Los restos mortales de Mijaíl Gorbachov han sido trasladados al cementerio este sábado tras su funeral, después de que durante toda la mañana se generasen enormes colas a las puertas de la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos en Moscú para despedir al expresidente. Centenares de ciudadanos han esperado durante horas para acceder a la histórica estancia y honrar al último presidente de la URSS. Representantes de la sociedad rusa y políticos internacionales como el presidente de Hungría, Viktor Orbán han acudido para dar el último adiós a Gorbachov y el pésame a la familia, pero lo que más ha destacado ha sido la ausencia del presidente Putin, excusado por el Kremlin por problemas de agenda. Las exequias han sido organizadas entre el servicio de protocolo del Kremlin y la Fundación Gorbachov, que dirige Irina, la hija del padre del expresidente fallecido. Finalmente, el suyo no ha sido un funeral de Estado. El lugar y la presencia de guardia de honor son los elementos que destacan su figura.