La pareja más salvaje de los 90
Pam & Tommy, en Disney +
La primera vez que leí sobre esta serie no me pudo interesar menos. Para mí, Pamela Anderson siempre había sido la rubia tetona de Vigilantes de la playa y poco más. Que Pam & Tommy contase el famoso caso del vídeo casero filtrado en el que practicaba sexo con su marido Tommy Lee, batería de los Mötley Crëu, tampoco era un aliciente para mí.
Pero, contra todo pronóstico, Pam & Tommy me ha encantado. Sí. Está la peripecia, el recuento de cómo ese vídeo íntimo de una de las parejas más salvajes de los 90 fue robado y vendido en el mundo entero (con unos beneficios estimados de 77 millones de dólares) por un carpintero enfadado porque Tommy Lee le debía dinero de una obra que había hecho en su casa.
Pero la serie cuenta mucho más. Para empezar es un retrato de dos personajazos: la conejita de Playboy que quería ser Kim Basinger y su caballero, el exbatería que hablaba con su pene. Pam & Tommy también es su historia de amor, de su boda pocas horas después de conocerse en una discoteca y de que Tommy Lee persiguiese a Pamela Anderson hasta Cancún.
El telón de fondo son unos años 90 como pocas veces se han retratado en una serie. Merecen especial atención dos asuntos. Por un lado, la hipocresía que existía respecto al sexo en la sociedad norteamericana (de aquellos barros estos lodos woke), la misma que acabó con la carrera de Pamela Anderson tras la cinta robada. Por otro, lo incautos, naif, inocentes y felicianos que éramos cuando internet llegó a nuestras vidas. ¡Quién pillase esos tiempos ahora!
'Viven' meets 'Perdidos' con un toque femenino
Yellowjackets, en Movistar Plus +
Un equipo de fútbol femenino tiene un accidente de avión y se estrella en un bosque en medio de la nada. Pasan 19 meses hasta que encuentran a las supervivientes, tiempo suficiente para que la desesperación, el hambre y la amenaza de canibalismo se ciernan sobre ellas. Esta es la premisa de esta serie de Showtime que acaba de renovar su segunda temporada.
Yellowjackets transcurre en dos líneas temporales: el pasado en el que las futbolistas se estrellaron y un presente en el que las supervivientes intentan seguir con sus vidas. Unas postales y la muerte sospechosa de uno de sus compañeros de avión harán que vuelvan a juntarse.
Aunque está un poco estirada (¿y qué serie no lo está?), Yellowjackets engancha por su fino montaje y por el trabajo de sus actrices, entre las que están glorias de los 90 como Christina Ricci o Juliette Lewis. No es una serie que te vaya a cambiar la vida pero es perfecta, siendo un cruce de Perdidos y Viven con un lado muy femenino, para una buena maratón.
La Fiesta de Blas… todo el mundo salía con unas cuantas copas de más
Un, dos, tres… al escondite inglés, en Flixolé
¿Se nos ha ido la cabeza con Eurovisión y el Benidorm Fest? He pasado los últimos días sin mirar las redes, aburrida de los mensajes de odio e incluso la politización de lo que es, digámoslo claro porque parece que se nos ha olvidado, un programa de televisión. Ni más ni menos.
Pero si te pasa como a tanta gente, que eres incapaz de abstraerte de la necesidad de pertenecer a una gran conversación colectiva y quieres salir a Twitter a chillar que la teta es mejor que el chanelazo o lo que sea, te recomiendo que tomes aire y veas esta película.
Probablemente te sorprenda que las cosas sigan siendo igual que en los años 60. Fue a finales de esa década cuando al genio Iván Zulueta, que trabajaba como realizador de Último grito en TVE, se le ocurrió esta historia en la que un grupo de melómanos de la música pop británica deciden boicotear a los grupos de música participantes en Mundocanal (Los íberos, Formula V, Los Buenos, Los Ángeles, etc), una suerte de Eurovisión de entonces. Aunque es más un especial televisivo que un largometraje cinematográfico, merece la pena echarle un ojo. Atento a José María Íñigo y al director Antonio Drove, que actúan en la película.
El mejor retrato de la generación Z
The Fallout, en HBO Max
Hay una escena en The Fallout que es un plano fijo. En primer plano, Vada, la protagonista, se escribe mensajes en la nueva red social de turno con un compañero de su colegio, ambos supervivientes de un tiroteo. En un segundo plano, su hermana pequeña se graba en Tik Tok bailando hip hop.
Esta escena es un buen resumen de lo que puedes esperar de The Fallout, uno de los mejores retratos de la generación centennial: poliamor, drogas, arrogancia, narcisismo y dependencia de las redes sociales son los lugares comunes de los Z, a los que Megan Park pone imágenes y música sin desatender sus propios estilemas.
Jenna Ortega –que de pronto parece estar en todas partes (Scream, You y ojo, ¡en lo próximo de Ti West!)– interpreta a Vada, una de las supervivientes, cuyas técnicas para asumir lo que acaba de vivir son tan evasivas como las del personaje de Zendaya en Euphoria. A su alrededor, cada cual intenta lidiar con el tiroteo a su manera: desde el influencerismo hasta el activismo político.
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