El método Wiseman

Frederick Wiseman (Boston, 1935) lleva realizando una película aproximadamente cada año desde que en 1967 se estrenara como cineasta con la magnífica Titicut Follies, un escalofriante retrato sobre un centro psiquiátrico de Massachussets en los años en que la institución comenzaba a ponerse en cuestionamiento. Incombustible, riguroso y profundamente crítico con lo que filma y con la manera de filmar, Wiseman es historia viva del cine, más allá del formato documental que profesa, y en calidad de tal visita estos días la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM).

Su agenda es intensa: hoy 31 de mayo, será nombrado Profesor honorífico de la ECAM, para dar enseguida paso a su masterclass, que se extenderá hasta mañana 1 de junio y en la que dará cuenta de su metódico proceso de filmación. También mañana, 1 de junio, tendrá lugar en el Cine Doré un encuentro con el director tras el pase de Titicut Follies, en lo que será el mejor arranque del ciclo retrospectivo que Filmoteca Española le dedica durante todo el mes de junio. Una oportunidad única para recuperar en pantalla grande hitos del formato como Law and Order (1969), Public Housing (1997), In Jackson Heights (2015) o su último trabajo, Ex Libris: The New York Public Library (2017), todos ellos, como buena parte de su filmografía, centrados en los procesos y dinámicas de las instituciones político-sociales contemporáneas.

Doctor Honoris Causa de la Universidad Pompeu Fabra, Profesor honorífico de la ECAM, Premio de Honor de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, León de Oro honorífico de la Mostra de Venecia, sus 44 largometrajes realizados hasta la fecha, además, son el mejor ejemplo de su implacable ojo documental. Antes de iniciar sus actividades académicas en nuestro país, pudimos hablar vía telefónica con Wiseman para preguntarle sobre la clase magistral que realizará en la ECAM y algunas otras cuestiones sobre su trabajo y el cine actual.

El método Wiseman se fundamenta, sobre todo, en no realizar ningún tipo de preparación previa al tema objeto de filmación: “No hago ningún tipo de investigación previa, porque creo que la investigación se realiza mientras se rueda. No tiene ningún tipo de sentido preparar algo para luego repetirlo en cámara. Creo en el momento de verdad que se da en el rodaje y por eso me gusta estar preparado para poder filmar todo lo que sucede a mi alrededor. Nunca dirijo a las personas que aparecen en cámara y mucho menos les indico que repitan diálogos. Y hay veces que me molesta no ser capaz de registrar siempre todos los detalles de este proceso de rodaje e investigación”.

De cara a lograr acercarse al máximo al objeto de filmación y de cara a lograr esa verdad que palpita en su cine, el equipo de Wiseman es reducidísimo. Siempre ha sido así: “Mi equipo siempre está formado por tres personas. Es muy pequeño, porque si fuéramos más acabaríamos interfiriendo en lo que estamos rodando. ¡Y eso sería un desastre! Tampoco quieres que la gente se sienta intimidada. Por otra parte, no creo que todo esto tenga nada que ver con el concepto de distancia y cercanía sino con poder ser ágil en el rodaje y decidir rápido si filmas un primer plano o una toma media, o utilizas una lente de largo alcance. Es cierto que esta agilidad solo se puede aprender con la experiencia”.

Una de las ideas clave de la masterclass que realizará Wiseman en la ECAM es el concepto de anticipación. O estar al 100% antes de comenzar a rodar: “Cuando ruedo, tengo que estar muy preparado para lograr captar lo que está sucediendo. Hay que ser muy rápido. Siempre tengo film en la cámara y todo está a punto para comenzar a registrar. Porque como no sé lo que va a suceder, es importante saber de qué manera seguir o filmar lo que ya está sucediendo para ver hacía dónde te conduce. Habitualmente suelo ir grabando a la persona que habla, pero si tengo la sensación de que esa persona que habla no dice nada interesante, me suelo fijar en las reacciones de la gente de alrededor, a las que les está hablando. Sé que en algún momento necesitaré esas tomas en la sala de montaje”.

¿Cómo se crean las películas siguiendo el proceder Wiseman? Para empezar, el cineasta de Massachussets siempre se ha fijado en un mismo tema, sobre el cual ha logrado ofrecer visiones de profundo calado y reflexiones sobre el mundo que nos rodea: “Filmo lo que me parece interesante. Intento dejar un registro de la vida en el Estados Unidos contemporáneo a partir de sus instituciones, las más importantes: policía, seguridad social, museos, bibliotecas…”. Si las instituciones han estado siempre en su punto de mira, Wiseman las radiografía a partir de los personas que participan de estas.

“Durante el rodaje no tengo ni idea sobre cuál va a ser la historia de la película”, confiesa Wiseman. “Por este motivo lo que intento al rodar es acumular material para ver qué pasa. La historia, de hecho, nace en la sala de montaje, porque es solo cuando analizo y entiendo el material acumulado cuando realmente doy con la historia y construyo la estructura narrativa del filme. Si quieres hacer una buena película, todos los aspectos del proceso creativo son importantes, por supuesto, pero puedes tener buenas imágenes y buen sonido y no hacerlo bien en la sala de montaje. Editar es una etapa repleta de decisiones y al contrario que en el momento de rodar, aquí no hay nada que se deje al azar”.

"¿Qué problema hay con la palabra ‘película’?”, se pregunta Wiseman sobre la diferencia entre ficción y documental, y sobre la continua insistencia en reducir su trabajo solo a la categoría de cine documental. “En el documental hay siempre un componente de ficción, que tiene que ver con el trabajo de dotar de estructura a ese relato. Además, uno aprende a saber manejarse en términos audiovisuales, a saber cómo funcionan las imágenes y el sonido. Yo siempre he pensado que mi trabajo consiste en hacer películas que intenten contar cosas de la gente e intenten ayudarla”.