Los 10 pueblos más bonitos de España para visitar con niños

Viajar con los más pequeños de la casa requiere planear actividades y también incluir visitas que sean de su agrado y que les mantenga entretenidos. Y como los pueblos son siempre un as en la manga, te traemos los más bellos e interesantes para evadirte de la ciudad y disfrutarlos en familia. 

Olite (Navarra)

Este pueblo medieval es una de las mejores propuestas porque si hay algo que fascina a los más pequeños son los castillos. El Palacio Real de Olite es un impresionante edificio del que se contaba que tenía tantas habitaciones como días el año. Pocas dudas hay de que debió de ser de los más importantes y bellos de su época en toda Europa. Pero además de esta fortaleza que parece sacada de un cuento, este pueblo navarro tiene mucho más que ofrecer. Entre los lugares de interés están la Iglesia de San Pedro, la más antigua de Olite y la de Santa María La Real. Por cierto que en agosto se celebra un mercado medieval amenizado con espectáculos en los que no faltan las danzas y combates medievales que os harán viajar en el tiempo. 

Valverde de la Vera (Cáceres)

Enmarcado en una zona de llena de historia y bellezas naturales, este pueblo de Cáceres es un destino perfecto para desconectar y sumergirse en la auténtica vida rural. Y además, mientras recorréis Valverde de la Vera, a los más pequeños les encantará descubrir una de sus peculiaridades: sus calles todavía mantiene las acequias que canalizan el agua.

Y aquí tampoco falta un castillo, el de los Condes de Nieva, cuya construcción se remonta a los siglos XIII y XIV. Otro lugar de interés es la iglesia de Santa María de Fuentes Claras.

Valverde de los Arroyos (Guadalajara)

Este pueblo de arquitectura negra, en el que sobre todo se respira tranquilidad, es un destino ideal para pasar una jornada con niños. Aquí la pizarra es la protagonista, impregnando de magia los techos de las casas, pero también las calles y las plazas. Además cuenta con un espacio natural privilegiado: la Chorrera de Despeñalagua, una cascada natural de 120 metros de alto que podréis disfrutar en familia. La ruta para llegar es fácil, a lo largo de un camino bastante llano y además está señalizada.

Santillana del Mar (Cantabria)

Conocido como el pueblo de las 3 mentiras, porque ni es santa, ni es llana, ni tiene mar, Santillana no solo puede presumir de ser uno de los pueblos más bellos de España, también aparece como uno de los mejores destinos para una escapada en familia. Y aunque en esta localidad cántabra se respira tranquilidad, ni por un minuto penséis que os váis a aburrir. 

Los mayores disfrutaréis de su riqueza arquitectónica descubriendo la Colegiata de Santa Juliana, que es el edificio románico más grande de Cantabria, la Plaza Mayor, con sus casas típicas, y los numerosos palacios y casas solariegas. Y a los niños (e incluso a los mayores más nostágicos) no les van a faltar planes hechos a su medida, como la visita al museo del Barquillero, dedicado a la figura del vendedor ambulante de barquillos. Y en un viaje al pasado, también están expuestos juegos tradicionales de los siglos XIX y XX.  

Y a menos de media hora en coche se encuentra uno de los zoológicos más impresionantes de Europa: el Parque de la Naturaleza de Cabárceno. Seguro que esta visita se convertirá en el mejor momento del viaje para toda la familia. 

Sepúlveda (Segovia)

A poco más de hora y media de Madrid se encuentra esta villa medieval de murallas, callejuelas empedradas e iglesias románicas que sorprende por su belleza. Pero en Sepúlveda la naturaleza es también protagonista. Situada en el entorno privilegiado del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón, una de las principales actividades que podéis realizar (y que encantará a los más pequeños) es una ruta en piragua por el río.

La localidad cuenta con muchos más atractivos como su preciosa plaza Mayor, rectangular y parcialmente porticada que se encuentra fuera de las murallas de la ciudad, el castillo, y por supuesto, el mirador de Zuloaga, donde os aconsejamos acudir para disfrutar de las mejores vistas.

Chinchón (Madrid)

Este pueblo madrileño lleno de monumentos, calles pintorescas y una preciosa plaza Mayor con soportales y balcones de madera, es además uno de los destinos más interesantes para una escapada con niños. Entre las actividades más divertidas para los pequeños está realizar una ruta en burro por el pueblo y los alrededores. Y si subes al castillo de los Condes, aunque no se puede visitar, te esperan unas bonitas vistas de toda la localidad. 

Besalú (Girona)

El impresionante puente medieval es el icono de este pueblo que ha sido testigo de historias fascinantes. Construido en el siglo XII sobre el río Fluvià, cuenta con siete arcos desiguales que nos transportan de inmediato a la Edad Media. A la belleza de su casco viejo, con edificios como la Casa Cornellà o los templos de San Vicente y de Santa María, hay que añadirle los restos de una sinagoga y un miqvé o baño sagrado del siglo XII, que es uno de los vestigios más destacados de la cultura hebrea que se conservan en Europa. 

Y desde Besalú os aconsejamos una excursión diferente que encantará a los pequeños y seguro disparará su imaginación: Les cabanes d’en Garrell, una especie de parque que un vecino de la localidad construyó con sus propias manos durante más de 40 años, y en el que se pueden encontrar desde torres de 20 metros de altura hasta laberintos y túneles. Se encuentra en la localidad de Argelaguer, a 5 kilómetros de Besalú.

Morella (Castellón)

Es uno de los pueblos medievales más bellos, y parte de este encanto se lo debe a su ubicación en lo alto de una montaña. Protegido por su imponente muralla medieval, que contiene un castillo declarado Monumento Histórico-Artístico, pasear por el casco histórico es como subirte a la máquina del tiempo. A los más pequeños les encantará atravesar la muralla por alguna de las imponentes y enormes puertas. También disfrutarán visitando las cuevas prehistóricas de La Vella, cuyas pinturas rupestres forman parte del Patrimonio de la Humanidad. Se encuentran a 6 kilómetros de Morella. 

Aribe y el Valle de Aezkoa (Navarra)

Pastos, vacas, ovejas, caballos y densos bosques. Es difícil imaginar un entorno más adecuado para que disfruten los niños. La pequeña localidad navarra de Aribe es un apuesta segura para una escapada diferente. Situada en pleno Valle de Aezkoa, en este bucólico lugar el tiempo pasa a otra velocidad. Además de su puente medieval sobre el río Irati y sus pintorescas casas, en la zona te espera una joya patrimonial que no hay que pasar por alto: quince de los veintidós hórreos que quedan en la Comunidad de Navarra se encuentran en este maravilloso valle. 

Calatañazor (Soria)

Soria cuenta con alguno de los pueblos más bellos de nuestro país y Calatañazor es la mejor muestra de ello. Rodeado por un castillo y sus murallas, esta pequeña localidad medieval que se encuentra en lo alto de una cima es un auténtico viaje al pasado. Por cierto, que a los niños les encantará descubrir que estáis en tierras de dinosaurios. Así que uno de los planes de este viaje seguro que será realizar algún tramo de la ruta de las icnitas para localizar huellas fósiles de dinosaurios y otros animales prehistóricos.

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