Cinco años después, 'Deadpool y Lobezno' por fin aprovecha a lo grande que Disney comprara Fox

La compra de 20th Century Fox a manos de la Casa del Ratón fue una de las noticias que marcaron 2019, causando un terremoto que llega hasta la última aventura del antihéroe.
Lobezno, Deadpool y Dogpool
Lobezno, Deadpool y Dogpool
Marvel Studios
Lobezno, Deadpool y Dogpool

The Walt Disney Company tuvo mucho que celebrar en 2019. Las taquilla combinadas de películas como El rey león, Star Wars: El ascenso de Skywalker, Toy Story 4, Aladdin o, por supuesto, Vengadores: Endgame, le hicieron batir récords como estudio que más había recaudado en un solo año. No obstante, lo que le daba un sabor más dulce a la victoria es que paralelamente a esos taquillazos la compañía de Bob Iger había logrado finiquitar trámites para adquirir 21st Century Fox: esto es, el conglomerado mediático al que pertenecía una major de Hollywood tan histórica como 20th Century Fox. La compra venía con la promesa de que los récords batidos ese año podrían ser superados.

Disney había empezado a planificar la compra de Fox dos años antes: en 2017, poco después de que Logan tuviera las mejores críticas de la saga X-Men. Más allá de las preocupaciones de ciertos analistas por el afán monopolista de Iger, la noticia agradó al fandom de Marvel Studios, ya que el resultado más palpable de semejante operación comercial es que los superhéroes bajo dominio de Fox podrían dar el salto al lucrativo MCU, que acababa de culminar con éxito su Fase 3. Fox retenía hasta entonces los derechos de 4 Fantásticos, X-Men y Deadpool, que hasta entonces había protagonizado un par de películas exitosas. Todos sus protagonistas ahora podrían alternar con los Vengadores. Estos, de hecho y al contrario de lo que pasaba antes, podrían usar la palabra “mutante”.

Pero la cosa no ha ido tan rápido como los fans querrían. Poco después de que Marvel Studios se coronara del todo con Endgame y se obligara a sí misma a un reboot, los ambiciosos planes que tenía a partir de ahí fueron ralentizados por la pandemia. Esto provocó que, por ejemplo, el deseo de  estrenar series en Disney+ se aplazara un año. Cuando en 2021 se estrenó por fin Bruja Escarlata y Visión empezó a percibirse que la estrategia de Kevin Feige de ir trayendo a personajes de universos superheroicos sobre los que hasta hace poco no tenía ningún control iba a ser progresiva: esta serie incorporó así al Quicksilver de Evan Peters visto en los films de X-Men, pero más bien como chiste cómplice.

El ímpetu de Marvel de tener todos los huevos en la misma cesta (esto es, todos los superhéroes en el mismo escaparate) siguió rindiendo en cuanto a traer de vuelta el Daredevil de Netflix y hacer una reunión de los hombres araña de Sony en Spider-Man: No Way Home. El Charles Xavier de Patrick Swayze fue el primer gran X-Men en aparecer en una película de Marvel Studios, y lo hizo hasta tres años después de la compra de Fox. Doctor Strange en el multiverso de la locura, en 2022, confirmó cuál iba a ser la estrategia para hacer el traspaso: aprovechar las múltiples realidades que implicaba la existencia del multiverso.

Los X-Men ya están aquí (más o menos)

De este modo el MCU podría tener mutantes de pronto, o incluso plantear la existencia de los 4 Fantásticos desde otro universo en la década de los 60 (tal será el planteamiento del próximo film de Matt Shakman). Y, claro, podía cobijar la nueva aventura de Deadpool, justo el planteamiento de Deadpool y Lobezno. La película de reciente estreno que más pasos decisivos ha dado para la definitiva fusión del universo mutante con el MCU, debido a la coincidencia de Ryan Reynolds y el querido personaje de Hugh Jackman en una misma aventura multivérsica.

Como no podía ser de otra forma, el film de Shawn Levy está repleto de cameos. Algunos provienen de los Cuatro Fantásticos de Fox (como la Antorcha Humana de Chris Evans), alguno hay de Daredevil (la película de Ben Affleck, de la que aquí se recupera a la Elektra interpretada por Jennifer Garner en 2003), y sobre todo hay bastantes de las películas de X-Men que Fox produjo durante cerca de dos décadas. Acompañando el regreso de Jackman tras Logan nos topamos con el primer Dientes de Sable, con Sapo, con Pyro…

Todo de cara a confirmar que las versiones superheroicas de Fox no se han perdido en el limbo, sino que el planteamiento multivérsico del actual MCU permite que cualquiera aparezca siempre que haya deseo de eso. Lo más llamativo de Deadpool y Lobezno pasa en ese sentido por dos elementos: en primer lugar, que la película se haya planteado como una carta de amor a la producción de Fox escrita por la propia Disney tras haber absorbido la empresa. Y en segundo lugar, que dentro de la historia que se nos cuenta sea algo así como diegética la amenaza de que la línea temporal de Deadpool sea suprimida en el cosmos.

Esto es porque la Agencia de Variación Temporal que conocimos en Loki aquí se propone (¿como si fuera Disney?) acabar con el universo (o universos) que cohabitan Deadpool y Lobezno. De ahí que Deadpool y Lobezno pase por ser la primera película donde operaciones corporativas influyen directamente en el argumento, aunque convertidas en cambalaches de ciencia ficción. ¿Sería lícito hablar de metáforas? 

Más allá de lo que nos parezca esta estrategia, sin duda Disney ya no tiene que lidiar con más obstáculos de cara a contar con la plana mayor de los cómics de Marvel. Ojalá esto le sirva para dejar atrás el declive que muchos han diagnosticado a lo largo de la presente Saga del Multiverso.

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