Crónica de Annecy 2021: el legendario festival de animación abraza el formato híbrido

El evento anual dedicado al medio animado regresa gradualmente a la normalidad desde Francia y online
Maya and the Three
Maya and the Three
Cinemanía
Maya and the Three

El festival de animación de Annecy es una de las citas anuales más esperadas por amantes y profesionales del medio, un lugar de reunión en el que se presentan al mundo toda clase de proyectos, tanto ya terminados como en plena producción. Sin embargo, las circunstancias globales obligaron a la edición del 2020 a realizarse por completo y por primera vez en formato digital, posponiendo temporalmente la celebración presencial de su 60 aniversario.

Su edición 2021, sin embargo, nos empieza a dar esperanzas de un regreso gradual a la normalidad; una normalidad, eso sí, cuyos añadidos podrían estar aquí para quedarse. La primera edición híbrida del festival, llevada a cabo al unísono en formato digital y presencial, podría tratarse de una transición temporal o convertirse en el nuevo patrón para un festival que ya lleva décadas adaptándose paso a paso a los tiempos que corren.

Y por mucho que añoremos el irreemplazable encanto de los eventos presenciales, ese patrón es de agradecer en un año en el que viajar aún sigue contando con sus obstáculos, ya que es el que nos ha permitido ponernos al día con las últimas novedades de un medio en constante evolución que, gracias a su naturaleza misma, ha podido seguir adelante sin demasiados obstáculos en un momento en el que gran parte de la producción de cultura audiovisual se ha visto frenada por causas mayores.

Largometrajes y especiales

El estudio británico Aardman Animations siempre ha brillado como pocos en la industria de la animación, dotando a todos sus proyectos con ese amor por el stop-motion que claramente destilan. Lo mostrado de su primer musical, el especial de Navidad Robin Robin, parece conservar ese espíritu al completo, además de permitirles explorar un estilo visual encantador completamente ajeno al patrón habitual que lleva décadas definiendo sus grandes producciones.

Es también lo visual aquello que resulta inmediatamente atractivo en lo mostrado hasta ahora del largometraje de próximo estreno de Benjamin Massoubre y Amandine Fredon. Pero es difícil culpar a nadie por esa reacción visceral, en especial si tenemos en cuenta que se trata de una adaptación de Le petit Nicolas que trata de conservar y plasmar en animación tradicional el magistral trazo y espíritu de su ilustrador original, Jean-Jacques Sempé. 

Con su estreno planeado para 2022, solo falta cruzar los dedos para que el proyecto también sea capaz de acercarse al genio de su otro cocreador, el brillante guionista René Goscinny.

Le petit Nicolas
Le petit Nicolas
Bidibul Productions

Sin embargo, el largometraje más prometedor de todo lo mostrado (con permiso de nuestra esperadísima Unicorn Wars) vuelve a estar en manos de Masaaki Yuasa, autor de obras tan memorables y veneradas como Mind Game o The Night is Short, Walk on Girl, que regresa a la silla del director tras un año especialmente prolífico (en el que también ha firmado series como Japan Sinks o la divertidísima Eizouken) para narrar la historia de un famoso intérprete y autor de Saragaku (una forma de teatro popular en Japón del siglo XI al XIII) en forma de musical. 

El prólogo de Inu-Oh, menos de diez minutos de introducción a su mundo y tono, son todo lo que hemos podido ver por ahora – pero ya dejan claro el infinito potencial de la nueva película mediante una ambición visual casi incomparable.

Series y miniseries

En un año en el que varias cadenas televisivas no han contado con presencia en el festival, ha sido Netflix Animation la que ha tomado el relevo, mostrando gran parte de su futura plantilla de proyectos animados con la clara intención de competir con Disney. 

Y se podría decir que van por buen camino: incluso obviando el prometedor nuevo proyecto del equipo de Gravity Falls, de la que ya hablamos a fondo, el futuro en el lado animado de las series de la compañía de streaming parece contar con una ambición y variedad mucho mayor que la de sus compañeras de imagen real.

