Rutas

La ruta más refrescante y sencilla a la cascada oculta del Valle de Baztán

Cascada de Oinaska.
valledebaztan.com

En el corazón del Pirineo navarro el paisaje se tiñe de un verde tupido y sus pequeños pueblos reciben al buen tiempo con una explosión de color gracias a las flores que adornan sus balcones. Aquí todavía es posible caminar con calma y encontrar rincones llenos de magia sin tener que esforzarse mucho.

La ruta a la cascada es circular, de unos siete kilómetros y discurre entre los pueblos de Elizondo y Elbete

Elizondo es un buen ejemplo. Uno de los pueblos más conocidos y bonitos del valle es una parada imprescindible en cualquier visita al Valle de Baztán. Y, tras recorrer sus calles y admirar su arquitectura a base de palacetes y casas señoriales que reflejan la importancia que tuvo en otros tiempos, toca mirar hacia la naturaleza. El calentamiento se puede realizar junto al río Baztán y las preciosas estampas que regala a su paso por Elizondo. Después hay que ampliar el recorrido y perderse entre sus bosques en busca de algunas sorpresas.

Río Baztán y pueblo de Elizondo.
Getty Images

Casi de estreno

Fue hace tan solo dos años cuando se trabajó en acondicionar esta ruta y señalizarla bien para que fuese accesible a todo el mundo. Y es que se trata de una ruta con poco desnivel y un camino bien señalizado que puede seguir cualquiera y disfrutarla así en familia. La ruta es circular y son unos siete kilómetros que se pueden recorrer en unas dos horas si caminamos con calma. El sendero, ahora muy bien acondicionado, discurre entre los pueblos de Elizondo y Elbete.

Elizondo es uno de los pueblos más conocidos y bonitos del valle y parada imprescindible en cualquier visita al Valle de Baztán
Hay señales rosas bien visibles para seguir la ruta.
valledebaztan.com

En rosa

Perderse es casi imposible ya que las nuevas señales están pintadas de un tono rosa que destaca entre el paisaje. La ruta parte del mismo centro de Elizondo y la primera parte es sobre asfalto hasta llegar a un camino bien acondicionado. La primera parada son unos túneles de minería, vestigios de la extracción de barita que se mantuvo en activo hasta 1976. No es recomendable adentrarse mucho en estos túneles ya que están abandonados, pero sí es curioso verlos y asomarse un poco. Hoy hay tres entradas, aunque una de ellas está llena de agua.

Valle de Batzán y el pueblo de Elizondo.
Jose A. Baeza

Gran altura

El aspecto final de esta cascada depende mucho de las lluvias que se hayan producido en los últimos días. Así, cuando el ambiente está más seco se puede apreciar cómo el agua da pequeños saltos por el terreno mientras que, tras días de lluvia, el chorro cae directo desde gran altura. De cualquier modo, tanto la propia cascada como el paisaje que la rodea merecen la pena en cualquier época del año.

Mirador de Elizondo.
valledebaztan.com

Una última sorpresa

A la vuelta siempre es buena idea hacer una parada en el Mirador de Elizondo. También bien acondicionado, cuenta con una valla de madera y un banco en el que sentarse para disfrutar al máximo de las excelentes vistas de Elizondo y del resto del valle. Oinaska se puede traducir del euskera como “pie más abrevadero” y es que este era el lugar donde los baserritarras (quienes vivían en los caseríos lejos del pueblo) se limpiaban los pies y se calzaban los zapatos para llegar al pueblo.

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