¿Homofobia en Disney? Todo sobre la polémica que rodea al CEO Bob Chapek

La postura del ejecutivo hacia la ley ‘Don’t Say Gay’ ha causado una pesadilla de relaciones públicas.
Bob Chapek fue nombrado CEO de The Walt Disney Company en 2020
Bob Chapek fue nombrado CEO de The Walt Disney Company en 2020
Bob Chapek fue nombrado CEO de The Walt Disney Company en 2020

Red ya se ha estrenado en Disney+ y las primeras impresiones apuntan a un nuevo triunfo de Pixar. Sin embargo, este ya viene ensombrecido no solo por la reiterada costumbre de la Casa del Ratón de relegar a la empresa de la lupa a lanzamientos directos en streaming (antes de Red vinieron Soul y Luca), sino también por la carta de los empleados de Pixar a las altas instancias de Disney que hace pocos días publicaba Variety. Dicho comunicado denunciaba cómo Disney había censurado o editado por sistema el contenido LGTBIQ+ que los creativos habían tratado de introducir en sus películas durante años, sin especificar si Red también había sido afectada. Aunque no sería de extrañar.

“Disney ha eliminado casi cada momento de afecto abiertamente gay, sin importarle las protestas de los equipos creativos y los líderes ejecutivos de Pixar”, leíamos en la misiva, que describía un panorama de homofobia contenida desde que Pixar fuera absorbida por Disney en 2006. “En Pixar hemos sido testigos de cómo historias llenas de personajes diversos vuelven de los despachos de Disney convertidas en la sombra de lo que habían sido. Incluso si crear contenido LGTIBQ+ fuera la respuesta a las leyes discriminatorias del mundo, se nos prohíbe crearlo”, añadían. Con “leyes discriminatorias” se refieren a la Parental Rights in Education Bill, también llamada ley ‘Don’t Say Gay or Trans’, que a cuenta de su implantación en Florida viene dándole grandes quebraderos de cabeza a Disney.

En concreto a su CEO Bob Chapek, que esta semana ve gravemente cuestionado su liderazgo por su postura equidistante frente al proyecto de ley. El cual, hace escasos días, fue aprobado en el Senado de Florida.

Fotograma de 'Red'
Fotograma de 'Red'
Pixar

¿Equidistancia u homofobia?

La Parental Rights in Education Bill prohibiría tratar temas de orientación sexual e identidad de género en las clases de Florida. También vetaría la ayuda a jóvenes de sexualidad no normativa en las escuelas (colectivo enormemente vulnerable que ya presenta altas tasas de depresión, ansiedad y suicidio), pondría en riesgo los puestos de trabajo de profesores LGTBIQ+, y daría a los padres la potestad de denunciar el contenido de las clases si este no se ajustara a unos cauces de identidad y orientación específicos. Desde que se dio a conocer, la postura de rechazo de Internet ha pasado por llenar las redes sociales de la palabra “gay”.

Para Disney es un tema espinoso porque Florida es un territorio clave en sus gestiones. Tiene 800.000 empleados trabajando ahí, muchos en Disney World, y ya no solo es que esta presencia hubiera de forzar una oposición: es que la empresa ha financiado a algunos de los políticos que están impulsando la ley ‘Don’t Say Gay’. Caso del senador Dennis K. Baxley, ideólogo del proyecto, que ha llegado a comparar a los hijos e hijas de familias monoparentales con menores criados por alcohólicos y abusadores. Baxley nunca ha dejado de recibir donativos de Disney, de ahí que no sea difícil sumar dos y dos y pueda esparcirse por redes sociales la acusación de que Disney apoya esta ley homófoba.

Manifestantes contra la ley 'Don't Say Gay'
Manifestantes contra la ley 'Don't Say Gay'

Sobre todo, si nadie ha mostrado un rechazo firme a ello. Antes de que la carta de Pixar agitara el avispero, Chapek envió un memorando a sus trabajadores diciendo que “nadie debía confundir la falta de declaraciones con la falta de apoyo” en relación a los miembros LGTBQI+ que pudieran sentirse amenazados por cómo va prosperando la ley ‘Don’t Say Gay’. “Hemos contribuido a legisladores republicanos y demócratas a ambos lados de la legislación”, aseguraba, y añadía que “podría ser contraproducente” rechazar abiertamente las posiciones de gente como Baxley. Las circunstancias no han tardado en conjurarse para que su postura sea masacrada por los medios.

