Cuando Juan Diego fue Franco: el primer papel protagonista del dictador en el cine

La recreación del golpe de 1936 en 'Dragon Rapide' le granjeó al actor su primera nominación al Goya.
Juan Diego como Francisco Franco en 'Dragon Rapide'.
Juan Diego como Francisco Franco en 'Dragon Rapide'.
Cinemanía
Juan Diego como Francisco Franco en 'Dragon Rapide'.
El actor Juan Diego Ruiz Moreno, conocido como Juan Diego, ha fallecido este jueves a los 79 años. El intérprete de Bormujos, Sevilla, recibió a lo largo de su carrera nueve nominaciones a los premios Goya y ganó tres en las películas 'El rey pasmado', 'Vete de mí' y París-Tombuctú'. El pasado sábado 2 de abril la localidad le rindió un homenaje y le nombró Hijo Predilecto del municipio.
Europa Press

Como él dejó bien claro durante su vida, y como nos recordarán los textos escritos tras su muerte, el actor Juan Diego mantuvo hasta el final su compromiso político de izquierdas. Así pues, sorprende recordar que él protagonizó la primera cinta española de ficción que recreaba la vida de Francisco Franco, once años después de la muerte del dictador. 

Hablamos de Dragon Rapide, una película del director Jaime Camino estrenada en 1986. La cual, si bien casi del todo ausente de la memoria colectiva hoy en día, creó cierto revuelo en su momento y fue nominada a cinco Goya, de los que ganó los correspondientes a Maquillaje y Diseño de producción. Diego, nominado como mejor actor protagonista, acabó quedándose a las puertas del premio.

Dragon Rapide no fue la primera película en la que Franco aparecía como personaje, bien en clave (como el Alfredo Mayo de Raza, escrita por el propio dictador), bien con nombre y apellidos, llegada ya la democracia. En 1979, Bartomeu Olsina había encarnado al dictador en Companys, proceso a Cataluña, mientras que Y al tercer año, resucitó (una sátira ultraderechista basada en la novela de Fernando Vizcaíno Casas) le había dado el rostro de José Nieto para sacarle del Valle de los Caídos.

Tanto en Companys... como en Y al tercer año..., no obstante, el dictador ocupaba un lugar secundario, si bien importante. Pero el filme que nos ocupa le puso en el centro de la trama, recreando los días en los que el militar ferrolano no era aún caudillo invicto por la gracia de Dios, ni tampoco el líder indiscutido de la insurrección militar contra la República. 

De oportunista a Caudillo

Escrita por Jaime Camino y el historiador del cine Román Gubern, asesorados por el historiador Ian Gibson, Dragón Rapide toma su nombre del avión DeHavilland que llevó a Franco de Canarias a Marruecos para sumarse al golpe. Y narra, con tono desapasionado y algo plomizo, la preparación del alzamiento que desembocó en la Guerra Civil. 

Rodeado por secundarios como Manuel de Blas (como el general Emilio Mola, auténtico cerebro del golpe) y Pedro Díez del Corral, encarnando a su primo y mano derecha Francisco Salgado Araujo, Juan Diego interpretó a Franco de forma muy contenida, resistiéndose a exagerar sus aspectos más parodiables como la voz aflautada o los andares de paticorto. 

En lugar de eso, el futuro dictador aparece como un oportunista que se niega a participar en la conspiración hasta que el financiero Juan March le ha garantizado una buena salvaguarda económica. Y cuya esposa Carmen Polo (Vicky Peña) alecciona a los sastres para que los pantalones de su uniforme disimulen su prominente trasero: recordemos que, entre los apodos poco distinguidos que le dedicaban a Franco sus compañeros de armas, figuraba el de 'Paca la Culona'. 

Dragon Rapide fue acogida por la crítica de forma tirando a tibia, y hoy es fácil dejarla de lado como uno de esos dramas históricos propiciados por la llamada 'ley Miró' durante los 80. No obstante, el morbo de ver a Franco desmitificado en pantalla grande ayudó a que el filme una buena trayectoria en taquilla: el Boletín Informativo del Cine de 1986 consigna casi medio millón de espectadores y 145 millones de pesetas recaudadas.

Y, pese a este éxito de público, la película no tuvo que enfrentarse a amenazas por parte de la autoridad competente ni a atentados de extrema derecha. La Transición ya había acabado, para bien o para mal, y con ella los procesos militares (como el padecido por la propia Pilar Miró por El crimen de Cuenca) y las bombas en los cines que se atrevían a proyectar Camada negra. 

Así pues, Dragon Rapide no figura ni de lejos entre lo mejor de la obra de Juan Diego, junto a El rey pasmado o Los santos inocentes. Y su lugar en la historia del cine español es, siendo generosos, el de una nota a pie de página. Para quienes quieran formarse su propia opinión, la película está disponible online en la web de RTVE

Las carencias del filme, sin embargo no impiden que alabemos a sus responsables, y especialmente al actor, por su atrevimiento: el de presentar a Franco como la figura desoladoramente mediocre que nunca dejó de ser.

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