Françoise Hardy en el cine: las películas más importantes de la mayor estrella del pop francés

La cantante de 'Le temps de l'amour', fallecida a los 80 años, dejó una filmografía escueta y tan elusiva como su vida y su obra. 
Françoise Hardy en '¿Qué tal, Pussycat'? (1966).
Françoise Hardy en '¿Qué tal, Pussycat'? (1966).
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Françoise Hardy en '¿Qué tal, Pussycat'? (1966).

A diferencia de muchos de sus contemporáneos en la música pop francesa, Françoise Hardy nunca se esforzó en hacer una carrera como actriz. Y eso que su aspecto físico (aquel al que debió su condición de icono de la moda, y que tanto la atormentaba en privado) era capaz de atraer al público tanto como su voz. 

Hardy, que acaba de fallecer a los 80 años tras haber pedido inútilmente la eutanasia, era una figura demasiado elusiva como para instalarse en el star system de la pantalla. Ansiosa patológica, nacida en una familia tan disfuncional como después lo fue su relación con Jacques Dutronc (también músico, y actor de cierto éxito) y con accesos de excentricidad tales que su carrera como astróloga (por no hablar de sus ideas políticas), la cantautora sostuvo con las cámaras una relación de alergia mutua. 

Sin embargo, Françoise Hardy dejó tras de sí una cierta huella en el cine. No hablamos solo de los directores (como Wes Anderson, François Ozon o, cielos, Álex de la Iglesia) que usaron su música, sino también de papeles como actriz concentrados en unos pocos años en los comienzos de su carrera. Aquí repasamos los más importantes. 

'Château en Suède' (Roger Vadim, 1963)

Françoise Hardy en 'Chatéau en Suede', de Roger Vadim.
Françoise Hardy en 'Chatéau en Suede', de Roger Vadim.
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Dirigida por el mayor sátiro del cine francés de su época, esta adaptación de una obra de Françoise Sagan (Buenos días, tristeza) supuso el debut de Hardy como actriz. Aunque su trabajo no le granjeó aplausos, precisamente, al menos tuvo ocasión de codearse en ella con Monica Vitti, Jean-Claude Brialy y Jean-Louis Trintignant, entre otros actores de renombre.  

'¿Qué tal, Pussycat?' (Clive Donner, 1965)

No todo en el mundo de Françoise Hardy eran depresiones y mal rollo: en esta película (una de las comedias sixties por antonomasia), la músico tuvo un cameo tan breve como encantador que le permitió aparecer en los créditos junto a Peter O'Toole, Peter Sellers, Romy Schneider y el guionista del filme, cierto cómico de escenarios llamado Woody Allen que daba sus primeros pasos como actor. 

'Altissima pressione' (Enzo Trapani, 1965)

El mismo año en el que se codeaba con las estrellas en ¿Qué tal, Pussycat?, Hardy estrenó también esta comedia musical en la que aparecía as herself, y que pasó sin pena ni gloria pese a que en su reparto también figuraban también dos de las mayores estrellas musicales del país de la bota: Lucio Dalla y Nicola Di Bari. 

'Masculino, femenino' (Jean-Luc Godard, 1966)

Françoise Hardy en 'Masculino, femenino', de Jean-Luc Godard.
Françoise Hardy en 'Masculino, femenino', de Jean-Luc Godard.
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Por una larga lista de razones, Godard y Hardy eran absolutamente incompatibles. Pese a ello, las ganas de incordiar del primero y la timidez de la segunda dieron como resultado uno de los cameos más puñeteros de una estrella pop en el cine. Quienes fueran a ver esta película atraídos por el nombre de Françoise debieron llevarse un chasco cuando vieron esa intervención-relámpago, calcada muchos años después por el director y Patti Smith en Film socialisme (2010).

'Une balle au coeur' (Jean-Daniel Pollet, 1966)

En 1966, la Hardy debía andar con ganas de meterse en berenjenales. Solo así puede explicarse que trabajara en el mismo año con Godard y con Pollet, otro autor notablemente excéntrico, en este thriller de mafiosos rodado en Grecia y con BSO de Mikis Theodorakis. 

'Grand Prix' (John Frankenheimer, 1966)

Rematando su año de mayor actividad cinematográfica, Hardy rozó por primera y única vez el estrellato de Hollywood con esta película sobre el mundo de la Fórmula 1 dirigida por el autor de El mensajero del miedo y Ronin. La verdad es que su papel de chica triste y solitaria que rompe el corazón de un piloto italiano (Antonio Sabato) le iba que ni pintado, pero ni esto ni figurar en el reparto junto a Yves Montand, Toshirô Mifune o Eva Marie Saint le sirvieron para afianzarse en la pantalla. 

'Les colombes' (Jean-Claude Lord, 1972)

Françoise Hardy en 'Les colombes' (1972)
Françoise Hardy en 'Les colombes' (1972)
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Un año después de que La question, su álbum más ambicioso, se estampara comercialmente, Hardy tuvo su penúltimo trabajo en el cine haciendo un cameo (como "joven hippie") en esta película canadiense. A diferencia del elepé, considerado hoy en día una obra maestra, la película no ha sido reivindicada con los años. 

'¡Si empezara otra vez!' (Claude Lelouch, 1976)

Françoise Hardy se despidió de la pantalla grande con un cameo as herself que, menos mal, le permitió poner fin a su carrera en el cine con cierta dignidad. Puestos a pasar página, qué menos que hacerlo en compañía de dos divas como Catherine Deneuve y Anouk Aimée, aportando además el tema principal de la banda sonora. 

'Vortex' (Gaspar Noé, 2021)

Cuando ya era público y notorio que Françoise Hardy deseaba abandonar este mundo, un Noé tan irritante como siempre le lanzó un guiño de lo más tétrico en los créditos de su película sobre la vejez y la muerte. Se trata del videoclip de Mon amie la rose, una de sus canciones más sombrías, con una letra que hoy suena especialmente certera: "Feliz y enamorada / bajo los rayos del sol / me cerré por la noche / y me desperté vieja". 

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Yago García
Redactor 'Cinemanía'

Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Sus textos se publican en la revista Cinemanía desde 2005. Ha sido miembro fundador de Canino, web dedicada a la cultura popular, y redactor en el diario ADN, además de colaborador en medios como Mondo Sonoro, Neo2 y On Madrid-El País.

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