La carrera de Naomi Watts se ha resentido en los últimos años, si bien la actriz retiene su nombre en términos cinéfilos. En Amazon Prime Video acaba de estrenar Buenas noches, mamá, versión estadounidense de la turbadora película austriaca homónima (la madre con el rostro vendado tras una cirugía, su actitud fría y distante, la perspectiva de los niños gemelos), de 2015 y también en la plataforma. La novedad vuelve a hacer reparar en que Watts se ha embarcado en varios remakes a lo largo de su trayectoria.
Los entusiastas del terror pensarán primero en The Ring (La señal) y los puristas del cine de autor, en Funny Games y el doble ejercicio de Michael Haneke. Sus vínculos con los remakes comenzaron en 2002, en un contexto marcado por el salto que experimentó su carrera con Mulholland Drive, con la recordada y meritoria adaptación de Gore Verbinski del filme del japonés Hideo Nakata. La figura de Samara, las grabaciones de vídeo, las llamadas de teléfono…
El éxito de la propuesta motivó el surgimiento de la obsesión de los estudios de Hollywood por crear sus propias versiones de todo tipo de títulos de terror asiático. Watts repetiría en la menos convincente The Ring 2 (2005), con Nakata haciendo un Haneke antes de Haneke.
Ese mismo año protagonizó, junto a Adrien Brody y Jack Black, el ambicioso remake de King Kong a cargo de Peter Jackson, superproducción no tan satisfactoria como gustaría pero desde luego con secuencias espectaculares e ideas sugerentes.
A pesar de que no suele caerse en la cuenta en comparación con los otros casos, El velo pintado (John Curran, 2006), que encabezó junto a Edward Norton, fue una nueva adaptación de la novela de W. Somerset Maugham, ya presente en el cine de la mano del clásico de 1934 con Greta Garbo. No es un remake en sentido estricto, pero va en esa línea.
Después, en 2007, fue el turno de la mencionada Funny Games, en la que el austriaco Haneke moduló de manera estimable (aunque sin alcanzar el relieve original) su incomodísimo y duro (la violencia mostrada y la latente dejan mal cuerpo) trabajo de 1997, sin duda de culto.
Buenas noches, mamá, de Matt Sobel, ha supuesto que vuelva a participar en el remake de una película austriaca. Su rostro cubierto genera turbiedad, aunque no tanta como su referente.
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