'Chip y Chop. Los guardianes rescatadores', la simpática y ocurrente película de Disney+ más pensada para los adultos

Chip y Chop, en la nueva versión de 'Los guardianes rescatadores'
Chip y Chop, en la nueva versión de 'Los guardianes rescatadores'
(Disney+)
Chip y Chop, en la nueva versión de 'Los guardianes rescatadores'

En sí, una película de Chip y Chop para Disney+ no llamaría mucho la atención. Sin embargo, el tráiler de Chip y Chop. Los guardianes rescatadores activó enseguida el interés por su juego adulto, su punto atípico y los ecos de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? por aquello del mundo en el que conviven humanos y dibujos, el caso policial y la evocación detectivesca. 

No es el clásico de Robert Zemeckis, pero por suerte tampoco una propuesta al estilo de la saga cinematográfica de Alvin y las ardillas, sino una comedia ocurrente y bastante simpática más pensada para el adulto predispuesto a dejarse llevar por la complicidad canalizada que para el niño. Los pequeños pueden verla porque les ofrece entretenimiento, si bien no le encuentran la misma gracia al no pillar buena parte de las bromas y las referencias ni la ironía de fondo (por algunos aspectos, casi mejor que sea así).

El estreno de la plataforma despierta curiosidad por su planteamiento, su plasmación formal y los nombres involucrados, entre ellos el director Akiva Schaffer y Andy Samberg (aquí la voz de Chop), dos de los miembros de The Lonely Island, con creaciones conjuntas como Popstar y Flipado sobre ruedas además de por supuesto sus parodias musicales. Su compañero Jorma Taccone, el tercer integrante, participa como colaborador (algunas voces secundarias).

Chip, Chop y Monterrey, en la película
Chip, Chop y Monterrey, en la película
(Disney+)

En el filme aparece el omnipresente tema de la nostalgia, articulado en el sentido de que cualquier tiempo anterior fue mejor y detectado en el cauce de la amistad y de la alusión al funcionamiento de la industria de Hollywood, con la serie animada de finales de los 80 y principios de los 90 protagonizada por las ardillas, secundadas por Monterrey, Gadget y la mosca Zipper, en la base. Esta se recuerda con cariño, aunque no es de las primeras que vienen al rememorar la televisión disfrutada en la infancia y de hecho hasta el regreso de la pareja, en paralelo en la también reciente Chip y Chop. Vida en el parque (atención a su lado alocado), llevaba años en el olvido.

La historia señala que el vínculo entre las ardillas, como manda el canon forjado en el instituto y definido por el contraste (Chip es el astuto y ostenta el liderazgo, mientras que Chop, el impulsivo, encarna la parte humorística y tontorrona), se rompió cuando Chop intentó infructuosamente volar en solitario y dejar de sentirse el segundón, lo que provocó la cancelación de la exitosa producción. Décadas después, Chip se ha convertido en un vendedor de seguros aplicado pero de vida triste y Chop representa al perdedor que se agarra al pasado (cuánto dicen ambas descripciones arquetípicas).

El detalle de que el segundo se hizo la cirugía CGI para volverse un personaje digital remite al filtro de modernización por el que pasan los dibujos clásicos y a la moda de los reboots de la que se burla el largometraje con la autoconsciencia de que se adscribe a eso mismo. El subtexto acerca de la animación se extiende al negocio de la banda criminal detrás de las desapariciones de personajes conocidos (las copias pirata y espurias) y resulta arrebatador en lo relativo al juego con la decadencia y la mala vida de las viejas estrellas, simbolizado en el antagonista (deliciosa la sorna al respecto). Este marco cómico incluye una inspirada burla a la rígida animación tipo Polar Express de los 2000, reflejada en el rol de Seth Rogen.

Los amigos distanciados se reencuentran al visitar a Monty y colaboran de nuevo a raíz del secuestro de este debido a sus deudas y su adicción al queso apestoso (ejem) por parte de una organización con la que se meterán en problemas. A pesar de no salirse de lo contenido en cuanto a la subversión que el adulto afín querría y de que conforme avanza se notan más las estructuras y los recursos del entretenimiento familiar, Chip y Chop. Los guardianes rescatadores versión 2022 tiene chispa y frescura y desprende una seductora vistosidad. Por su punto de rareza frente a las fórmulas imperantes, sus ideas, la inspiración media de sus gags y la inventiva evidenciada asimismo en la acumulación y el deslizamiento de guiños, referencias y cameos. En definitiva, una comedia maja.

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