La Fundación Affinity participa en un programa de Instituciones Penitenciarias que ayuda a 4.500 presos y que consiste en la incorporación a prisión de un conjunto de perros para hacer compañía a los interinos. Desde que los animales conviven con ellos, su perspectiva ha cambiado a mejor: tienen el trabajo de cuidar a los canes, les hacen sentirse útiles y les motivan a rehabilitarse. "Los perros no juzgan, solo dan cariño; ayudan a humanizar a las cárceles", asegura Maribel Vila, la responsable de terapias de esta Fundación.