Por ejemplo, la tibieza de Chapek marcaba contraste con las opiniones de Bob Iger, su predecesor como CEO que aún cuenta con poder en Disney en tanto a labores de dirección ejecutiva. Según el presidente de EE.UU. Joe Biden tuiteó en contra de la ley de Florida, Iger lo citó mostrándole su apoyo, y poco después la polémica ha provocado que la ONG Human Rights se niegue a recibir más donativos por parte de la Casa del Ratón. La organización no aceptará su dinero “hasta que se muestre públicamente un apoyo para asegurar que propuestas peligrosas como ‘Don’t Say Gay or Trans’ se convierten en leyes peligrosas (...) HRC anima a Disney a seguir luchando por sus empleados”.

Volviendo al seno de Disney, los trabajadores de Pixar ya denunciaban la hipocresía de Chapek en su famosa carta, puesto que aunque el CEO no quisiera ningún desencuentro con sus socios homófobos les seguía animando a crear “contenido más diverso”. También destacaban cómo Disney se ha aprovechado históricamente de fechas reivindicativas para reforzar su merchandising (caso del Orgullo gay), mientras que de puertas para afuera al memorando con el que Chapek contestó a las críticas no le han faltado apoyos. Curiosamente Mark Ruffalo, conocido por su mentalidad progresista y antiTrump, ha sido uno de los que defienden la gestión de Chapek.

El actor de Hulk citó en Twitter el memorando de Chapek (“Quiero ser muy claro: todo el equipo de liderazgo y yo apoyamos inequívocamente a nuestros empleados LGBTIQ+, sus familias y sus comunidades”) añadiendo un “Bravo”. Mientras que otro compañero de Marvel, Vincent D’Onofrio (aparecido en Ojo de halcón), apoyó la propuesta de Chapek de reunirse con el gobernador de Florida para “asegurarse de que esta ley no pueda ser utilizada como arma”. “Eso está bien. El CEO de Disney se reunirá con el gobernador de Florida tras las denuncias al proyecto de ley ‘Don’t Say Gay’”, tuiteó.

Son apoyos acaso irrelevantes, pues en contra de Chapek no solo juega la tibieza o las donaciones inoportunas, sino también el historial.

La hipocresía viene de lejos

“Disney tiene un largo historial de apoyo a la comunidad LGTBIQ+”, aseguraba Chapek en el memorando. Chapek sucedió a Iger como CEO de Disney en febrero de 2020, a la víspera de la crisis del COVID-19 que provocaría un cambio de paradigma en Hollywood aún difícil de asimilar. No obstante, la gestión de Chapek en ese sentido (que ha pasado por primar el streaming desde Disney+) no ha sido tan criticada como pequeñas crisis del estilo de aquella demanda de Scarlett Johansson por los ingresos de Viuda Negra. Ya entonces sorprendió la dureza con la que Disney se pronunció públicamente ante la actriz, en unos términos que hubo quien tachó de insensibles y machistas.

Al margen del caso Johansson (felizmente solucionado), el modo en que Disney se ha ido plegando a mercados extranjeros conflictivos como Rusia, China o Arabia Saudí ha generado esporádicamente noticias, a cuenta de la edición y eliminación de escenas que pudieran incomodar a sus autoridades (siempre de temática LGTBIQ+). Es cierto que en sus últimas producciones, como Eternals o West Side Story, se ha percibido una resistencia a seguir con estos cambios, pero tampoco esa es la crítica más grave con la que se ha de enfrentar la administración de Chapek en relación a la homofobia.

