Zaragoza tiene como símbolo el león, reflejo de valor, nobleza y orgullo. Su elección como escenario de la novena edición de los Premios Feroz encajaba de maravilla con la denominación de los galardones e invitaba a desear una gala con fuerza y arrojo en cuanto a irreverencia, frescura en el desarrollo y espíritu de sorpresa en el palmarés. Hubo pocos rugidos de lo primero, aunque dentro de la irregularidad surgieron momentos reseñables gracias a los galardonados, pero más de lo segundo como señalan los reconocimientos al director Rodrigo Cortés, a Maixabel como mejor película dramática y a la actriz Petra Martínez (La vida era eso). En el cómputo general mandaron El buen patrón, Madres paralelas y, en series, Vengan Juan, cada una con tres trofeos.
La ceremonia organizada por la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), colectivo que aglutina a una parte del gremio crítico y del periodismo especializado, siempre remite a los Globos de Oro, en los que se inspira claramente. La distinción entre drama y comedia, la inclusión de la ficción televisiva en los reconocimientos, el concepto de fiesta-cena… Ese componente sobrevoló una vez más en un evento que por sus características dejó unos galardones repartidos.
Tras una alfombra roja enfocada para el disfrute del público general congregado fuera del Auditorio de Zaragoza, que pudo ver de cerca a las figuras cine español, la gala comenzó con unos minutos de retraso. Una pequeña imperfección a la que se sumó un mal inicio humorístico por la desgastada ocurrencia de que el director Nacho Vigalondo y la cómica Paula Púa, los presentadores al frente, se realizaran mutuamente un test rápido. No obstante, el gag, que empeoró con Vigalondo por el suelo, se arregló con el detalle de que ambos se miraron con cara de circunstancias al ver los resultados como diciendo “aun así seguimos adelante”.
La complicidad entre ambos favoreció que, dentro de la irregularidad del juego, la intervención inicial se entonara. Uno de los aciertos del evento estuvo en la participación, después del premio al mejor tráiler, de Elena Irureta y Ane Gabarain, las madres de Patria, que brillaron por la naturalidad con la que plasmaron su humor e introdujeron con tino apuntes feministas.
Pasado el primer tramo de premios también funcionaron, retomando una broma del comienzo, las burlas de Vigalondo referentes al enorme tamaño de la estación de tren de la capital aragonesa, algo en lo que siempre se fijan los que visitan la ciudad. Igualmente, con Púa en escena después del homenaje a Cecilia Bartolomé, se agradeció la ironía relativa a la duración de la gala, los problemas con los relevos y la conveniencia de aligerar.
De las favoritas, la que sumó galardones primero fue Madres paralelas de la mano del reconocimiento a Aitana Sánchez-Gijón (recogido por Inma Cuesta), justo tras el que llegó el segundo, el de Mejor cartel (el de la teta con una gota de leche que de manera desconcertante generó polémica). El compositor Alberto Iglesias, que competía también por la música de Maixabel, sumó el tercero.
El ‘debut’ de El buen patrón en el palmarés tuvo lugar con uno de los trofeos del que, a pesar de la competencia, menos dudas había, el de Javier Bardem por su genial rol de Julio Blanco. Acto seguido, el propio intérprete entregó el premio al mejor guion para Fernando León de Aranoa. En el cierre, el esperado premio para el filme en el apartado de comedia supuso la guinda para Aranoa y su equipo.
En la recta final de la ceremonia, en medio del ‘morbo’ por el presumible duelo entre Pedro Almodóvar (el gran ausente) y León de Aranoa se ‘coló’ el éxito de Rodrigo Cortés, mejor director por el cuidado drama El amor en su lugar. El autor, emocionado, confesó que no se lo esperaba. La ‘tercera vía’, la opción alternativa, salió victoriosa también en lo referente a película dramática, ya que no ganó Madres Paralelas, sino Maixabel, de Icíar Bollaín, otro de los títulos relevantes de la temporada, acompañado asimismo de una apreciable taquilla. La cruda y arriesgada obra sobre una viuda y un asesino etarra arrepentido obtuvo asimismo el galardón al mejor actor de reparto (Urko Olazabal).
En el mundo de las series, como se intuía triunfó la comedia Venga Juan gracias a los galardones a Javier Cámara, a María Pujalte y a la propia propuesta de Diego San José. En el terreno de drama la balanza se decantó a favor de Cardo (dos premios Feroz, el de su categoría y el obtenido por la actriz Ana Rujas).
El momento de Petra Martínez
Sin duda uno de los momentos de la velada, tanto por emotivo como por divertido, fue cuando, camino de las dos horas, la veterana Petra Martínez, que se impuso a favoritas como Penélope Cruz y Blanca Portillo, realizó su discurso en calidad de mejor actriz protagonista por La vida era eso. La interpreté conjugó lo entrañable con la simpática ruptura de tabués al hablar abiertamente de la masturbación femenina en la vejez.
En los Premios Feroz de Zaragoza no faltaron los detalles de feminismo reivindicativo (con significado pero demasiado ceñidos a la agenda), canalizados en especial en la descripción del perfil de Cecilia Bartolomé, directora que recibió el premio honorífico por su carácter pionero y combativo respecto a los temas expuestos en su cine en pleno franquismo. Por otro lado, también se aplaudieron las palabras de Adrián Silvestre, autor del documental Sedimentos, sobre el hecho de devolver a la comunidad trans lo que durante tanto tiempo se le ha quitado.
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