La historia real del asesino de 'A la caza', la película que más problemas provocó a William Friedkin

El desmembramiento de seis homosexuales en los años 70 puso en jaque a las autoridades de Nueva York, quien acabaron encontrando culpable a un extra de 'El exorcista'. Una historia que inspiró al filme protagonizado por Al Pacino.
La historia real del asesino de 'A la caza' ('Cruising'), la película que más problemas provocó a William Friedkin
La historia real del asesino de 'A la caza' ('Cruising'), la película que más problemas provocó a William Friedkin
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La historia real del asesino de 'A la caza' ('Cruising'), la película que más problemas provocó a William Friedkin

El mundo del cine llora la pérdida del oscarizado cineasta norteamericano William Friedkin (El exorcista, The French Connection), quien nos ha dejado a los 87 años tras una vida plagada de éxitos. Una extensa trayectoria en la que también ahondó en temáticas LGTBI -aunque el norteamericano era heterosexual-, comenzando con la versión cinematográfica de Los chicos de la banda (1970), la adaptación de la obra teatral de Mart Crowley, que llegó en una época en la que la homosexualidad continuaba ligándose a la criminalidad.

A pesar del papel distendido de un título que sería reivindicado con el tiempo, así como de su nominación al Globo de Oro, Los chicos de la banda supuso un verdadero jarro de agua fría para los homosexuales que intentaban huir  de los clichés asociados al colectivo, que tan solo un año antes había explotado con los disturbios de Stonewall. Sin embargo, su éxito resultó tal que Friedkin se animó a repetir en la silla del director en el título de 1980 A la caza (Cruising, en la versión original), que resultó finalmente la película más polémica de su filmografía.

Protagonizada por Al Pacino, el filme abordaba sin ningún tipo de tapujo el ambiente sórdido en el que un policía debía infiltrarse, paseándose por tugurios BDSM para dar caza a un asesino de homosexuales. Una película que enfadó enormemente a los gays por su asociación con la violencia y una serie de estereotipos perjudiciales, pero que quedaría como capsula del tiempo de una Nueva York previa a la explosión del VIH y el sida. Un filme que aún resultó más controvertido al dar a conocer su  fuerte inspiración en la historia real de un asesino en serie que había trabajado como extra en El exorcista.

De extra de 'El exorcista' a asesino que inspiró a Friedkin

Corría 1973 cuando Friedkin hizo historia en el cine de género con el lanzamiento de El exorcista, el clásico del terror que causó que generaciones de espectadores quedaran aterradas con la posesión de Regan (Linda Blair). 

Entre las escenas más delirantes y repulsivas del filme encontrábamos una en la que un médico introducía un catéter a la pequeña endemoniada y provocaba que un chorro de sangre saliera disparado.

Una secuencia para la que Friedkin quiso contar con el equipo verdadero de doctores del Hospital Universitario de Nueva York como extras del filme, entre los que se encontraban Paul Bateson, un técnico en radiología que años después se transformaría en uno de los peores temores del colectivo homosexual neoyorquino. 

Criado en un ambiente extremadamente estricto durante su infancia, los problemas con el alcohol y las drogas de Bateson fueron más que evidentes tras su paso por el ejército, mientras frecuentaba locales de estética leather en Greenwich Village y desarrollaba una exitosa carrera en radiología neurológica. 

Considerado como un gran profesional en su área, este llegó así al filme de Friedkin, quien siempre le describió como "un joven muy agradable, que usaba un brazalete de cuero con tachuelas y tenía un arete, lo cual no era muy común en el mercado laboral de 1972".

Pero su problema con el alcohol provocó que fuera despedido en 1975, coincidiendo en el tiempo con la aparición de un asesino de homosexuales que terminó con la vida de seis hombres (aunque el propio Friedkin apuntaba a que la cifra podría haber aumentado incluso a 12). Un psicópata cuyo modus operandi era desmembrar los cuerpos y arrojarlos al río Hudson en bolsas de la División Neuropsicológica del Centro Médico de la NYU.

Periódico hablando de Paul Bateson
Periódico hablando de Paul Bateson
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El detonante de su detención: el asesinato de un reportero 

Bateson consiguió rehacer durante un tiempo su vida acudiendo a Alcohólicos Anónimos y encadenando pequeños trabajos para salir adelante, pero tuvo una fuerte recaída en 1977. La noche del 13 de septiembre, el criminal ligó en un local gay con el reportero Addison Verrill, con el que estuvo drogándose toda la noche y acabó acudiendo a su apartamento.

