Crítica de 'Un asunto familiar': Nicole Kidman y Zac Efron son la pareja de oro en la comedia romántica de Netflix

La historia de un actor de Hollywood que se enamora de la madre de su asistenta personal ya está en Netflix.
Romanticismo en vena en 'Un asunto familiar'.
Nicole Kidman y Zac Efron, romanticismo en vena en 'Un asunto familiar'.
Aaron Epstein/Netflix
Romanticismo en vena en 'Un asunto familiar'.

¿Qué harías si tu madre se enrollara con tu jefe? Puede que esta pregunta hipotética sea la peor de las pesadillas para muchísima gente, pero en Un asunto familiar es, además, la situación a la que tiene que enfrentarse Zara (Joey King) cuando su jefe, Chris Cole (Zac Efron), se enamora de su madre Brooke (Nicole Kidman). Por si fuera poco, Chris es una superestrella de Hollywood. 

Con estos mimbres narrativos se presenta la comedia romántica de Netflix que ha unido de nuevo a Efron y Kidman después de que ambos hicieran buenas migas y demostraran su buena química en El chico del periódico (2012), de Lee Daniels. Detrás de la cámara, el guionista y director Richard LaGravenese (Paris, je t'aime; Posdata: te quiero), orquestando una historia de Carrie Solomon (Ocean's).

'Un asunto familiar' crítica de la película

Valoración:

A estas alturas de la película, decir que un filme con Nicole Kidman te arregla cualquier desaguisado de guion es casi un lugar común, pero es verdad que no hay en la actualidad una actriz con tanta fotogenia y tanta magia en el rutilante cielo de Hollywood.  

No es que Un asunto familiar , la película de Richard LaGravenese para Netflix, sea un desastre. De hecho, es una comedia romántica más bien estándar, con momentos de ensueño, algunos cómicos y otros demasiado funcionales y que podrían hasta ser eliminados. En todos en los que aparece Kidman, sin embargo, ella luce como hacía tiempo que no la veíamos. 

La naturalidad de Kidman a la hora de interpretar a Brooke Hardwood, una escritora que lleva años viuda, madre de una joven que trabaja de asistente de una estrella de Hollywood, liga ese papel con el de la encantadora Julia Roberts de Notting Hill (Roger Michell, 1999), pero a la inversa, ya que aquí ella interpretaría el rol que hizo en su día Hugh Grant. 

La referencia no es baladí, porque mucho de la cinta de Michell hay en esta de Netflix, aunque en vez del Londres bohemio y chic que enamoró a toda una generación de cinéfilos nos encontramos en un Beverly Hills quizá demasiado rutinario y plano como para ejercer de escenario de una comedia romántica, con sus calles repletas de SUVs y sus anodinos 'coffee to go'. Igual de ordinaria es, por cierto, la planificación visual de LaGravenese, que nos invita a pensar en todo lo que hemos perdido en estos 25 años que van de una cinta a la otra.

Quien sorprende en Un asunto familiar es Zac Efron encarnando a la sueprestrella cinematográfica Chris Cole, uno de esos ídolos cachitas tan egocéntrico como frágil, cuya vulnerabilidad se destapa cuando conoce a Brooke. A todas luces el actor de High School Musical o Ricky Stanicky se lleva las mejores chanzas y encaja con aplomo toda la crítica  sobre el narcisismo de los actores que despliega el guion de Solomon

Ojalá, en este sentido, encuentren más espacio las historias de Solomon, porque a pesar de los clichés narrativos y visuales, peajes por los que ha de pasar una rom-com generalista, Un asunto familiar posee unos cuantos chistes y escenas cómicas especialmente frescas. Como por ejemplo el momento en que nuestra joven protagonista se da de bruces, literal, con su madre y su jefe en la cama. Si no te ríes con eso, háztelo mirar.

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