Jesse Coffey ha ido recopilando todos los desplantes que Chapek le ha hecho a la comunidad LGTBIQ+, y son suficientes para descartar cualquier casualidad en lo ocurrido con la ley de Florida. El año pasado trascendió que Disney había sido demandada por el ejecutivo Joel Hopkins a cuenta de la discriminación que había sentido desde que salió del armario. Ya entonces sabíamos que Nimona, película animada basada en la novela gráfica de Noelle Stevenson, había sido apartada del calendario de Disney. La razón oficial era que había cerrado el estudio encargado de producirla, BlueSky, luego de la absorción de Fox por parte de Disney… pero daba la casualidad que Nimona iba a ser el primer largometraje animado de temática abiertamente LGTBIQ+ en el que se involucraba Disney.

Nimona
Portada de la novela 'Nimona'
Ed. Océano

Chapek habría tenido un papel fundamental a la hora de promover la cancelación de Nimona, al igual que en la de la serie de animación Casa Búho (de acentuado contenido LGTBIQ+), como también lo tuvo en los problemas que atravesó la distribución de Todos hablan de Jamie. Este musical sobre un joven gay que sueña con ser drag queen estaba en manos de 20th Century Studios, pero la directiva prefirió saltarse el estreno en cines y vendérsela a Amazon Prime para que la estrenara directamente en streaming, sin vínculo visible con la Casa del Ratón. En paralelo, una serie de esta misma temática como Con amor, Víctor no llegó a Disney+ sino a Hulu (Star en España) por su contenido supuestamente "adulto”.

Por todo ello, la controversia con ‘Don’t Say Gay’ ha venido a ser el culmen de una reiterada política anti-LGTBIQ+ en la producción de Disney, y se ha expandido hasta el punto de que Chapek ha tenido que publicar una nueva carta en respuesta. Esta vez, tratándose de una disculpa mucho más firme y con propósito de enmienda.

"Os he defraudado"

Según se hace eco IndieWire, en este nuevo comunicado Chapek asume haber fallado a la hora de apoyar a sus empleados. “Está claro que no se trata solo de un proyecto de ley en Florida, sino de otro desafío a derechos humanos básicos. Me necesitabais para ser un aliado más fuerte en la lucha por la igualdad de derechos y os he defraudado. Lo siento”. El CEO, asimismo, se muestra consciente de lo dañino que puede ser que una empresa como Disney apoye de facto la ley ‘Don’t Say Gay’.

“Nuestros empleados perciben el poder de esta gran compañía como una oportunidad para hacer el bien. Estoy de acuerdo. Hemos de usar nuestra influencia para promover el bien contando historias inclusivas, pero también defendiendo los derechos de todos”, se compromete Chapek, con estrategias concretas. “A partir de ahora aumentaremos nuestro apoyo a los grupos de defensa que combatan una legislación similar en otros estados. Estamos trabajando intensamente en la creación de un nuevo marco para nuestras donaciones políticas que garantice una defensa acorde a nuestros valores”.

“Hemos suspendido todas las donaciones al estado de Florida a la espera de esta revisión”, añade. “Creo que somos una empresa infinitamente mejor y más fuerte gracias a nuestra comunidad LGTBIQ+. He fallado, pero soy un aliado con el que podéis contar”. Al parecer Disney ha cortado sus vínculos con los políticos que apoyan la polémica ley (también, por lo que da a entender Chapek, con cualquier político de Florida a secas), y naturalmente no han tardado en trascender las reacciones de los empleados del estudio, que recoge Variety. Hay muestras de satisfacción, pero el sentimiento general es que no es suficiente. “Deberíamos haber recibido esta disculpa el 1 de marzo, no semanas después y luego de que el proyecto de ley fuera aprobado en Florida”, dice un trabajador.

“Estoy harto de los memorandos que prometen acciones. ¿Ahora también deja de donar dinero a los políticos buenos de Florida?”, se pregunta otro. Hay que decir, sin embargo, que un organismo tan influyente como GLAAD (Alianza de Gays y Lesbianas contra la Difamación) ha mostrado conformidad con la propuesta de Chapek, confiando en que se trata de “un paso en la dirección correcta”. Sarah Kate Ellis, miembro de la asociación, señala que “Disney tiene mucha influencia política y fiscal. Puede ayudar a proteger a una comunidad que está siendo atacada”. Es hora de que la empresa se convierta efectivamente en una aliada, más allá de añadir colores a sus cuentas oficiales según el día.

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