Final explicado de 'Los asesinos de la luna': todo sobre su sorprendente cameo

La película de Scorsese con De Niro y DiCaprio, que cuenta una terrorífica historia real, ha dejado pasmados a muchos espectadores con su última escena. 
Robert De Niro y Leonardo DiCaprio en 'Los asesinos de la luna'
Robert De Niro y Leonardo DiCaprio en 'Los asesinos de la luna'
Cinemanía
Robert De Niro y Leonardo DiCaprio en 'Los asesinos de la luna'

[CONTIENE SPOILERS DE 'LOS ASESINOS DE LA LUNA']

Llevando la contraria a los pronósticos más pesimistas, Martin Scorsese ha sabido mantener el tipo incluso frente a la mismísima Taylor Swift. Los asesinos de la luna ha tenido resultados más que respetables tanto en la taquilla de EE UU como en la española, pese a tratarse de una película de tres horas y media con planteamientos poco comerciales. 

Entre los atractivos de la cinta se halla el de reunir a Leonardo DiCaprio y Robert De Niro, 30 años después de su primer trabajo juntos (Vida de este chico) y por primera vez a las órdenes del genio de Little Italy. 

Por otra parte, Los asesinos de la luna está basada en un terrible hecho real: el intento de exterminio de los nativos de la tribu Osage después de que el descubrimiento de petróleo en sus tierras les convirtiera en el grupo humano más rico per cápita del planeta. 

La película de Scorsese (basada a su vez en el libro de David Grann) recoge esa historia espeluznante con todo lujo de detalles. Y, además, añade un epílogo que, aunque pueda parecer fantasioso, también está basado en hechos reales. 

¿Qué ocurre al final de 'Los asesinos de la luna'?

Tras haber sido cómplice de su tío King Hale (DeNiro) en la masacre de los Osage, Ernest Burkhart (DiCaprio) acaba siendo el testigo crucial en el juicio que acabará con los manejos de su clan. Mientras espera en la cárcel el momento de declarar, el protagonista debe apechugar con la muerte de uno de sus hijos. Y no solo con eso. 

Las desgraciadas circunstancias también hacen que David se encuentre por última vez con su esposa Mollie (Lily Gladstone). Cuando esta le pregunta si, obedeciendo a su tío, envenenó la insulina que ella consumía para su diabetes, David se ve incapaz de contestar: los espectadores, que le hemos visto hacerlo durante la última hora del filme, sabemos que es cierto. 

Es entonces cuando tiene lugar el giro más inesperado: la acción de la película abandona la Oklahoma de los años 20 para trasladarse a Nueva York, una década más tarde. Estamos en el estudio de 'The Lucky Strike Hour', un programa de radio que contribuyó al nacimiento del true crime recreando casos auténticos del FBI mediante datos facilitados por la propia oficina de investigación.

Durante esta última escena, nos enteramos del destino final de muchos de los personajes del filme. Solo que, en lugar de la tragedia desgarradora que hemos visto en la pantalla, este nuevo relato lo convierte todo en un folletín policiaco con efectos de sonido vintage y product placement a granel en los diálogos.

Y Los asesinos de la luna se guarda lo mejor para el final: una aparición del propio Martin Scorsese, interpretando al locutor que anuncia el destino final de Mollie y David. La pareja, explica el cineasta, nunca volvió a verse, y la esquela de Mollie publicada tras su muerte no mencionó la masacre de los Osage. Es entonces, tras el corte a la imagen de una danza tribal, que la película llega a su fin.

¿Qué significa ese último cameo?

Como saben sus fans, Scorsese es muy aficionado a dejarse ver en sus películas. Desde Taxi Driver (el marido que planea matar a su mujer) hasta ¡Jo, que noche! (como operador de luces en un garito neoyorquino), los ejemplos abundan. Esta vez, además, el director se ha reservado el derecho a decir las últimas palabras de su filme. 

Por otra parte, es inevitable asociar su aparición con un significado más profundo. Si bien la tragedia de los Osage destruyó cientos de familias y puso en evidencia la desigualdad racial en EE UU de forma sangrienta, no tardó en convertirse en una mera pieza de propaganda kitsch para el FBI, cayendo después en el olvido durante décadas. 

Así pues, el final de Los asesinos de la luna no es solo un último gesto de humor en una película que bordea a veces la comedia negra. También es una llamada de atención sobre las flaquezas del 'true crime', así como una llamada de atención sobre lo fácil que es para el público estadounidense olvidar los hechos más vergonzosos de su historia. 

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