De entre todas las caídas en desgracia que ha registrado la historia reciente de Hollywood, la de Armie Hammer es una de las más rocambolescas. El actor, que parecía a punto de tocar el cielo gracias a La red social, Call Me By Your Name y otras películas, vio como su carrera se hacía añicos en 2021, tras exponerse en público mensajes a una expareja que revelaban fetiches sexuales rayanos con el canibalismo.
A la publicación de dichas conversaciones siguieron varias acusaciones de abuso, con lo que Hammer desapareció del mapa mientras el huracán mediático en torno a él (incluyendo el documental La saga de los Hammer: Escándalo y perversión) alcanzaba dimensiones casi paródicas. Ahora, después de que la investigación en torno a él fuese cancelada por falta de pruebas, el actor ha reaparecido para una entrevista con Bill Maher (vía Deadline).
"Me metía un montón de drogas, era un fiestero"
"Arruinado, pero más feliz que nunca" es como define Armie Hammer su situación actual. "Al buen sitio solo se llega después de haber caminado por el infierno", asegura, describiendo su caída en desgracia como "una experiencia brutal".
"Alguien me puede mirar y decirme: 'Vale, pero en términos financieros estás en una posición muy distinta de la que has estado toda tu vida", prosigue. "Y yo le respondo: 'Sí, y ¿sabes qué? Me ha enseñado que no necesito eso, porque me siento más feliz que nunca en toda mi vida".
Hammer, que se refugió en las Islas Caimán para huir de los medios, asegura haber cambiado radicalmente sus hábitos. "La terapia me ha cambiado la vida", afirma. "Esto es lo que creo que hubiera pasado si no hubiese ocurrido nada de esto y no hubiera habido ese cataclismo tectónico en mi vida: hubiera seguido exactamente igual, y sé que eso solo me habría llevado a un lugar, y ese es la muerte".
"Me metía un montón de drogas, era un fiestero", reconoce. "Me tomaba extremadamente a la ligera lo que ponía en los mensajes de texto y también me metía en conductas de riesgo que, si lo piensas bien, eran estúpidas".
Ahora, Armie Hammer considera su ordalía como un proceso de purificación. "Pasé por la muerte del ego, la de mi carrera, la de mis finanzas. Todas esas cosas, ¿no? Y Jung habla de eso. Joseph Campbell habla de eso. Tienes que morir, y una vez muerto puedes renacer. Un fénix no va a renacer si no hay cenizas".
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