Después de varias décadas de labores como guionista y directora en producciones televisivas, Carlota Pereda se lanzaba al mundo de la realización en 2016 con su corto Las Rubias, encabezado por las actrices Maggie Civantos y Marta Hazas. Un trabajo en el que demostraba sus mejores dotes para la construcción del humor y el suspense, y en el que inicialmente intentó fichar a Belén Rueda a la que conocía de la serie Periodistas.
Una colaboración que resultaba frustrada por problemas de agenda, siendo compensada ahora con su nueva película, La ermita. Se trata del segundo filme de terror de la cineasta madrileña, después que su ópera prima, Cerdita, triunfara en los festivales de todo el mundo y diera a conocer a Laura Galán, quien cuenta con un cameo en este título.
“La ermita está trazada desde un lugar muy real. Los padres tendemos a evitar el sufrimiento a nuestros hijos y a veces nos equivocamos. Cuando eres pequeño hay muchos fantasmas. No tienes la información suficiente como para saber que determinadas situaciones se van a solucionar. Unos miedos que con el tiempo van evolucionando y que en el filme encuentran su camino a través del fantástico”, afirma Rueda, quien interpreta en el filme a Carol, una médium farsante que retorna a su pueblo de origen después de la muerte de su madre, con la que mantenía una relación conflictiva.
Belén Rueda: la 'SCREAM QUEEN' del cine español
Comparada con películas como Un monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona, en su reflejo del enfrentamiento al duelo ante la pérdida, el filme distribuido por Filmax, y que cuenta con la participación de Netflix, centra la acción en las fiestas en un pueblo vasco celebradas anualmente en una ermita, cuyas puertas tapiadas son abiertas y posteriormente selladas.
Una manera de proseguir con la leyenda sobre los fantasmas de los enfermos de la peste que fueron emparedados allí junto a unos doctores con el arquetípico traje de pájaro. Así, la pequeña Emma (Maia Zaitegi) busca al espíritu de la niña Usoa para aprender a contactar con el otro lado ante el cáncer terminal de su madre, interpretada por Loreto Mauleón, cuya vida se extingue progresivamente. Un camino repleto de baches en el que recibirá la ayuda de Carol, de cuyas acciones dependerá todo.
Transformada en una de las scream queens por antonomasia del cine español después de sus trabajos en El orfanato, Los ojos de Julia o Fenómenas, Belén Rueda supone para muchos directores una marca de calidad en el cine de género, aunando en este filme sus dotes para el terror y la comedia.
“Me encanta ser considerada como una reina del grito. La única vez que esta mochila fue demasiado pesado fue cuando hice mi primera comedia, pero aprendí a guardar todas las etiquetas en casa y sacarlas en función de lo que me convenga. Así puedo hacer cosas muy diferentes”, explica una actriz que recuerda especialmente con cariño su trabajo junto a Bayona en El orfanato, su segunda película tras Mar adentro.
Las películas que reivindican la mitología vasca
Concebida al principio como una historia distinta, ambientada en Edimburgo, la producción comenzaba tan solo una semana después del estreno de Cerdita, trasladando finalmente la historia a Euskadi.
“La localización era muy importante. Te define el tono de la película y suma un elemento gótico. Presentaba una combinación entre lo moderno y lo ancestral. Quería hacer el fantástico desde un viaje a la realidad. Me parecía muy interesante acercarlo a la mitología vasca y tratar lo que conocía que había sucedido realmente en Olite”, confiesa Carlota Pereda sobre la ermita navarra utilizada como lazareto para los enfermos de las pestes y del cólera de los siglos XVI y XVIII.
“No tenemos que avergonzarnos de reivindicar las leyendas locales. El cine es cine venga de Extremadura, de Cataluña o de Euskadi”, incide la directora sobre el carácter autóctono de un título para el que también n contaba con actores vascos como Elena Irureta, quien se reconcentraba con Mauleón después de coincidir en la serie Patria, o el actor Josean Bengoetxea, al que próximamente podremos ver en el biopic Balenciaga.
Reivindicando a las directoras de cine de terror
“Hay muchas directoras de fantástico y de terror en el mundo del cortometraje, pero sus largometrajes no se están produciendo. Algo que tiene que ver con el modo de financiación de los filmes y la ausencia de una apuesta por un género muy arriesgado”, señala Pereda al hablar de una lucha en la que los realizadores están expuestos a las subvenciones públicas y al dinero otorgado por las cadenas de televisión, mientras las plataformas apoyan a los cineastas consagrados.
“Ser mujer te limita de por sí, pero ser directora de cine de terror o fantasía te limita aún más. En España contamos con muy pocos ejemplos de directoras de largometrajes, como Alice Waddington [Paradise Hills] o Denise Castro [Salvación]”, añade la cineasta sobre un género que continúa siendo especialmente denostado en el sector cinematográfico pese a su buen rendimiento en taquilla. Un desprecio que también denuncia Belén Rueda.
“Creo que el que critica el cine de género ni siquiera se ha molestado en saber qué significa. Una vez que entras te atrapa por su forma de narrar sus temas, así como por su libertad, su creatividad y la ausencia de límites. Es un verdadero arte. Me parece bonito y necesario que se apueste por directoras como Carlota. Así el cine nunca morirá”, concluye contundentemente una actriz que reivindica el rol de las mujeres en la industria.
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