Viajes

Uno de los pueblos más bonitos de Francia a tan solo diez minutos en coche desde España

Puente sobre el río Nive en Saint Jean Pied de Port.
Giuseppe Anello

Justo al otro lado de la frontera de España que marca tan bien el Pirineo, en este caso desde la parte navarra, encontramos un pequeño pueblo que está considerado como uno de los más bonitos de Francia, y eso que el país vecino tiene el nivel bien alto. Saint-Jean-Pied-de-Port, que al español traducimos como San Juan Pie de Puerto y que se conoce Donibane Garazi en vasco, marca el inicio del Camino de Santiago Francés. Una etapa previa a la de Roncesvalles que cruza el Pirineo entre un espectacular paisaje.

La bella localidad de Saint-Jean-Pied-de-Port marca el inicio del Camino de Santiago Francés

Saint-Jean-Pied-de-Port está bien marcado en el mapa de los peregrinos, pero también en el de cualquiera que quiera perderse en un encantador pueblo típico francés, con sus contraventanas de colores y sus tiendas de recuerdos entre las que siempre destacan los productos de alimentación gourmet.

Puerta de la muralla medieval y Torre del Reloj.
Getty Images

Una muralla rosa

Sí, y no porque el paisaje tan idílico que rodea al pueblo les proporcione una sobredosis de “cuquismo”, el motivo del tono rosado de su muralla es más simple y mucho más práctico. Este recuerdo de su origen medieval, que está perfectamente conservado, destaca por el color característico de su piedra, un gres rosa que se extrae muy cerquita.

Una de las puertas de la muralla, la de Saint Jacques, está catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad

Para atravesar esta muralla se puede elegir por qué puerta hacerlo entre las muchas que no solo siguen en pie sino que también están en un estupendo estado de conservación. Puedes elegir entre la Puerta de San Jacques, catalogada como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en 1998 y entrada tradicional de los peregrinos a la zona antigua del pueblo, o también tienes la opción de la Puerta de Francia o la de España. O entrar y salir de la zona peatonal tantas veces como puertas encuentres ya que todas merecen la pena.

Peregrinos del Camino Francés.
Getty Images

Más color

Una vez dentro de la parte más antigua del pueblo toca perderse entre sus callejuelas empedradas en las que las contraventanas de las casas y las flores que siempre adornan sus balcones alegran cada rincón. Elijas la calle que elijas, seguro que siempre acabas junto a la iglesia de Notre-Dame y la puerta que lleva su mismo nombre. En esta ocasión fácilmente reconocible porque está coronada con la Torre de Reloj.

Desde los puentes que cruzan el río Nive se obtienen unas preciosas vistas del pueblo

Y aquí llegas al punto más fotogénico de este pequeño pueblo, la zona en la que el río Nive lo atraviesa. Encontrarás dos puentes, el Pont Neuf y el Eyhereberry, que se conoce también como puente romano, aunque su origen es medieval. Desde ambos se obtienen unas preciosas vistas de las casas marcando el mismísimo borde del río.

Puerta medieval de Saint Jacques, Patrimonio de la Humanidad.
Maarten Hoek

Subir y subir

Eso es todo lo que tienes que hacer para llegar a otro de los puntos más señalados de Saint-Jean-Pied-de-Port, su ciudadela. Antes de esta construcción hubo una fortaleza medieval y hoy es un colegio, por lo que no se puede visitar. Eso sí, la subida merece la pena ya que desde su mirador se obtienen unas impresionantes vistas del pueblo desde las alturas, así como del paisaje que lo rodea. Además, hay varios bancos para poder recuperarse cómodamente de la subida a pie.

El edificio más destacado

Y también más curioso es el conocido como “La prisión de los obispos”. El nombre le viene de una mezcla de datos y fechas que da un resultado muy llamativo. Lo de obispos es porque aquí se refugiaron los obispos de Bayona durante el Cisma de Occidente. Lo de cárcel vendría después, en el siglo XVIII. Pero todo junto resulta atractivo y así se quedó. De hecho, hoy es un museo sobre la peregrinación a Santiago de Compostela.

El edificio conocido como "La prisión de los obispos" es hoy un museo sobre la peregrinación a Santiago
Albergue de peregrinos.
Getty Images/iStockphoto

Sigue la ruta

Si te has quedado con ganas de más, ya que estás en esta zona no te puedes ir sin conocer otros pueblos encantadores de la parte francesa como Espelette, famoso por los pimientos que decoran sus balcones, o Ainhoa, muy chiquitito, pero cuidado al detalle. Y por supuesto haz un alto en el camino para probar el dulce típico de la zona, el pastel vasco, que incluso tiene un museo.

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