favoritos para disfrutar del ocaso son los faros, pero entre la lista se cuela un interesante poblado prehistórico.
Faro de Farvàritx
Cerca de las bonitas calas de Presili y Tortuga, se encuentra sobre acantilados de pizarra el faro de Favàritx, en el cabo homónimo al noreste de la isla. Sobrepasa los cien años, pues fue erigido en 1922 y llama la atención por su torre blanca con una banda negra en espiral.
Punta Nati
El faro de Punta Nati es una gran opción para ver la puesta de sol cerca de la Ciutadella, pues solo está a 6 kilómetros de la segunda ciudad más grande de Menorca. Se construyó en 1912 dado los constantes naufragios, como el del barco de vapor francés Général Chanzy. Se llega por una estrecha carretera con carril bici y desde este punto podemos ver la isla vecina de Mallorca.
Cap d'Artrutx
También con vistas a Mallorca, el Cap d'Artrutx es un enclave apacible al sur de la costa este de Menorca. El fin del cabo lo corona el faro de Artrutx, popularmente conocido como faro de Cala'n Bosch. Recuerda al citado Farvàritx, pues esta torre blanca también la marcan franjas negras, no en espiral, sino paralelas. Tras él se ubica un solicitado restaurante de cocina mediterránea por su privilegiada ubicación.
Atardecer a través de los milenios
La Menorca Talayótica es la última adhesión española a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El poblado de Trepucó uno de los muchos enclaves que conforman esta joya arqueológica y se encuentra apenas a tres kilómetros de Mahón. Es una puesta de sol diferente al resto, los destellos del astro se cuelan entre los recovecos de piedra generando un ambiente solemne.
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