Viajes

Ocho playas de postal para disfrutar del Mediterráneo en estado puro

Playa de Ses Illetes, en Formentera.
Tono Balaguer

SES ILLETES (Formentera)

Seis son los islotes a los que hace referencia en su nombre esta icónica playa del norte de la isla habitada más pequeña del archipiélago balear, que forma parte del Parc Natural de Ses Salines d’Eivissa i Formentera. Recorrer en bicicleta los cinco kilómetros que la separan del puerto de La Savina es la mejor opción para llegar hasta aquí y disfrutar de esta maravilla de la naturaleza, que ocupa gran parte de la península de Es Trucadors. Su arena es blanca y sus aguas transparentes, gracias a las praderas de posidonia oceánica, Patrimonio de la Humanidad, que habitan sus fondos. www.formentera.es

Cala Escorxada, en Menorca.
Getty Images/iStockphoto

CALA ESCORXADA (Menorca)

Las cuevas que la rodean pueden ser un refugio perfecto cuando sopla el viento en esta cala de arena blanca y aguas azul turquesa, a la que no resulta fácil llegar. Hay que caminar mucho por pistas sin asfaltar sin perder de vista el mar. Situada a ocho kilómetros de Migjorn Gran, entre las puntas de Sant Antoni y de s’Avi, forma parte del Área Natural de Especial Interés que se extiende desde Cala Mitjana hasta Binigaus. Un entrante de mar en forma de u y la desembocadura del torrent de sa Torre han originado este fantástico lugar, rodeado de pinos. www.menorca.es

La singular playa de Zlatni Rat, en Croacia.
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PLAYA DE ZLATNI RAT (Croacia)

Hoy puede que tenga forma de cuerno, pero quizás, en unas horas, si el mistral sopla fuerte, haya cambiado de aspecto. El viento moldea a ratos la silueta de la playa más famosa de Croacia, una espectacular lengua de arena que se adentra hasta 500 metros en las aguas del Adriático, en la isla de Brač, en la Costa Dálmata. Merece la pena contemplar su silueta desde lo alto del monte Vidova Gora antes de pisar su arena dorada, que brilla de forma especial bordeada por el azul del mar y los blancos guijarros. Un bosque de pinos enmarca el lugar, frecuentado por las tardes por los amantes del windsurf. visitcroatia.com

Playa de Palombaggia, en la isla de Córcega.
PAWEL KAZMIERCZAK

PLAYA DE PALOMBAGGIA (Francia)

Los cormoranes moñudos que habitan las islas Cerbicale parecen saludar en la distancia a los bañistas que cada día, en verano, pueblan esta idílica playa del sur de Córcega, situada a su vez a 200 kilómetros al sur de la Costa Azul. Observar las aves de la reserva natural que forma parte del paisaje es una de las actividades sencillas de las que pueden disfrutar quienes se decidan a olvidarse de los acantilados que dibujan el norte del litoral corso y conocer Palomboggia, muy cerca de la animada Porto Vecchio, enmarcada por dunas y pinos centenarios cuyo aroma nos acerca la brisa. es.france.fr

Sarakiniko, en Grecia, playa de origen volcánico.
Getty Images/iStockphoto

PLAYA DE SARAKINIKO (Grecia)

Tal vez para entender el porqué de la piel blanca de la Venus de Milo baste con viajar hasta la isla griega donde fue encontrada, la más occidental de las Cícladas, en el mismo centro del mar Egeo, y dirigirse a su costa norte. En Sarakiniko, que lleva el nombre de los piratas sarracenos que en el pasado la usaron como refugio, no hay arena, pero sí formaciones rocosas, producto de la ceniza volcánica erosionada, del color de la tiza, que nos harán creer que hemos llegado a la Luna. Si esta aparece en el cielo, será que hemos disfrutado aquí del mejor atardecer del mundo. ¡Muy romántica! www.visitgreece.gr

Playa de Iztuzu, en Turquía.
Kenan OLGUN

PLAYA DE IZTUZU (Turquía)

Es conocida como la playa de las tortugas porque hasta aquí llegan a desovar, entre los meses de mayo y septiembre, numerosos ejemplares de caguama. Estamos pues en un lugar de alta protección medioambiental, que hay que cuidar, por mucho que, por las mañanas, queramos disfrutar del lugar. Mirar, solo mirar, o tal vez pasear en kayak son los deportes preferidos de quienes se acercan hasta esta franja de arena fina, de más de cuatro kilómetros, que es Iztuzu, que forma una barrera natural entre el Mediterráneo y el delta del río Dalyan, en el distrito de Ortaca de la provincia de Muğla. www.turismodeturquia.org

Cala Mariolu, en la isla de Cerdeña.
Getty Images/iStockphoto

CALA MARIOLU (Italia)

Mariolo quiere decir ladrón. Es el apelativo con el que los pescadores denominaban a las focas monje que hasta aquí llegaban para robarles la mercancía que se enganchaba a sus redes. Esta es la historia detrás del nombre de este lugar mágico del golfo de Orosei, en Cerdeña, una cala bordeada por piedras blancas y rosas que contrastan con los tonos verdes y azules que adquiere aquí el Mediterráneo. Hasta ella habrá que llegar por mar, en barco privado o a bordo de algunos de los que parten desde Arbatax, Santa Maria Navarrese o Cala Ganone. En sus alrededores, infinitas grutas acrecientan las sorpresas. www.sardegnaturismo.it

La Laguna Azul de Malta.
Wladimir Bulgar

LAGUNA AZUL (Malta)

Una piscina natural. Eso es lo que es esta preciosa playa situada entre dos pequeñísimas islas, Cominotto y Comino, reserva natural y santuario ornitológico, casi desierta, ubicada a su vez entre las islas de Malta y Gozo. No nos vamos a engañar: la laguna azul suele estar llena de gente, así que tendremos que madrugar para intentar ser los primeros. Sus aguas color turquesa invitan al relax más absoluto, aunque son muchos los que se animan a bucear. Las formaciones rocosas que la rodean le confieren un aire de lugar remoto y perdido, por mucho que la hayamos visto en infinidad de películas. islamalta.es

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