¿Cuánto se odiaban Bette Davis y Joan Crawford? Los mitos en torno a su enemistad y cómo afectó a '¿Qué fue de Baby Jane?'

Un libro analiza y desmiente los mitos detrás de las cámaras del sórdido melodrama de Robert Aldrich.
Bette Davis y Joan Crawford en '¿Qué fue de Baby Jane?'
Bette Davis y Joan Crawford en '¿Qué fue de Baby Jane?'
Cinemanía
Bette Davis y Joan Crawford en '¿Qué fue de Baby Jane?'

Ni complicado ni fuera del tiempo establecido. En contra de lo que muchos han escrito a lo largo de los años, el rodaje de ¿Qué fue de Baby Jane? se completó a buen ritmo y sin contratiempos, entre julio y septiembre de 1962. Sus dos actrices protagonistas, las leyendas del Hollywood clásico Bette Davis y Joan Crawford, se comportaron en todo momento de manera educada la una hacia la otra. 

Como dos curtidas profesionales, llegaban siempre al set a su hora y se sabían perfectamente sus diálogos. Todos los participantes en el rodaje han desmentido el supuesto ambiente hostil y, por el contrario, han afirmado que todo fue bastante cordial entre las divas. 

“Las sutiles tensiones que inevitablemente ocurrieron y que hicieron crecer la leyenda se produjeron más bien fuera del set de rodaje y la enemistad manifiesta que surgiría entre Davis y Crawford se originó después del rodaje”, recuerda el escritor Luis López Varona en ¿Qué fue de Baby Jane? (Notorious Ediciones), un libro que celebra el 60 aniversario de esta obra maestra a través de la mirada de varios expertos que la analizan desde múltiples perspectivas.

Libro '¿Qué fue de Baby Jane?'
Libro '¿Qué fue de Baby Jane?'
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Bette y Joan detrás de las cámaras

Lo que sí es cierto es que Davis y Crawford eran muy diferentes en su carácter y en su forma de trabajar. También lo es que, a veces, se lanzaban pullas y mostraban ciertas inseguridades. Pero el director Robert Aldrich, al que las dos solían llamar por teléfono cada noche para comentar sus impresiones sobre lo acontecido ese día, manejó bastante bien la situación desde el principio.

El cineasta también logró tratar con gran precisión las secas secuencias de violencia en la película, una sórdida historia de celos, envidias y rivalidades entre hermanas. Crawford exigió utilizar una doble en los planos en los que Davis le propina una bofetada, por si se le soltaba demasiado la mano. Aun así, Aldrich le pidió no recurrir a la doble en la secuencia en la que Baby Jane le da varias patadas mientras está en el suelo. 

López Varona comenta que hay varias versiones sobre este momento: “Según Bette Davis: ‘Apenas la rocé y lanzó un grito que se oyó en toda la ciudad’. Según Louella Parsons, la herida que le provocó a Crawford en su cabeza precisó de dos puntos de sutura. El caso es que Aldrich tuvo que utilizar desde entonces un muñeco de trapo para esos planos. Los asistentes al rodaje se asustarían al ver cómo Davis golpeaba al muñeco con tanta saña y rabia contenida, mientras Crawford observaba fascinada”.

Trabajo colaborativo

En otra secuencia en la que Jane debía sacar de la cama a una inconsciente Blanche y arrastrarla por el suelo hacia el piso inferior, se dio el caso contrario. “Aldrich decidió rodar toda la secuencia en un único plano”, explica el autor en su ensayo. 

“Conocedor de los problemas en la espalda de Bette Davis, el director le pidió a Joan Crawford que no dejase su cuerpo como un peso muerto, para que a Davis no le costase tanto transportarla. Crawford no solo dejó su cuerpo muerto, sino que, según algunos testimonios, se las arregló para colgar a escondidas unas pesas en su cinturón”, escribe.

'¿Qué fue de Baby Jane?' (1962)
'¿Qué fue de Baby Jane?' (1962)
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El estreno de la película, en octubre de 1962, provocó gran expectación en el país. Sabedoras de que además de su sueldo se llevarían un porcentaje de las ganancias de taquilla, sus dos protagonistas trabajaron duro para promocionarla. Davis recorrió en tres días 17 cines de todo el estado de Nueva York para hacer apariciones personales y para regalar muñecas de Baby Jane a los espectadores. 

Debió de hacerlo bien, porque la cinta, que recuperó su presupuesto original en apenas once días, acabó recaudando nueve millones de dólares. “[Las actrices] Creían que después del film habría un boom de películas para mujeres mayores de cuarenta años”, asegura en el libro Guillem Medina, “pero la realidad fue bien distinta, por lo que Bette tuvo que volver a sus apariciones en teleseries como Perry Mason o a promocionar el film en apariciones a veces un tanto esperpénticas como en el talk show de Jack Paar, donde la actriz canta (con voz de grajo) y medio baila el tema de Baby Jane, ataviada con un liviano vestido verde”.

Una ojeriza que fue a más

Una de las cinco nominaciones al Oscar que obtuvo ¿Qué fue de Baby Jane? fue a parar a manos de Bette Davis, aunque el premio a la mejor actriz lo ganó Anne Bancroft por El milagro de Ana Sullivan. Dispuesta a robarle el protagonismo a la de Massachusetts, Crawford se ofreció a recoger la estatuilla de Bancroft, que días antes había anunciado que no podría acudir a la ceremonia por un compromiso teatral. 

“Nunca olvidaré su mirada y su sonrisa triunfante”, confesó luego Davis, que nunca le perdonó aquel gesto a su compañera. El incidente fue determinante en el devenir de la mala relación entre las actrices. Pero ellas, que eran astutas y sabían que el morbo siempre ayuda a vender entradas, acabaron accediendo a protagonizar, de nuevo a las órdenes de Aldrich, una película similar titulada Canción de cuna para un cadáver (1964).

Eso sí, las dos pusieron condiciones. “Crawford exigió no tener que ir acompañada de Davis en ninguno de los actos que fueran necesarios para la promoción”, relata en el ensayo Alejandro Melero. “Por su parte, Davis, que conocía como pocas la necesidad de aprovechar el momento en una profesión que tan pronto te encumbra como se olvida de ti, fue despiadada en sus exigencias, hasta conseguir figurar como productora”.

Según López Varona, los desaires de Bette Davis hacia Crawford “se acentuaron en los pocos días de rodaje en los que coincidieron. Finalmente, Crawford tuvo que ser ingresada por una crisis de agotamiento y fue sustituida por Olivia de Havilland. Bette Davis y Joan Crawford no volvieron a verse en el resto de sus vidas, aunque no hubo entrevista o rueda de prensa en la que no le preguntasen a una sobre la otra”.

Pese a los años transcurridos, ¿Qué fue de Baby Jane? sigue generando la misma fascinación que aquel otoño de 1962. “Nadie que la haya visto ha podido olvidarla”, opina López Varona sobre un filme que, según él, mantiene su intensidad gracias a “la mirada comprensiva de Aldrich hacia sus personajes” y a las explosivas interpretaciones de dos actrices “sin miedo al riesgo” ni al ridículo. 

“Es inevitable pensar que la desgarradora reflexión de Baby Jane en la secuencia final de la playa puede hacerse extensiva a la tormentosa relación entre Bette Davis y Joan Crawford: ‘¿Quieres decir que, después de todo, podríamos haber sido amigas?’”, concluye.

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