Dos de cada tres familias en España, las monoparentales más del 70%, necesitan recurrir a alguien para que les ayude en el cuidado de los hijos. Y debido a la precariedad de no poder pagar, la tarea recae en un familiar, normalmente en los abuelos. Conscientes de que puede convertirse en un problema, en Suecia han decidido remunerar esa dedicación. Desde ahora, las familias pueden transferir los subsidios que le corresponden por natalidad a otra persona, sea o no familiar. El único requisito, que cotice en la Seguridad Social de ese país. Los abuelos cuidadores podrán cobrar hasta 3 meses de prestación. Una idea que, como ocurrió con los permisos retribuidos, es posible que algún día llegue a España. Mientras tanto, aquí se tendrán que conformar con los otros beneficios que reciben, emocionales e incluso físicos: que cuidar a los nietos los mantiene activos, mejora así su salud, se pueden sentir útiles y valorados y les ayuda a conservar la memoria.