Sighisoara: la joya medieval de Transilvania donde nació Drácula
Si estás planificando un viaje fuera de España y tienes curiosidad por descubrir nuevos horizontes, en el corazón de la mítica región de Transilvania encontrarás un destino sorprendente que parece sacado de un cuento. Y no solo porque aquí nació el famoso Vlad III el Empalador, cuyo fantasma ronda el castillo de Bran, también porque Sighisoara tiene uno de los cascos históricos medievales mejor conservados del viejo continente.
Un viaje en el tiempo
Sobran las razones para visitar Rumanía, un país bastante desconocido para la mayoría de los viajeros a pesar de contar con maravillosas playas, lagos, bosques y paisajes montañosos extraordinarios. Y por supuesto, como resultado de su rica historia medieval, el país también está salpicado de fascinantes castillos y ciudades medievales únicas, como Sighisoara, donde sí o sí, te recomendamos hacer una parada. Nada más pisar este destino, te darás cuenta de que has llegado a la ciudad más bella y mágica de toda Rumanía.
Qué visitar en Sighisoara
La ciudadela, construida en la cima de una colina, no solo ofrece unas vistas impresionantes, también destila un ambiente mágico que transporta a épocas lejanas. Con un casco histórico que mantiene intacta su estructura y arquitectura desde el siglo XIII, pasear por Sighisoara es realizar un auténtico viaje en el tiempo. Esta ciudad de origen sajón, te sorprenderá por todas partes: su fortaleza, calles adoquinadas y en pendiente, y coloridas fachadas recrean un escenario de leyenda que constantemente querrás captar con tu cámara.
La torre del reloj, el símbolo de Sighisoara
La ciudad cuenta con numerosas torres y la mayoría llevan el nombre de los gremios de la época: Torre de Los Herreros, de Los Carpinteros, de los Carniceros o de los Zapateros, esta última al norte de la ciudadela, es quizá la más bella de todas. De las 14 torres que llegó a tener la fortaleza de Sighisoara, hoy se conservan 9, siendo la torre del Reloj la más importante. Es también la entrada principal al centro histórico y casi la podrás ver desde cualquier punto de la ciudad. Construida en el siglo XIV, tiene 64 metros de altura y dos relojes, uno en la cara sur y otro en la norte, además de unas figuritas de madera que cambian según el día de la semana. No solo es una visita imprescindible porque en su interior se encuentra el Museo de Historia, un punto clave es su mirador, desde donde podrás disfrutar de las mejores vistas de Sighisoara.
Y junto a la torre, hay un edificio amarillo que no debes pasar por alto, ya que es uno de los puntos más turísticos de Sighisoara. Se trata de la casa en la que nació Drácula y vivió durante cuatro años, hoy convertida en un restaurante.
Una ciudad en colores pastel
Impresionantes torres, iglesias con frescos centenarios y encantadoras plazas (como la pequeña Plaza Cetatii) son parte de los atractivos de esta ciudad de leyenda que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero sobre todo, lo que más fascina son las casas de dos o tres plantas, con fachadas pintadas en distintos tonos pastel, que le dan a la ciudad un encanto único. El mejor ejemplo lo encontrarás recorriendo la Strada Tâmplarilor, una de las calles más bonitas de Sighisoara.
La escalera que conduce a la iglesia de la colina
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A través de una curiosa escalera de madera cubierta (Scara Şcolarilor), construida en el siglo XVII para que los niños llegaran a la escuela, se accede también a la iglesia de la colina que se alza imponente en todo lo alto. Este edificio, que se construyó en el período 1345-1525 en el lugar que ocupaba una fortaleza, es el cuarto templo gótico más grande de Transilvania. Entre sus muros interiores guarda una cripta con tumbas del siglo XVI.
Otra visita obligada es a la iglesia gótica del Monasterio Dominico. Fue levantada en el siglo XIII, para posteriormente convertirse en el principal templo luterano de los sajones de la ciudad. Y como no podía ser de otra manera, también en este lugar encontrarás un busto de Vlad Drácula. Pero sobre todo, acércate al mirador que hay detrás de la iglesia para disfrutar de bonitas vistas de la ciudad. Desde este punto, también se divisa la Catedral Ortodoxa que fue construida entre 1934 y 1937 en estilo bizantino.