¿Una cultura? ¿Una religión? ¿Una identidad política? La definición precisa del judaísmo, siempre complicada, se ha vuelto aún más difícil desde la fundación del Estado de Israel en 1948, y Helen Mirren puede dar fe de ello ahora. La actriz británica ha sido objeto de críticas por su papel en Golda, biopic en el que interpretará a la primer ministro israelí Golda Meir.
Aunque tanto el director Guy Nattiv como otros responsables de Golda son judíos, Mirren es gentil, lo que le ha granjeado reproches como el de la actriz Maureen Lipmann (El pianista). "Si la raza, el credo o el género marcan o definen al personaje, entonces la etnia –a falta de otro termino mejor– debería ser una prioridad, señaló Lipmann.
En una entrevista con el Daily Mail (vía Variety), Mirren ha respondido ahora a estos reproches, indicando que contaba con ellos cuando aceptó el papel. "Creo que esta discusión es necesaria y totalmente legítima. [Pero] si alguien que no es judío no puede interpretar a un judío, ¿puede interpretar un judío a un no judío?", comenta.
Asimismo, Mirren establece un paralelismo entre su situación en Golda y otro tema peliagudo: el de la orientación sexoafectiva. "Sé que actores como Ian McKellen se molestarían mucho por esto. Porque, ¿qué ocurre si eres un actor gay? ¿Es que no puedes interpretar a un hetero?".
"¿Es este un camino en el que queremos meternos?", prosigue Mirren. La actriz, sin embargo, matiza sus palabras señalando que para un actor LGTB puede ser "frustrante" ver a un actor hetero "ofreciendo una interpretación que le parece falsa y simplista". Aun así, vuelve por sus fueros: "Yo soy de Essex. ¿Puede interpretar una chica de Essex a una mujer de Newcastle? Estoy segura de que hay un montón de chicas estupendas que le pondrían pegas a mi trabajo".
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