Después de mantener relaciones sexuales con Verrill y que este lo rechazara para tener algo más formal, Bateson acabó asestándole numerosos golpes y cuchilladas mortales, huyendo posteriormente del lugar del crimen. Sorprendentemente, este explicaba anónimamente su versión de los hechos al periódico Village Voice, contactando directamente con los colegas de Verrill una semana después. Sin embargo, terminaba siendo vendido por alguien que se hacía llamar Mitch y la policía acababa deteniéndole en su propio hogar. 

En estado de embriaguez, este confesó el asesinato a las autoridades, aunque posteriormente se desdijo de lo que había dicho. La policía no tardó en encontrar pistas que le involucraron en el asesinato de los otros seis hombres, contando también con presuntas conversaciones con algunos amigos suyos en las que había confesado con frialdad que "lo más difícil era deshacerse de los cuerpos". 

El asesino Paul Bateson ('El exorcista') siendo arrestado
El asesino Paul Bateson ('El exorcista') siendo arrestado
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William Friedkin visitó al psicópata en la cárcel

Aunque nunca se pudo demostrar que realmente estuviera involucrado en los otros crímenes, este sí que fue condenado a 20 años de prisión por el asesinato de Verrill. Momento en el que entró de nuevo en escena Friedkin, quien visitó en la cárcel al psicópata. El cineasta explicaría después que Bateson le reveló que recordaba haber descuartizado a una de las víctimas y haberla arrojado en una bolsa de plástico al río, dando pistas de lo que ponía incluso en este repositorio y planteándose confesarlo para que la sentencia se redujera. 

"Me contó todos los detalles sobre lo que hizo. Así que llamé al productor de A la caza, Jerry Weintraub, y le pregunté: '¿Todavía eres dueño de sus derechos?'. Él dijo: '¡Sí! ¡Y te estoy esperando!'. Dije: 'Creo que ya sé cómo hacerlo", señalaba Friedkin sobre este momento.

El cineasta quería contar para el papel principal con un Richard Gere entregadísimo a la causa, quien aceptó sin dudarlo. Pero, finalmente, Al Pacino, quien estaba al alza por El padrino y Serpico, arrebató el papel al actor de Pretty Woman. Un actor que mostró una enorme incomodidad durante el rodaje y se tradujo en un resultado que a Friedkin nunca le convenció. "Nunca he trabajado con un actor menos preparado para un papel", señalaba el cineasta

Así, la conversación con Bateson sirvió de base para la construcción del relato de A la caza, que partía de la novela homónima de Gerald Walker, pero que tomó muchas partes precisamente de la historia verídica de Bateson y los datos policiales que le llegaban a Friedkin.

"Tenía un amigo en el departamento de policía de la ciudad de Nueva York que se infiltró en el mundo sadomasoquista para encontrar a este asesino y conocía al hombre que controlaba todos estos clubs [en muchas ocasiones estaban ligados a la mafia]", confesaba Friedkin para THR en 2015.

A pesar de todo, el homicida nunca llegó a confesar los demás asesinatos, por lo que realmente nunca se supo si había sido él. Bateson salía en libertad condicional en 2003 y su paradero desaparecía después, pero muchos medios apuntan a que podría haber fallecido en 2012. 

Por su parte, A la caza recibió una campaña de odio por ser considerada 'antigay' y calificada por Richard Heffner, el jefe de la junta de calificaciones de la MPAA, como "la peor película que había visto en su vida, sin suficientes X para toda ella". Posteriormente, el filme percibió una discreta taquilla de 19 millones de dólares, partiendo de un presupuesto de 11 millones. 

Además, el filme se vio obligado a recortar 40 minutos de su metraje para hacerlo mucho más asumible para el público de la época, que aún no estaba preparado en 1980 para este contenido y más sin el apoyo del propio público homosexual. 

Todos estos hechos relacionados con la producción serían recogidos en 2013 por James Franco en su película Interior. Leather Bar, donde narraba de forma ficticia qué habría sucedido con aquellas secuencias que fueron retiradas del montaje final. Bateson también inspiraría posteriormente a David Fincher para la serie Mindhunter, que recogía la historia del asesino en la segunda temporada de la serie de Netflix. Una figura horripilante que continúa intrigando a los realizadores en la actualidad. 

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Redactor 'Cinemanía'

Amante del cine de terror y la fantasía. Estudié Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, especializándome después con el Máster de Periodismo Multimedia Profesional en la Universidad Complutense. Di mis primeros pasos en Unidad Editorial, SensaCine y la Agencia EFE. Actualmente escribo para CINEMANÍA, donde llevo más de cinco años abordando las películas y las series del momento.

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