'Futurama': La guasa de las galaxias

No todo van a ser novedades en esta vida: CINEMANÍA rescata los shows que hicieron historia de la TV con esta colección de artículos. Bienvenidos a nuestros Clásicos en serie.

¿Cómo superarse tras haber creado uno de los iconos pop más influyentes de la historia? Eso mismo debía preguntarse Matt Groening en 1994: a aquellas alturas, esa familia de color amarillo que había dibujado para unos sketches en El show de Tracey Ullman ya era popular en todo el mundo, con lo que el autor de Los Simpson se enfrentaba a un desafío considerable ante el encargo de idear una nueva serie. 

El orden de los episodios de 'Futurama' en Disney+ es un desastre pero te ayudamos a corregirlo

Pero Groening sacó partido de su interés por la ciencia-ficción y, cinco años después, nos dio Futurama (Netflix). Una serie igual de buena que su obra más famosa, o quizás mejor. Entre otras cosas, porque no ha tenido la ocasión de pudrirse a base de temporadas sin gracia.

Las aventuras de Planeta Express, el servicio de transportistas más incompetente del siglo 31, contaron con virtudes muy importantes. 

Además de un diseño gráfico mucho más pulido que el de Homer, Marge y compañía, y del gusto de Groening y su equipo por llenarlo todo de gags (empezando por los créditos, con un tema principal inspirado en el Psyché Rock de Pierre Henry) la serie tuvo al productor y guionista David X. Cohen, cuya formación como científico le permitió aventurarse en los territorios de la ciencia ficción ‘dura’. Sobre todo, en los de las paradojas temporales.

Pero el principal mérito de Futurama fue un elenco de personajes capaces de sobreponerse al gag puntual y protagonizar una trama hilarante y agridulce en sus temporadas y sus telefilmes. 

Por supuesto, la historia de Fry y Leela es el espinazo oculto de la serie, y todos los secundarios (bueno, Zoidberg un poco menos) tienen grandes momentos. Pero es imposible no recordar a Bender sin sentir deseos de fundar nuestra propia plataforma de VOD con casinos y furcias. Es más, ¡al cuerno la plataforma!