Una de esas series es Centaurworld, creación de la dibujante de cómics Megan Nicole Dong, cuya mera premisa -un caballo hiperrealista perteneciente a un crudo mundo en plena guerra acaba accidentalmente en un país mágico musical poblado por centauros parlantes, trasladando esa guerra a un plano multidimensional– recuerda incluso a la majestuosa Hora de aventuras en sus claras intenciones de mezclar tonos opuestos para narrar una historia con tantas ansias de deleitarse en la comedia absurda como de expandirse y explorar su mundo y mitología al máximo.

Maya and the Three, la nueva creación de Jorge Gutiérrez (El libro de la vida), es otra de las que más fácilmente llaman la atención. Una miniserie de cuatro horas y media cuya animación, en palabras de su autor, quiere estar a la altura de cualquier superproducción en animación por ordenador diseñada para cines sin sacrificar por ello un look original que recuerde a su arte conceptual – y cuyas primeras imágenes prometen una fantástica narrativa de acción y aventuras inspirada por la mitología Mesoamericana.

Maya and the Three
Maya and the Three
Cinemanía

Sin embargo, el punto álgido de estas presentaciones reside en The House, una serie-antología para adultos producida enteramente en stop-motion. Sus primeras imágenes ya nos llevan a un mundo inimitable cortesía de sus varios equipos de directores, reputados auteurs del corto independiente como Emma de Swaef y Marc James Roels (responsables del multipremiado mediometraje This Magnificent Cake!) o Niki Lindroth von Bahr (cuyo musical The Burden sigue siendo uno de los cortos animados más fascinantes de los últimos años).

Ante esta clara competencia para toda clase de públicos, el proyecto de serie de Disney que más brilla, en particular por como se distancia de todo lo demás, es sin duda Iwájú. La primera coproducción para streaming de la compañía, esta serie del estudio africano Kugali plasma una Nigeria futurista para hablar de la división de clases a través de la ciencia-ficción. 

Su guionista y director, Ziki Nelson, se guarda gran parte de la trama con bastante secretismo, pero sí destaca querer recurrir a la serie para hablar de la realidad en su país y desafiar el status quo por el camino.

Iwajú
Iwajú
Cinemanía

Sección oficial

El formato híbrido de esta edición del festival, pese a permitir acceso internacional a muchas de sus secciones, sigue viniendo con sus limitaciones: los largometrajes seleccionados para Annecy 2021 se han podido ver únicamente en el lado presencial del festival, lugar donde la prometedora Flee de Jonas Poher Rasmussen se ha llevado el Gran Cristal a mejor película.

Por suerte, la sección de cortos –disponible al completo en ambos lados del festival– siempre ha sido el corazón de Annecy. Y este año ha brillado con fuerza, dándonos fácil acceso a maravillas como la ambiciosísima Opera de Erick Oh, la pequeña joya experimental Unanswered Telephone de Seunn Lee, o el regreso de Joanna Quinn a su ya emblemático personaje recurrente, Beryl, en el divertidísimo y macabro Affairs of the Art.

Pero es una pequeña mirada a la rutina diaria en una residencia de ancianos, Peel, la que ha sido galardonada con Cristal a mejor cortometraje en esta edición del festival. La obra en cuestión, firmada a cuatro manos por Samuel Patthey y Silvain Monney, brilla a través de reflejar el día a día de sus anónimos protagonistas mediante silenciosas ilustraciones tradicionales; con una elaborada atención al detalle que la convierte en algo tan costumbrista como conmovedor.

Y son obras como estas las que, a la espera de ver como sigue evolucionando el festival de Annecy en sus próximas ediciones, nos siguen empujando a querer asistir durante mucho tiempo a esta celebración anual del poder narrativo del medio animado.

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