Las renovadas caídas en bolsa ante el pico de los tipos de interés en 2023, los resultados corporativos y una desaceleración económica más suave pueden abrir oportunidades en algunos sectores, según los expertos.
250 artículos de Héctor Chamizo
El incremento de las rentabilidades a lo largo del último año y la perspectiva de que los bancos centrales hagan una pausa ofrecen a los inversores una oportunidad en los rendimientos de los bonos corporativos.
Los inversores afrontan la última subida de tipos de interés de la Fed este miércoles antes de adoptar una pausa cuya resolución, si baja la inflación, puede resolverse con recortes en las tasas de referencia.
La capacidad de remunerar a los accionistas se estrecha ante las presiones de una financiación y costes más caros para las empresas pero los inversores mantienen estas empresas entre sus opciones preferentes.
Mike Wilson, estratega jefe de Morgan Stanley, considera que los mercados no reaccionaran positivamente a las presentaciones de resultados corporativos porque será cada vez más difícil que se batan las previsiones.
El mejor comportamiento de los grandes valores durante el último año y medio deja margen a un regreso de los inversores a los valores más pequeños que estén en crecimiento y lideren su sector.
El punto de inflexión en los mercados ante la posibilidad de una pausa en los tipos, el descenso de la inflación y la desaceleración económica en Occidente abren la puerta a los países de mayor crecimiento y riesgo.
La esperanza para salvar el crecimiento mundial pasa por China. Con Estados Unidos y la Unión Europea mermados por los efectos negativos de la subida de tipos de interés para controlar la alta inflación.
El experto señala que tras la mala racha registrada en los mercados de bonos durante el último año han vuelto a resurgir oportunidades en un entorno de riesgos de recesión y aumento de los impagos por el alza de tipos.
El gestor de la firma suiza considera que los bancos centrales se enfrentan a un difícil equilibrio entre seguir subiendo tipos y mantener la estabilidad financiera pero descarta una crisis al estilo de 2008.
La rápida actuación de los bancos centrales y reguladores para contener los brotes de crisis bancaria en sus inicios contrastan con la tardanza en adoptar medidas, que es lo que ocurrió en los mercados hace 15 años.
La pandemia de 2020 y los tipos bajos embalsaron el ahorro de los estadounidenses pero la inflación generalizada está acelerando el descenso de la tasa de ahorro mientras se mantiene el dinamismo del gasto del consumidor.
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