OPINIÓN

Soy un ex loro

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Soy un ex loro
Soy un ex loro

Se trataba de la despedida de Monty Python, nada menos. Habían pasado 45 años desde el estreno de Flying Circus, 30 desde El sentido de la vida, y 25 desde la muerte de Graham Chapman. Los indispensables cómicos británicos habían puesto en pie 10 monumentales actuaciones en el O2 Arena de Londres para recordar sus mejores sketches y la última de ellas sería retransmitida en directo por cines de los cinco continentes. Miles de espectadores alrededor del mundo compartiendo en tiempo real un momento histórico. No era un espectáculo apto para gente refractaria a la nostalgia; los protagonistas, ya septuagenarios, revisaban material antiguo sin grandes alardes físicos, pero los fans queríamos estar.

Aparecieron Cleese, Palin, Idle, Jones o Gilliam y recrearon los millonarios que exageran la humildad de su infancia, la sorpresiva Inquisición Española, el codazo-guiño cómplice en el pub o ese loro muerto que ya forma parte inmortal de nuestro genoma cómico. Por algún tipo de avería personal no me entusiasman los números musicales intercalados en películas de humor, pero cuando Eric animó a su audiencia para cantar el Always Look on the Bright Side of Life sentí que los autores de La vida de Brian se despedían a lo grande. Mientras algunos críticos buscaban sinónimos de “previsible” o “remunerado” para sus reseñas, yo salí del cine sonriente, satisfecho, emocionado y feliz. Puede que los Monty Python jamás vuelvan a reunirse, pero nunca olvidaré aquella tarde del 20 de julio de 2014. Claro que haber escrito la fecha también me ayudará a recordarla, en fin... Detengan este artículo, ¡me parece tonto!

Pepe Colubi

Parte de la comuna ILUSTRES IGNORANTES y ha escrito un par de novelas esperando un inmerecido golpe de suerte que le aleje del esfuerzo. Espectador de todo.

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