Desplazamiento sobre desplazamiento

Desde el jardín, se escucha a los niños en la piscina y corre una brisa agradable que viene desde la sierra. Alice Benquet asegura que siempre se consideró "urbanita", pero, tras 14 años viviendo en la capital, esta primavera decidió salir de Madrid y mudarse con su pareja y su hijo de cuatro años a El Escorial.

"La pandemia me hizo cambiar un poco el chip", asegura esta coordinadora de proyectos de ONG de 37 años, que vivía en el Tercio de Terol, en el barrio de San Isidro, antes de mudarse a esta localidad ubicada a 45km de Madrid. "Queríamos comprar y, en San Isidro, era imposible. Cuando entramos las casas valían entre 250.000 y 300.000 euros y, después de la pandemia, estaban a 470.000 o 500.000, unas casas muy pequeñas y que eran antiguas casas sociales, con materiales no muy buenos, no merecía la pena".