Halloween invita a disfrazarse y, desde semanas antes, a descubrir y revisar películas de terror. Las plataformas de streaming incorporan en estas fechas filmes para satisfacer esa demanda. Amazon Prime Video ha estrenado Cosecha oscura (Dark Harvest), filme que nos introduce una nueva figura, Jack Dientes de Sierra (Sawtooth Jack) y muestra un pueblo maldito en el que los adolescentes son los encargados de cazar y matar al monstruo.
El filme de la Metro Goldwyn Mayer, basado en una novela de Norman Partridge, está dirigido por David Slade, autor de pasado con alicientes como resaltan Hard Candy y 30 días de oscuridad. Mejor obviar que se encargó de la tercera entrega de la saga Crepúsculo (Eclipse).
Crítica de 'Cosecha oscura'
Una criatura que despierta cada noche de Halloween y el ritual anual de una comunidad para frenarla y asegurar su continuidad. El planteamiento de Cosecha oscura , título español de Dark Harvest, conecta con aspectos reconocibles a la vez que ofrece rasgos llamativos como el de que son los jóvenes del lugar los que deben dar caza y matar al monstruo cuando sale del maizal. La premisa y los detalles diferentes respecto a este tipo de historias motivan que la película retenga el interés a pesar de las imperfecciones presentes en su desarrollo.
La sugerencia se canaliza por cómo David Slade y el guionista y productor Michael Gilio, en la adaptación de la novela de Norman Partridge, modulan cuestiones como la del pueblo maldito, la leyenda que aterra, la localidad de la que en el fondo no se puede salir, la realidad oculta por los adultos y el sometimiento colectivo a "lo que hay que hacer". Su contextualización a principios de los años 60 en Estados Unidos, retrato reflejado especialmente a través de las pandillas juveniles, evidencia asimismo su curiosa condición.
Cosecha oscura muestra que el adolescente que logra matar a Jack Dientes de Sierra se convierte en héroe y él y su familia son recompensados. A él le regalan un Corvette para que se vaya a descubrir mundo y a sus seres queridos les dan una casa en la zona rica del pueblo. Una dinámica anual introducida en el prólogo y después descrita desde la situación del hermano pequeño del último héroe, que quiere emular la hazaña de su referente y se topa con las reglas que se lo impiden y con lo que no le cuadra.
Precisamente la propuesta se centra en la progresiva revelación de lo que hay detrás de la tradición de cada Halloween, enfoque que deja a Jack Dientes de Sierra en segundo plano aunque por supuesto su figura está presente y resulta determinante en lo ambiental.
La elección narrativa, más allá de que se intuya que parte de su razón de ser está en las limitaciones presupuestarias, supone un acierto y entraña cierto carácter diferencial. No obstante, puede alejar al aficionado que busque ante todo el susto y el impacto. Hay sangre y momentos dedicados al singular monstruo pero, lo dicho, prima lo que se va destapando.
El relato evoca ideas y aspectos atrayentes aunque al mismo tiempo exhibe una exposición que tendría que estar mejor pulida. El atropello y caos en el pasaje de la cacería chocan con el aliciente de que los jóvenes, con máscaras, se comportan de manera salvaje no solo porque tienen que hallar a Jack Dientes de Sierra y rivalizan entre ellos, sino porque previamente sus padres los han encerrado en sus habitaciones sin comida. Así los preparan y agitan para la noche de caza y purga.
Aunque el cauce llega, el filme tampoco explora lo suficiente el factor del anhelo de huir (representado en la necesidad emocional de Richie y de su amiga y en el camino que toman los sucesivos héroes) ni termina de dar con la fórmula apropiada para plasmar lo relacionado con los adultos. En esa línea, le penaliza también que apenas explore lo del Gremio de Cosechadores, limitando el aspecto a la actitud del odioso jefe de Policía.
Siguiendo con los rasgos menos favorables dentro del interés que suscita, Cosecha oscura no logra camuflar su modestia en términos formales y de producción, ubicándose por debajo de las obras previas de Slade.
Esto se aprecia en la propia figura de Jack Dientes de Sierra. No obstante, Slade hace de la carencia virtud y elige plasmar sus escenas al estilo de cuando aparece la sombra de un humanoide alienígena de lento caminar. Salvando las distancias, el diseño del monstruo remite de hecho a un extraterrestre con una siniestra calabaza por cabeza. Aunque asome lo pobre, tanto la apariencia de la criatura como la modulación al respecto de Slade revisten su encanto.
Hubiera gustado más otro tipo de resolución, pero la elegida resulta consecuente con lo abordado y con el tono. Al inicio de los créditos finales se incluye una escena extra para allanar la posible secuela. De mantener ese aire de venganza apuntado, promete porque además el punto en el que se retomaría la historia permitiría entregarse más a lo que se ha dejado en segundo nivel.
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